La segunda república bienio de centro derecha y el frente popular

A este período se le conoce como la Edad de Plata ya que en el confluyen diversas generaciones literarias como la del 98  (Unamuno, Baroja, Azorín, Valle-Inclán,…), la del 14 (Juan Ramón Jiménez,…), la del 27 (Lorca, Alberti, D. Alonso, V. Aleixandre,…). También destacó en ciencia Ramón y Cajal, en arquitectura Gaudí, en escultura y pintura Mariano Benlliure, Miró, Zuloaga y Picasso, en cine Luis Buñuel y en música Falla, Albéniz y Granados.

-Reforma agraria:
Buscaba asentar a los campesinos en las tierras de latifundio que, por estar mal explotadas o sin cultivar, se consideraban la principal causa de la miseria campesina. Se aprueba la Ley de Bases para la Reforma Agraria, que afectaba a toda Andalucía, Extremadura, La Mancha y Salamanca, que determinaba la expropiación jurisdiccional. Se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA). La aplicación de esta ley fue un fracaso ya que experimentó el rechazo de todos los terratenientes.

-Reformas en la administración territorial: se aprueba el Estatuto Provisional de Autonomía de Cataluña, cuyo primer presidente fue Macià seguido de Companys. Se pone en marca el Estatuto de Autonomía para el País Vasco, pero este quedó bloqueado en 1933 cuando gana la derecha.
En 1936, tras la victoria del Frente Popular, el PNV lo aprueba y el primer Lehendakari fue J.A.Aguirre. El Estatuto de Autonomía Gallego se aprobó durante la Guerra Civil, pero no llegó a aplicarse.

Todas estas reformas profundas fracasan por la falta de presupuesto, el endeudamiento heredado, el estancamiento económico, el crecimiento del paro y por la oposición de la oligarquía a cualquier tipo de reforma.

El gobierno de Azaña contó con una oposición abierta, tanto por la derecha como por la izquierda. Por la derecha la oposición estuvo encabezada por el Partido Radical de Lerroux. Por la izquierda, la CNT con su ala más radical, la FAI, el PCE, descontentos con la lentitud de las reformas, ante el creciente paro y por los bajos salarios. Convocaron numerosas huelgas que fueron sofocadas por las fuerzas del orden público. El resultado fue una serie continua de incidentes graves entre huelguistas y miembros de la Guardia Civil, como los de Castilblanco en Badajoz, los de Arnerdo en La Rioja y otros en Cataluña, con una dura represión y numerosos anarquistas deportados a Guinea. El conflicto de mayor impacto fue el de Casasviejas en Cádiz, donde un grupo de anarquistas fue masacrado por la Guardia Civil, lo que provocó un escándalo político. La tensión política desembocó en un intento de golpe de Estado en 1932 del general Sanjurjo (la ‘Sanjurjada’) que fracasó ya que no tuvo respaldo. La derecha se reorganizó. Los católicos lo hicieron en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) al mando de José María Gil Robles, que contaba con el apoyo de la Iglesia y eran partidarios de acabar con las reformas, una modificación de la Constitución y la defensa de la propiedad. Calvo Sotelo fundó el Bloque Nacional. Surgieron numerosos partidos fascistas, como las JONS y la Falange Española, liderada por José Antonio Primo de Rivera (ambos partidos acaban unificándose). Los carlistas fundan un partido fascista que contaba con milicias armadas llamas ‘requetés’. En 1933, los candidatos del Gobierno para formar el Tribunal de Garantías Constitucionales fueron derrotados. Azaña lo asumió como un voto de censura y dimitió. Se convocaron elecciones y el resultado fue el triunfo de la derecha.  

14.1La Segunda República: el bienio radical-cedista. La Revolución de 1934. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular.


En 1933 se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes donde la derecha obtiene la victoria, dando comienzo el Bienio
Derechista. Lerroux formó un gobierno con miembros exclusivamente del Partido Radical. La CEDA, grupo parlamentario más numeroso, quedo al margen, pero los radicales, que necesitaban los votos de la CEDA para gobernar, aceptaron aplicar un programa de ‘rectificación’ de la legislación del bienio anterior. El giro conservador provocó tensiones y frecuentes crisis ministeriales.

 La reforma agraria quedó paralizada. Los campesinos fueron expulsados de las tierras y los terratenientes se negaron a contratar a los obreros más reivindicativos con el lema ‘¡Comed República!’. La reforma militar también quedó detenida y se puso en destinos clave a militares como Goded, Mola o Franco que se habían declarado antirrepublicanos. Se aprobó una amnistía para los participantes del golpe de Estado de Sanjurjo. La política religiosa y educativa sufrió un cambio. Se volvió a incluir a la Iglesia en los presupuestos generales del Estado. También se bloquearon los Estatutos de autonomía.

En 1934 la UGT convocó una huelga general de campesinos para protestar por las medidas contra la reforma agraria que fue duramente reprimida por el Gobierno. La posibilidad de entrada de la CEDA en el Gobierno se identificaba desde la izquierda como el triunfo del fascismo, similar al ascenso de Hitler en Alemania. La izquierda obrera quería evitar el establecimiento de un régimen totalitario por o que preparaba una respuesta revolucionaria. Tras la dimisión del gabinete, tres miembros de la CEDA entran en el Gobierno por lo que los dirigentes socialistas dan la orden de huelga general que se extiende por todo el país. En Madrid el movimiento fracasó por la intervención del ejército y la detención de los principales líderes socialistas y del movimiento obrero. En Cataluña, el movimiento se convierte en una reivindicación independentista. Companys declaró el Estado catalán dentro de la República, pero el Ejército acaba con la insurrección. En el medio rural la insurrección fracasa por la intervención de la Guardia Civil. En Asturias, la movilización se convirtió en una insurrección armada revolucionaria.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *