Liberales isabelinos grupos sociales


Carácterísticas del Bipartidismo o Turnismo

es un sistema canovista que se creó para evitar los vacíos de poder siguiendo el modelo inglés. El rey entregaba alternativamente (turnismo) el nombramiento de presidente de gobierno a los líderes de cada uno de los dos grandes partidos. Estos eran el partido
Liberal Conservador y el Liberal Fusionista. El primero, liderado por Cánovas aglutinaba a miembros del antiguo Partido Moderado y de la Uníón Liberal; mientras que el Liberal, liderado por Práxedes Mateo Sagasta aglutinaba a antiguos progresistas, demócratas, radicales y republicanos. Ambos no eran verdaderos partidos políticos con un programa de actuación definido, sino una asamblea de notables y camarillas provinciales, con una estructura muy débil y que únicamente actuaban para controlar las elecciones. El rey designaba al presidente de gobierno y a la vez le entregaba la orden de disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones. Así pues, la primera misión del presidente de gobierno era asegurarse un respaldo mayoritario en las Cortes.


Política de Cánovas

Antonio Cánovas del Castillo, ideó el sistema político de la Restauración basado en la alternancia de dos partidos moderado y progresista, que evitase con los enfrentamientos de la época pasada y terminase con la intervención del ejército en política mediante golpes de Estado. Ambos debían aceptar pasar a la oposición si perdía la confianza regia y parlamentaria y respetar la obra legislativa de sus antecesores. De este modo el proyecto de Cánovas tenía tres vértices: el rey y las cortes como instituciones fundamentales legitimadas por la historia; el bipartidismo, como sistema idóneo de alternancia en el poder y una constitución moderada como marco jurídico del sistema.


Carácterísticas de la Restauración

la Restauración es el periodo que transcurre desde el retorno de los Borbones en 1874 con Alfonso XII, hasta el Golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923. Fue una forma de gobierno basado en una el sistema liberal, bipartidista y con fuerte poder real. Fue el sistema ideado por Cánovas del Castillo y marginará a otras fuerzas sociales (partidos obreros, nacionalistas…). Se apoyaba en la burguésía y las clases propietarias. El sistema político de la Restauración quedaba establecido en la Constitución de 1876, caracterizada por el liberalismo doctrinario (soberanía compartida entre las Cortes y el rey) y el sufragio censitario. No obstante, en 1890 se instauró el sufragio universal masculino. La Constitución reconocía el papel moderador del rey, al que se consideraba un árbitro en política y garantía de la alternancia de los partidos. Se intentaba poner fin así al protagonismo que el ejército había tenido en la política del Siglo XIX.


En qué consistía el Caciquismo y el Pucherazo

el caciquismo consistía en la falsificación metódica de la voluntad popular y la manipulación de las elecciones; el gobierno no dependía de las Cortes, sino al revés. Cada partido contaba en los distritos electorales con una red de notables provinciales y locales (caciques) que de acuerdo con el gobernador civil nombrado por el nuevo presidente de gobierno, hacían las listas de los candidatos gubernamentales y aseguraban su victoria electoral. Por su parte el partido que pasaba a la oposición seguía poseyendo una minoría importante de diputados. En el caso de que el encasillado no fuera suficiente se pasaba al fraude electoral, al pucherazo, esta consistía en alterar el resultado de unas elecciones mediante cualquier tipo de manipulación en el recuento de votos (abrir las urnas electorales y cambiar las papeletas).


Estándar 58

La Constitución aprobada el 19 de Marzo de 1812 y popularmente conocida como “La Pepa” fue la primera constitución liberal de España. Se aprobó en el marco de la Guerra de la Independencia, fue la respuesta del pueblo español a la intención de invasión de Napoleón Bonaparte. Tuvo además una gran influencia en América, fomentando la emancipación de las colonias hispanoamericanas.

Las Abdicaciones de Bayona de Carlos IV y Fernando VII crearon un vacío de poder en la España ocupada. Para rellenar este vacío se organizaron juntas locales y provinciales que asumieron la soberanía. A fin de coordinar estas juntas se constituyó la Junta Suprema Central que traspasó sus poderes a un Consejo de Regencia que se establecíó en Cádiz convocando allí las Cortes en 1810. Entre los diputados presentes se distinguieron tres grupos: liberales, absolutistas e ilustrados. La obra legislativa de las Cortes buscaba acabar con el Antiguo Régimen e instaurar un sistema liberal.

Las carácterísticas esenciales de esta constitución fueron las siguientes:

– Soberanía nacional: la autoridad suprema del estado residía en el conjunto de la nacíón representada en las Cortes.

– División de poderes: el poder legislativo correspondía a las cortes unicamerales, el poder ejecutivo al gobierno y al rey, poder judicial recaía en los tribunales de justicia.

– Nuevo derecho de representación: la nacíón ejerce su soberanía mediante representantes no de los estamentos sino de los ciudadanos. La elección de diputados se realizaba a través de un sufragio universal masculino indirecto.

– Igualdad de los ciudadanos ante la ley, que supuso el fin de los privilegios estamentales.

– Reconocimiento de los derechos y libertades individuales: a la educación, a la propiedad privada, inviolabilidad del domicilio y libertad de imprenta – Establece el catolicismo como única confesión religiosa permitida.

– Organización territorial: el territorio se divide tanto en provincias como en municipios, con el fin de conseguir la unificación territorial.

– Se creo la Milicia Nacional para reforzar el ejército y defender el Estado Liberal, organizada por provincias.

Por todo ello, la Constitución de 1812 se convierte en el símbolo liberal por excelencia de nuestra historia. Fernando VII la derogó en su vuelta a España en 1814 pero tras el Riego en 1820, se vio obligado a jurar la constitución, iniciándose así el Trienio Liberal (1820-1823).


¿Quiénes son los Caciques?

Los caciques locales y provinciales eran la oligarquía terrateniente y presionaban a los electores para obtener su voto mediante amenazas de despido y mediante el control de las pequeñas y grandes decisiones de ayuntamientos que afectaban a los ciudadanos

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