Oposición política arias navarro

1-El inmovilismo y la ruptura democrática:


El gobierno de Arias Navarro se encontró, durante 1974 y 1975, con un aumento de la oposición política:
en 1974 se formó la Junta Democrática (con dominio del PCE)
y en 1975, la Plataforma de Convergencia Democrática (liderada por el PSOE); ambos se fusionarán, formando la Coordinación Democrática (<<Platajunta>>);
defendían la ruptura democrática con el régimen, mediante una estrategia de movilizaciones sociales, que obligasen a la formación de un gobierno provisional, que concedería una amnistía política, legalizaría los sindicatos y partidos y convocaría elecciones libres, tras las que se iniciaría la labor constituyente.
/ Arias Navarro tuvo que hacer frente a un incremento de la actividad terrorista durante estos meses, respondiendo con una fuerte represión, así como el fusilamiento de dos miembros de ETA y tres del FRAP, en Septiembre de 1975.
La reacción internacional fue notoria, incluso el Vaticano intercedíó por un indulto y mostró su malestar al ser negado. Después de una larga agonía, Franco muere el 20 de Noviembre de 1975.

Don Juan Carlos fue coronado rey de España, el 22 de Noviembre de 1975

La nueva monarquía nacía legitimada por el propio franquismo y los apoyos de este (Ejército, fuerzas de orden público, el «búnker») esperaban que instaurara una monarquía «de nuevo tipo», manteniendo lo esencial del franquismo.
El discurso de coronación de Juan Carlos I apuntaba sus intenciones reformistas, pero su ambigüedad abría interrogantes.
Arias Navarro continuó como presidente del Gobierno. Sin embargo, el Rey situó a su antiguo tutor, Torcuato Fernández Miranda, al frente de las Cortes y del Consejo del
Reino, dos instituciones clave en el tejido institucional franquista, y obligó a Arias Navarro a contar en su gobierno con algunas figuras del Reformismo: Fraga,
Osorio, Areilza o Garrigues.
Pero Arias estaba más próximo a las posturas inmovilistas del búnker e inició una reforma claramente insuficiente./Lo que terminó con el gobierno de Arias Navarro fue la creciente y poderosa presión social de una parte importante de la población: movimiento obrero, estudiantes, movimiento ciudadano de los barrios, sectores de base de la Iglesia (cardenal Tarancón
), etc. A las protestas contra el gobierno y el malestar social se sumó una oleada de huelgas que aumentaron la inestabilidad del país: huelga del sector metalúrgico, en el Metro de Madrid, en Correos, Telefónica y Renfe;
HUNOSA y ENSIDESA iniciaron en Asturias una huelga de varios meses. Arias Navarro respondíó de manera autoritaria y represiva. Esta línea de acción del presidente, así como el progresivo aumento de la presión por parte de la oposición, que defendía la ruptura democrática, generó la reacción de la Corona, el rey forzó la dimisión de Arias Navarro el 1 de Julio de 1976.
El monarca nombró presidente del Gobierno a Adolfo Suárez;
sus antecedentes políticos eran franquistas; sin embargo, expuso de forma clara que los futuros gobiernos de España serían el resultado de la voluntad de los españoles e inició un proceso de desmantelamiento de la dictadura a partir de la propia legalidad franquista.

2-La Reforma Democrática:


 
Suárez era un falangista católico, lo bastante audaz para pasar de la dictadura a la democracia y dar legitimidad a la monarquía. Se rodéó de ministros reformistas, democristianos: Landelino Lavilla, Marcelino Oreja, Fernando Abril, Calvo Sotelo o el general Gutiérrez Mellado, uno de los pocos militares con talante liberal. Para ganar credibilidad ante la oposición y la opinión pública, Suárez concedíó una amnistía (no total, pero significativa) e inició contactos periódicos con la oposición (con socialistas y nacionalistas, pero no con los comunistas) con el fin deimplicarla en el proceso de reforma. El instrumento utilizado fue la Ley para la Reforma Política, cuyas basesfundamentales eran:

El reconocimiento de la soberanía popular; afirmar la inviolabilidad de los derechos fundamentales;

y creación de unas Cortes democráticas bicamerales, elegidas por sufragio universal, directo y secreto. Las Cortes quedarían plenamente legitimadas para modificar el régimen político o establecer una nueva legislación. La < <Platajunta> > cambió su programa de «ruptura democrática» por la estrategia de «ruptura pactada», mal comprendida por las bases de los partidos. Era una estrategia moderada que pensaba más en una futura negociación con el gobierno que en mantener las movilizaciones, que disminuyeron en número. Se pedía la convocatoria de Cortes Constituyentes, la amnistía completa, la legalización de todos los partidos y sindicatos, la concesión de estatutos de autonomía y la disolución de las instituciones franquistas;
en el olvido había quedado la exigencia de un referéndum para decidir la forma de Estado.
 Suárez se reuníó con altos mandos del Ejército para lograr su respaldo a la reforma.
A continuación se presentó ante las Cortes franquistas el proyecto de Ley para la Reforma Política, que fue aprobado.
El 15 de Diciembre de 1976 se celebró un referéndum para que el pueblo español se pronunciase sobre la nueva Ley.
La oposición de izquierdas y los nacionalistas pidieron la abstención;
la ultraderecha recomendó el voto negativo. Aunque reforzado por la victoria en el referéndum, Suárez aún se enfrentaba a la actitud cada vez más hostil de la ultraderecha y a la acción terrorista: ETA y el (9RAPO cometieron varios atentados en esos meses. Ante esto, el gobierno intensificó el pacto que venía fraguando con la oposición desde el referéndum de Diciembre de 1976. En una sucesión de entrevistas entre Suárez y representantes de la oposición, esta aceptaba la reforma;
esto supuso un acuerdo para evitar tensiones y conseguir establecer un juego político pluralista y democrático, frente a la amenaza que aún representaban el «búnker» y fas Fuerzas Armadas.

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