La guerra de independencia y los comienzos de la revolución liberal: La Constitución de 1812

La guerra de independencia y los comienzos de la revolución liberal: la Constitución de 1812. Antecedentes. El reinado de Carlos IV supuso un deterioro de la vida política y un estancamiento y retroceso en la obra del reformismo ilustrado español. En plena crisis y debilitamiento, la monarquía española se mostró favorable a la causa absolutista internacional al temor de que las ideas revolucionarias se extendieran hacia España. Cuando la revolución da paso al imperio napoleónico, la monarquía española tiende a inhibirse frente a él, alineándose junto a Napoleón frente a los británicos con resultados nefastos como la derrota de Trafalgar en 1805. Esta aproximación a Francia se finaliza con el Tratado de Fointenebleau en 1807 en el que los dos países acuerdan el reparto de Portugal ante una invasión francesa con un permiso para que las tropas francesas atraviesen España. La crisis económica derivada de numerosas guerras coincide con un enfrentamiento en las cortes, Fernando, príncipe de Asturias, conspira contra su padre y se une con todos aquellos que se oponen al Tratado de Fointenebleau. En 1808, Fernando y sus partidarios establecen lo que se conoce como el motín de Aranjuez, lugar donde la familia tenía su residencia de verano, con esto fuerzan la abdicación de Carlos IV en su hijo y la abdicación de Godoy, primer ministro. Ante esta inestabilidad, Napoleón decide intervenir y convoca a padre e hijo en Bayona, forzando a Fernando a abdicar en su padre, al que obliga a renunciar al trono para cedérselo a su hermano José. Desarrollo. La guerra de independencia.

Los sucesos del 2 de mayo en Madrid son el inicio de una resistencia reprimida que terminará en una guerra de liberación nacional. El objetivo no es solo militar, también hay que cubrir el vacío de poder que conduce al surgimiento de las juntas provinciales que se encargarán de coordinar la acción política y militar. En cuanto al desarrollo militar, Napoleón puso sus tropas en Barcelona, Vitoria y Madrid para que en su despliegue ocupase toda la península. Napoleón no esperaba encontrar grandes resistencias y esperaba conquistar el país sin problemas. El ejército francés fue derrotado en Bailén por las tropas españolas, que le impidió tomar Andalucía, lo que le obligó a retirar sus tropas y abandonar la ciudad de Madrid. Napoleón llegó a España y controló con sus tropas ciudades y pueblos, a partir de este momento fue la guerrilla la única fuerza de la resistencia frente al invasor. A mediados de 1812, la campaña de Rusia había obligado a Napoleón a desplazar allí a gran parte de su ejército, y las fuerzas españolas aprovechando el apoyo del ejército británico, comenzaron a presionar a los franceses. Napoleón decidió pactar el fin del conflicto con los españoles y a finales de 1813, las tropas napoleónicas abandonaban España. La guerra tuvo también una dimensión política, el pueblo llano necesita de unos líderes que los guíen. Se produce una mezcla de grupos políticos: -El clero y la nobleza se oponen a la invasión francesa y tratan de restituir a Fernando VII en el trono, tenían una ideología absolutista y no solo buscan derrotar al invasor sino volver al antiguo régimen. – Antiguos ilustrados quieren también la expulsión del invasor pero quieren que la vuelta de Fernando VII venga con el antiguo espíritu ilustrado. – Los liberales son herederos de la Ilustración y de los ideales de la Revolución Francesa, su objetivo es que la guerra se convierta en escenario de una revolución que lleve a España a un sistema parlamentario. Los afrancesados se llaman así porque durante la invasión tenían una postura colaboracionista con los franceses, tras la guerra sufrirán el exilio y una represión por parte de Fernando VII. La Junta Central en el curso de la guerra huyó hacia el sur estableciéndose en Sevilla y más tarde en Cádiz (1810)



Las Cortes de Cádiz. Durante el principio de la guerra de independencia se constituyen 13 juntas provinciales que asumen todo el poder en cada uno de sus ámbitos territoriales. Estas juntas suelen estar monopolizadas por personajes pertenecientes al antiguo régimen. Los liberales son excepciones al lado de aristócratas, militares o magistrados, que temen una revolución popular. La Junta Central (1808) se forma con el conde de Floridablanca a su cabeza. Su sede se establece como lugar definitivo en Cádiz. La Junta Central promueve la convocatoria de Cortes (1810) dando con ello una respuesta legal al estatuto de Bayona. Los sectores políticos representados en las Cortes en la primera reunión en la Isla de León fueron una tercera parte del clero y una sexta parte de nobles. Los sectores políticos. Los partidos políticos no existen en las Cortes aunque es posible distinguir tres tendencias políticas, los ilustrados, los absolutistas y los liberales. En Cádiz se impone la ideología liberal y su concepción del estado moderno frente al antiguo régimen y sus partidarios. El primer discurso lo pronunció Torrero, eclesiástico liberal. Pronto quedan de manifiesto las diferentes posiciones: para los absolutistas, las Cortes deben limitarse a aprobar los presupuestos y las contribuciones de guerra; para los liberales y los ilustrados, las Cortes han de convertirse en la primera institución del reino, a la que deben estar subordinadas todas las restantes.

La Constitución de 1812. La primera constitución española es promulgada el 19 de marzo de 1812. La Constitución de Cádiz tiene artículos que tienen carácter liberal como la soberanía nacional, la división de poderes, el derecho de representación popular y el derecho de propiedad, y será el referente de progresismo español durante gran parte del siglo XIX. Sistema de representación: Las Cortes asumen el poder legislativo, se configuran como órgano de representación de la soberanía nacional. La representación popular es elegida a través de un sistema de sufragio indirecto en 3 grados que se hace más restringido según se asciende en la representación. Rey: La corona tiene limitadas sus competencias. El rey no tiene capacidad para disolver las Cortes; estas elaboran las leyes, reservándole la Constitución la capacidad de veto durante 2 legislaturas. Poder ejecutivo. La Constitución establece un ejecutivo de carácter dual, que responde ante las Cortes. El rey tiene capacidad legislativa y goza de irresponsabilidad e inviolabilidad. Poder judicial: Se reconoce al Estado el monopolio en la aplicación de las leyes, aunque se mantiene un fuero especial para el clero y militares. Se establece la unidad de códigos en materia criminal, civil y comercial. Administración local y provincial: La administración local corresponde a los ayuntamientos, se reconoce la provincia como ámbito administrativo y electoral, y son designados para la representación del Estado un jefe político nombrado por el rey y una diputación. Fuerzas armadas: Se introduce la milicia nacional, con capacidad de actuación en la provincia y fuera de ella. Relaciones Iglesia-Estado: En una cámara en la que el clero tiene amplia representación, el tema religioso es amplio. La religión católica se establece de forma tajante como religión oficial y única, se ordena la prohibición de otra. Educación: La Constitución establece las bases de una educación general al disponer que todos los ayuntamientos creen escuelas de primeras letras. Consecuencias y conclusiones Todo el periodo que España vive con la guerra de la independencia es la etapa característica de la crisis del antiguo régimen. Todas las medidas liberales de la guerra quedaron reflejadas en la Constitución de 1812. La vuelta de Fernando VII supuso la implantación del absolutismo, pero el trienio liberal en 1820 abrirá el liberalismo de nuevo. Esto aclara que la lucha de absolutistas y liberales no había terminado en España.

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