La Revolución Industrial: Transformación económica y social en Europa

La Revolución Industrial: 1780 y 1860 en Gran Bretaña y su difusión por Europa y Estados Unidos

La Revolución Industrial significó el paso de una economía agraria a una economía industrializada, caracterizada por el predominio de la producción de bienes manufacturados y el crecimiento de la producción. Además, consolidó un nuevo sistema de producción y trabajo, con la organización de la burguesía y el proletariado.

Transformaciones agrarias y crecimiento demográfico

La Revolución Agrícola fue el primer paso hacia la transformación del campo inglés, suprimiendo las tierras comunales a través de las Leyes de cercamientos. Esto provocó la migración de los campesinos sin tierra a la ciudad, convirtiéndose en proletariado industrial. Se mecanizó la agricultura e hubo innovación tecnológica. Se propició el desarrollo de la industria, suministrando alimentos, materias primas y mano de obra, y aumentando la capacidad de compra de la población campesina.

El aumento de la población

El aumento de la oferta de alimentos permitió un crecimiento demográfico. Las hambrunas desaparecieron y hubo una mayor resistencia contra enfermedades. El crecimiento de la población produjo cambios en la natalidad (aumentó) y en la mortalidad (se redujo) debido a la mejor alimentación y los avances higiénicos y médicos. La esperanza de vida aumentó a 50 años.

El desarrollo de la industria

La mecanización y el sistema fabril caracterizaron el cambio en la producción, utilizando máquinas y sustituyendo el trabajo humano o animal por energía hidráulica o carbón. Esto provocó la concentración de obreros en las fábricas y la ruina de muchos artesanos. La mecanización se inició con la lanzadera volante, las nuevas hiladoras y los telares mecánicos, que se extendieron a los sectores agrícola, minero y metalúrgico. Las máquinas, estimuladas por energía hidráulica, aumentaron la productividad y redujeron los costes y el precio.

La industria algodonera

La industria algodonera fue el motor de los cambios. El aumento de la demanda obligó a innovar, pasando del telar manual al telar mecánico. Esto aumentó la producción y redujo los costes. El proceso de innovación se completó con la máquina de vapor. La industria algodonera se centró en la región de Lancashire, pero la mayor parte del algodón provenía de Estados Unidos. Esta industria estimuló la agricultura, siderurgia y minería.

El carbón y el hierro

Notables avances en los sectores de la siderurgia y la metalurgia permitieron la introducción del carbón de coque en los hornos, lo que facilitó la producción de un hierro más puro y fácil de trabajar. Las fábricas se concentraron cerca de las minas de carbón. La demanda aumentó con la maquinaria textil y la construcción de ferrocarriles desde 1830.

Los nuevos transportes

En el inicio, se mejoraron las vías fluviales y las carreteras. El ferrocarril fue protagonista de la revolución, beneficiando a la metalurgia, desarrollando la ingeniería civil, reduciendo el tiempo y abaratando el transporte pesado. Además, se fomentó el movimiento de personas. La red de transportes se completó con la navegación a vapor.

El impulso del mercado

Las mejoras hicieron posible la economía de mercado, influyendo en la búsqueda de nuevos consumidores y la exportación de productos. La expansión comercial fue impulsada por el mercado exterior, pero también se generalizaron los intercambios a nivel nacional. El mercado se integró a nivel nacional e internacional.

La industrialización del continente

En Estados Unidos y Japón se produjo un desarrollo industrial similar al de Europa. Francia y Bélgica desarrollaron una buena red de transportes y comercio. Más tarde, Alemania se desarrolló gracias al carbón y el hierro, y a las corporaciones bancarias. En Italia y España fue más tardío y lento.

El liberalismo económico y el capitalismo

El liberalismo económico

Los principios económicos del liberalismo fueron elaborados a finales del siglo XVIII por un conjunto de pensadores británicos. Adam Smith defendía la supremacía del individuo y la no intervención estatal en la economía, eliminando barreras y monopolios. Otros autores mencionaron que el crecimiento de la población acabaría con los recursos y empeoraría el nivel de vida.

Capital, trabajo y mercado

Los instrumentos de producción y los productos eran de propiedad privada, concentrándose en la burguesía y los salariados trabajaban a cambio de un salario. El capitalismo tiene como objetivo la búsqueda del máximo beneficio individual. Los desajustes entre oferta y demanda provocaron crisis periódicas que se corrigieron ajustando los salarios y la producción.

Proteccionismo y librecambio

Gran Bretaña se mostró partidaria del librecambio, permitiendo el intercambio libre entre distintos estados dependiendo de la competitividad de las empresas. Para fomentar el crecimiento de su propia industria, Europa y Estados Unidos aplicaron medidas proteccionistas. El proteccionismo defiende la imposición de aranceles a la entrada de productos extranjeros. Gran Bretaña también lo hizo para la protección del trigo.

Las consecuencias sociales

El proceso de urbanización

Los trabajadores se concentraron en torno a las fábricas y se trasladaron a las ciudades, multiplicando y creciendo estas. La emigración interior fue significativa, especialmente en Londres y Edimburgo. El crecimiento urbano también afectó al resto de Europa.

La segregación urbana

La burguesía construyó nuevos y confortables barrios residenciales, mientras que los barrios obreros carecían de planificación y eran de mala calidad. En una vivienda de un edificio solían vivir varias familias.

La nueva sociedad industrial

En el campo, los pequeños propietarios se convirtieron en jornaleros y el número de campesinos disminuyó. La consolidación de la producción fabril arruinó a los artesanos y ellos, junto con los campesinos, constituían el proletariado industrial. La aristocracia perdió relevancia social y la burguesía se enriqueció. La sociedad se organizó en función de sus ideas y valores, exaltando la propiedad privada, el trabajo, el ahorro y el individualismo. La familia y la vivienda familiar se convirtieron en símbolos de prosperidad y estatus. De los trabajadores fabriles surgió la clase media, mientras que los asalariados constituían la fuerza de trabajo.

Las mujeres en la sociedad industrial

Las mujeres de clase media y alta se dedicaban al cuidado del hogar y los hijos. Las mujeres campesinas se convirtieron en obreras, trabajando largas jornadas y también encargándose del cuidado del hogar y la familia. Algunas trabajaban en el sector textil, como servicio doméstico o se prostituían.

Liberalismo y nacionalismo (1879-1870)

Liberalismo

El liberalismo es una corriente ideológica y doctrina política y económica que surgió a finales del siglo XVIII. Defiende la libertad individual, la separación de poderes y la soberanía de la nación. Las revoluciones liberales entre 1820 y 1848 pusieron fin al absolutismo y establecieron monarquías constitucionales en varios países europeos.

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