Porque los europeos buscaron nuevas rutas de navegación

El reinado de los Reyes Católicos ha sido considerado como el punto de partida de la Edad Moderna en España, con ella la formación de la Monarquía Hispánica. Sin embargo, la uníón entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (1469) fue de tipo matrimonial, y en 1475 se produce la uníón dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón mediante la Concordia de Segovia, acuerdo por el que cada reino , conservaba sus peculiaridades medievales, es decir, manteniendo cada reino la línea de sucesión dinástica, instituciones, fronteras, leyes y cortes. No es, pues, una unidad institucional de los dos reinos, es solo una uníón personal, y no un Estado centralista y unificado. Por lo que VAN A TENER EN COMÚN, QUE, DESDE AHORA, ambos reinos SERÁN GOBERNADOS POR los mismos monarcas, pero los distintos reinos no formarán un solo Estado. Sin embargo, esta uníón contribuyó a la creación de la denominada Monarquía Hispánica. Castilla, por su mayor tamaño, población y poder económico, era hegemónica dentro de la Monarquía hispánica. En 1476 se produce la Batalla de Toro, que se vio dada por la crisis sucesoria producida por la muerte de Enrique IV de Castilla, que alentó la formación de una coalición, apoyada por Luis XI de Francia y encabezada por Alfonso V de Portugal, que invadíó Castilla desde Portugal en apoyo de Juana la Beltraneja, hija del fallecido rey, y con la cual se casó (Mayo de 1475). Cuando fracasaron las negociaciones con Isabel, hermanastra de Enrique IV, se inició una Guerra Civil de contornos internacionales por el trono de Castilla y una guerra naval en el Atlántico con Portugal. La batalla de Toro, terminó con una gran victoria política para los Reyes Católicos, asegurando el trono en manos de Isabel, y la uníón de las coronas de Castilla y Aragón. En 1479 se produce la Paz de Alcazovas, que consiste en un acuerdo o tratado de Paz que ponen fin los conflictos entre Portugal y Castilla, el cual fue realizado mediante una Uníón Dinástica con el matrimonio entre la infanta Isabel de Aragón (primogénita de Isabel y Fernando) y Alfonso (el único hijo de Juan II de Portugal).

En cuanto a los hitos de expansión territorial, nos encontramos con la conquista del reino Nazarí de Granada en 1492, la finalización de la conquista de las islas Canarias en 1496, cuando se conquistan finalmente las islas de realengo, y la anexión de Navarra al Reino de Aragón en 1512.

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En estas circunstancias, los Reyes Católicos se marcaron el objetivo de transformar una monarquía de carácter feudal (donde el poder político estaba fragmentado por los señoríos jurisdiccionales) en una monarquía moderna y autoritaria (con un poder cada vez más centralizado en la monarquía), para ello iniciaron una reorganización del Estado adoptando una serie de medidas para reforzar la autoridad de la monarquía. Estas medidas fueron:

Se limitó el poder de la nobleza (sumisión política), ya que la nobleza que apoyó a Juana “la Beltraneja” vio confiscada sus señoríos que fueron dados como señoríos territoriales (no jurisdiccionales) a la nobleza afín. Por lo que se refiere a la Iglesia, los reyes lograron del Papa Sixto IV la ampliación del Patronato real en la provisión de cargos, esto es, las personas propuestas por los reyes para ocupar los altos cargos serían, de hecho, nombrados por Roma. Esto permitíó a los reyes controlar indirectamente todos los señoríos eclesiásticos al colocar personas leales a los monarcas. Acabó con los privilegios políticos de la nobleza, el clero y de las ciudades.

Se fortalecíó la hacienda, se inició con su reorganización mediante la creación, en 1476, de dos organismos: la Contaduría Mayor de Hacienda, dedicada a la recaudación de los impuestos sobre los pecheros, es decir los individuos no nobles y la Contaduría General de Cuentas y Resultas, encargada del control de ingresos y gastos.

En cuanto a las reformas institucionales, las Cortes, mantuvieron su estructura medieval, aunque redujeron el papel de las Cortes de Castilla, por lo que decae su importancia, y sólo actúan para jurar heredero y/o aprobar impuestos.

El principal órgano de gobierno fueron los Consejos, puramente consultivos, quienes estaban formados por funcionarios con formación jurídica, y perdiendo así, la importancia de los nobles. El Real Consejo de Castilla llegó incluso a invadir funciones legislativas de las cortes castellanas. A su lado aparecieron otros: el Consejo de Aragón, el Consejo de Navarra, el de la Inquisición, el de órdenes, etc.


Se crean nuevos cargos como la de los secretarios reales, que son los que están para mediar entre los reyes y consejos, y el de los virreyes, que representa a los reyes en territorios lejanos. También está el cargo de Corregidor, quienes controlan las ciudades y funcionarios, y que tienen a su poder las competencias administrativas, judiciales y militares.

Reorganizaron el sistema judicial, formados por la Audiencias o las Chancillerías y los tribunales reales, donde los reyes son los tribunales supremos.

Se crea la Santa Hermandad en 1476, que se trata de un cuerpo armado, que su función principal es asegurar el orden público y la seguridad de los caminos.

Se creó un ejército permanente y así se crearon tropas a sueldo lo que permitíó eliminar la dependencia que los monarcas tenían de las tropas de la nobleza. También se creó una diplomacia, igualmente permanente.

Por último, la política de uniformidad religiosa, dónde los reyes emplean la religión como nexo de la unidad territorial. La religión, que fue una forma de cohesionar el Estado, contribuyó a hacer de la fe cristiana el elemento común y definidor de la “esencia” última de la Península (con exclusión, por ello, de judíos y musulmanes). Comenzó, así una dura política contra las dos minorías religiosas: judíos y musulmanes. Se decreta así, en 1492, la expulsión o la conversión forzosa de los judíos y, para vigilar a los supuestos falsos conversos, establecen el Tribunal de Santa Inquisición o Tribunal del Santo Oficio en 1478, que estaba bajo la autoridad directa de los reyes, que lo utilizaron como instrumento de su política autoritaria.

El reinado de los Reyes Católicos, desde un punto de vista político, representa un estadio de monarquía autoritaria, como etapa de transición a la monarquía absoluta carácterística de la Edad Moderna, puesto que establecieron las primeras bases de un Estado moderno que desarrollaron después sus sucesores.

Cabe destacar que en Aragón sus reformas fueron más limitadas, ya que solo crearon la figura del virrey, la insaculación, que es una elección para los cargos municipales (lista del rey), y por último introdujeron la inquisición.


Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, presiden una época decisiva de la historia de España (1479-1516). La uníón de Castilla y Aragón fue mucho más que una vulnerable uníón personal: iba, al menos, a cristalizar en numerosas instituciones y proyectos comunes. En este proceso el año 1492 fue significativo pues en él se producen los siguientes acontecimientos: la rendición de Granada, el descubrimiento de América por Colón y la expulsión de judíos, con el fin de cohesionar España en torno a la fe católica. 
1.

Conquista de Granada


La idea de la Hispania romana-visigoda, como superior integración peninsular, perduró durante la Edad Media. Basándose en esta idea los Reyes Católicos orientaron su política hacia la consecución de la unidad ibérica. Esto implicaba anexionarse el reino musulmán de Granada, en la Península Ibérica. La guerra de Granada duró once años (1481-1492) en el transcurso de los cuales los Reyes Católicos esgrimieron conjuntamente las armas y la diplomacia. Granada capituló en 1492 incorporándose al reino de Castilla. Los Reyes Católicos garantizaron a los musulmanes la libertad religiosa y la conservación de sus bienes y costumbres. Sin embargo, en 1499 el cardenal Cisneros dejó de respetar las capitulaciones y obligó a los musulmanes a convertirse al cristianismo o a abandonar Castilla. Con esta conquista finalizan ocho siglos de presencia musulmana en España y la sustitución de una política tolerante que permitíó la convivencia pacífica de cristianos, musulmanes y judíos (salvo algunos períodos) por otra política de conversiones forzosas y expulsiones que conllevó una política de intransigencia religiosa.
También podemos mencionar que en 1496, se termina de conquistar Canarias y en 1512, se anexa Navarra.
2. Expulsión de los judíos
En la sociedad española de fines del Siglo XV existían grupos marginados: judíos y musulmanes. Estos grupos planteaban al nuevo Estado un problema pues la convivencia de tres religiones, unido a la existencia de lenguas, tradiciones, legislación diferentes hacían difícil la convivencia en un nuevo Estado que necesitaba nexos de uníón. Ambos monarcas decidieron que la unidad 


religiosa  era necesaria y actuaron duramente contra las dos minorías religiosas. La religión contribuyó a hacer de la fe cristiana el elemento común y definidor de la “esencia” última de la Península (con exclusión, por ello, de judíos y musulmanes). Así, en 1478, obtuvieron del Papado el permiso para el establecimiento de la Inquisición con el fin de perseguir a los supuestos «falsos conversos» y, a finales de Abril de 1492, los Reyes Católicos decretaron la expulsión de sus reinos de todos aquellos judíos que no se bautizaran. La Inquisición sería un instrumento de control político de la monarquía, con jurisdicción, además, sobre ambas coronas, por encima de los distintos ordenamientos de estas. La Inquisición o Tribunal del Santo Oficio se convirtió, entonces, en un sistema de información y 
represión que permitíó silenciar las voces contrarias a los intereses de la monarquía. La intolerancia se abatíó pronto sobre España y acabó definitivamente con el mestizaje surgido en los siete siglos de vida en común. La expulsión de los judíos supuso una gran pérdida, además de cuantitativa, cualitativa, pues se trataba de un grupo laborioso que desempeñaba actividades económicas de gran utilidad (comerciantes, prestamistas, etc.). Además se generó entre la población una actitud de rechazo hacia las actividades comerciales (mentalidad antiburguesa). 
3. Descubrimiento de América
Por último el gran acontecimiento de 1492 fue, sin duda, el descubrimiento de América. Con la desaparición del Imperio Bizantino, al ser conquistada Constantinopla por los turcos en 1453, y la aparición del Imperio
Otomano se incrementan las dificultades para llegar a Asía por el Mediterráneo, y su rivalidad con los Portugueses, que tenían el control del Atlántico, lo que obliga a los europeos a buscar rutas alternativas para conseguir los productos de las Indias: especias y metales preciosos. En este contexto, las rutas atlánticas exploradas por castellanos y portugueses adquieren una nueva dimensión. El objetivo de portugueses y castellanos era encontrar nuevas rutas para acceder a los centros de producción orientales de forma directa, eludiendo al amenazante


Imperio Otomano. De esta manera la expansión española por el Atlántico se convierte en eje fundamental de la política exterior de los Reyes Católicos.
Por lo que las causas del descubrimiento de América, a parte de la necesidad de encontrar una nueva ruta, que es una causa económica, está la causa científico-técnico, en ella encontramos el redondez de la tierra, quienes demostraban que la tierra era redonda con los nuevos conocimiento que habían adquirido los Reyes Católicos gracias a las navegaciones y con las ideas antiguas, también se descubrieron nuevos instrumentos de navegación como la cartografía, el astrolabio y la brújula, y además se crearon nuevas embarcaciones, que son las carabelas y naos, otras de las causas que podemos ver son las ideológicas, ya que estas son impulsada por el deseo de fama y riqueza, y el espíritu de cruzada por extender la religión cristiana.
El desarrollo de los acontecimientos fue el siguiente: Cristóbal Colón, un navegante ¿Genovés? Pretendía llegar a la India por la ruta inexplorada del oeste (pensaba que la distancia era más corta de lo que es en realidad) y para demostrar su teoría de que la tierra es esférica. Su proyecto fue rechazado por varios países europeos ( uno de ellos Portugal en 1484), y fue aceptado por los Reyes Católicos (1492), ya que estaban compitiendo con Portugal, donde éstos tenían la travésía Africana, por lo que los Reyes Católicos alcanzando un acuerdo con Colón que se plasmó en las Capitulaciones de Santa Fe (17 Abril 1492), donde Colón obtuvo una serie de concesiones, las cuales eran, ser virrey de las tierras descubiertas y la décima parte de las riquezas. La expedición comienza el 3 de Agosto de 1492, donde salen de Palos de la Frontera (Huelva), donde participaron tres embarcaciones: la NAO (Santa María) y dos Carabelas (Pinta y Niña), durante el viaje se produjo par algunos cálculos erróneos con la circunferencia, que posteriormente la llegada a las Antillas el 12 de Octubre de 1492, donde se descubríó América, aunque Colón no lo sabía, y finalmente regresa a Castilla, een 1493. Colon realizó en total cuatro viajes a Las Indias sin saber que, en realidad, había llegado a un nuevo continente, donde exploró por el Caribe y centro 


América, y donde murió en 1506, convencido de que había llegado a Asía, y quién afirmó de que era un nuevo continente fue posteriormente Américo Vespucio.
Y las consecuencias que deja el descubrimiento de América, demográficamente , hubo un gran descenso de la población indígena, a causa de enfermedades, enfrentamientos con las tropas hispánicas y las malas condiciones, otras consecuencias demográficas son la emigración de españoles y europeos y el mestizaje (mestizos, mulatos, zambos). En cuanto a las consecuencias económicas nos encontramos con metales preciosos con la llegada de Guzapa, nuevos productos (papa, millo,tomate, café), nuevas rutas comerciales y auge del comercio internacional. Con respecto a las consecuencias políticas está los grandes imperios coloniales (España, Portugal y Francia) y el conflicto y control de mares y nuevas tierras. Por último con las consecuencias culturares, está la aculturación, que se trata de la imposición de la lengua y cultura castellana. 
Para acabar con la rivalidad entre Castilla y Portugal por el control del Atlántico se establecieron varios tratados entre ambas monarquías que consiguieron resolver los conflictos relativos a los límites de su expansión. El más importante fue el Tratado de Tordesillas (1494) que establecía una línea de separación entre las dos grandes potencias y que reservaba para Portugal la ruta que bordea áfrica y una pequeña área en América que se convertiría en el futuro Brasil, para Castilla quedaba el resto de América.


A la muerte de Fernando el Católico ocupó el trono de la monarquía hispana Carlos I de España y V de Alemania. Heredó por parte de Maximiliano de Austria los territorios patrimoniales de Austria, pertenecientes al Sacro Imperio Romano Germánico; por parte de María de Borgoña los Países Bajos y el Franco Condado; por parte de Isabel la Católica la Corona de Castilla con Navarra y América y por parte de Fernando el Católico, la Corona de Aragón y los territorios italianos. 

Carlos I: El Imperio Universal (1517-1556)


La múltiple herencia de Carlos I parecíó concentrar en este monarca, elegido Emperador en 1519, el ideal medieval del Imperio: restaurar la Monarquía Universal o Universitas Christiana. Se conoce con este nombre al ideal del emperador Carlos V, que pretendía la unidad religiosa en Europa y la defensa del cristianismo frente a las amenazas de protestantes y el Imperio Turco. Es la idea de toda una Europa unida bajo la fe cristiana, en la dualidad Papa-Emperador. A ello se le opondrían los príncipes alemanes y todas la naciones europeas que no admitían la vieja unidad y menos en un momento en que surgen los «Estados nacionales» en Europa. A todo ello viene a sumarse un nuevo problema: la aparición del protestantismo que proporcionará la base ideológica para el enfrentamiento entre Carlos I y los príncipes alemanes. Esta compleja trama se desarrolla en tres etapas: 1.Carlos I obtuvo grandes victorias en Italia frente a Francia y al Papado (Pavía 1525) que le permitieron ocupar el Milanesado. 2.Tuvo que enfrentarse contra la alianza formada por Francia y los príncipes alemanes luteranos (asociados en la Liga de Smalkalda) 3.Intenta solucionar el problema alemán en sus dos aspectos: militar y religioso. En el primero logrando la derrota de la Liga de Smalkalda en la batalla de Mülhberg (1547). El segundo, logrando convocar el Concilio de Trento en un claro intento de reconciliar a la Iglesia católica con los reformados. Pero no fueron soluciones definitivas en ninguno de los dos campos. En el religioso, porque ambas posturas se radicalizaron. En el militar, porque Francia acudíó en auxilio de los príncipes luteranos. Al final de su reinado, Carlos I tuvo que reconocer el fracaso de su idea imperial firmando el Acuerdo de Augsburgo (1555) donde se reconocía la potestad de cada príncipe para elegir su propia religión. Supone, por tanto, la consagración jurídica de la escisión religiosa. Carlos I finalmente abdicó en su hijo, Felipe II


Felipe II: El Imperio hispano


Frente a la idea del Imperio Universal de Carlos I, la época de Felipe II será la del período de hegemonía española (el Imperio hispano). Felipe II aspira a entregar a España el dominio sobre Europa. Sin embargo, todos los países de Europa lucharán para impedir el dominio español. La política exterior de Felipe II se desarrolla en las siguientes etapas: 1.Control de Francia, al obtener los ejércitos españoles la victoria de San Quintín (1557). Esta victoria convierte a Felipe II en el árbitro de la política francesa hasta finales de siglo. 2.Choque contra el Imperio turco-otomano en el Mediterráneo: El poderío de los turcos era cada vez mayor. Esta amenaza provocó la reacción cristiana con la formación de la Liga Santa formada por España, Venecia y el Papado y dirigida por Felipe II. Esta liga tuvo un éxito con la victoria de Lepanto (1571), asestando un fuerte golpe a la supremacía turca en el Mediterráneo. 3.La cuestión de los Países Bajos: Heredados de la casa de Borgoña, los Países Bajos no aceptaban el dominio de un rey extranjero, que se muestra ferviente católico en unos territorios cuya parte norte (Holanda) ha aceptado unánimemente el calvinismo. Además en esta zona se produce el enfrentamiento entre una mentalidad centralista-absolutista, representada por Felipe II, y otra parlamentaria, defendida por Holanda. La sublevación comienza en 1566, y aunque los tercios españoles obtuvieron éxitos militares importantes, no lograron dominar la resistencia holandesa que contó con el apoyo británico y de los reformados alemanes. 4.Incorporación de Portugal (1580): Felipe II hereda el reino de Portugal a la muerte del rey portugués enarbolando sus derechos dinásticos (su madre pertenecía a la familia real portuguesa). En 1581 las Cortes de Tomar reconocen soberano a Felipe II, que jura respetar todas las libertades portuguesas. Con esta incorporación une, también, a su corona todo el Imperio colonial portugués con sus bases en América (Brasil), África y Asía. 5.Enfrentamiento hispano-británico: Al llegar al trono Isabel I, Inglaterra inicia su política de expansión por el Atlántico, creando una poderosa marina, fomentando la piratería contra las naves españolas que vienen de América y apoyando la rebelión de los Países Bajos, para impedir un poderhegemónico en el continente. Felipe II mandará la Armada Invencible contra Inglaterra sufriendo un estrepitoso desastre (1588). Durante los últimos años del reinado de Felipe II la guerra se generalizó y el rey se vio envuelto en un triple enfrentamiento: en Francia que reinicia su política tradicional antiespañola; con los Países Bajos y contra Inglaterra. Estos tres países firmaron el Tratado de Greenwich. Felipe II mantuvo, con grandes dificultades, la supremacía de España, pero ahora el Imperio pasaba a la defensiva.


Nos ubicamos en el reinado de Felipe IV de España que abarcó desde 1621 a 1655 y que durante la primera parte de su reinado compartíó la responsabilidad de los asuntos con don Gaspar de Guzmán, conde – duque de Olivares, que asumíó el papel de valido desde 1621 a 1643. El gobierno del conde-duque se caracterizó por el autoritarismo y la centralización y por una serie de proyectos de reforma para mejorar la situación interna y externa de la monarquía. Estos proyectos se llevaron a cabo dentro de la política ofensiva de España en el desarrollo de la Guerra de los Treinta Años librada en Europa Central durante 1618 y 1648, en la que intervinieron la gran mayoría de las potencias europeas de la época.

La Guerra de los Treinta Años exigía la aportación de importantes sumas de dinero a una Hacienda
real en crisis crónica. Para paliar esta situación, Olivares planteó una gran reforma financiera y militar, la Uníón de Armas en 1625. Hasta entonces el principal esfuerzo financiero y humano para la defensa de monarquía lo había efectuado Castilla, pero ésta se hallaba exhausta y empobrecida, ya no podía soportar el peso de las enormes necesidades económicas y militares de la Corona. Por ello, Olivares planteó la Uníón de Armas que consistía en la formación de un ejército permanente de 140.000 hombres sostenido por todos los reinos de la Corona en proporción a su población y riqueza. Trató de implantar una serie de medidas económicas de corte mercantilista, como incentivos a las manufacturas de lana y seda, fomento del comercio y medidas proteccionistas pero que no llegaron a cuajar ante la falta de vigor y constancia. Sin embargo, los proyectos más ambiciosos se referían a la Hacienda y consistieron en la supresión del impuesto de los millones sobre seis productos (vino, vinagre, aceite, carne, jabón y velas), la creación de unos erarios estatales para la financiación de las obras públicas y el fin de las acuñaciones masivas del reinado anterior, a fin de contener la inflación, la creación de nuevos impuestos y la venta de cargos públicos. No obstante, todas las reformas se estrellaron siempre con el hecho fundamental de la ruina de la economía de los reinos de la monarquía y la pérdida de 


crédito internacional. Estas reformas se inscribían en un plan más amplio que pretendía unificar políticamente el Imperio español, suprimiendo las diferencias forales y repartiendo por igual cargas y beneficios entre todos los territorios de la Corona. El plan buscaba crear una estructura centralizada del Estado, más fácil de gobernar. Pero su aplicación era casi imposible, tanto por las dificultades económicas (crisis económica europea del Siglo XVII), como por la oposición de los distintos reinos, celosos de sus prerrogativas forales. A pesar de todas las reformas de Olivares por mejorar los ingresos de la Hacienda Real, a lo largo del periodo se sucedieron las bancarrotas hasta en cuatro ocasiones, sobre todo por los gastos militares.
Como repercusiones de estas reformas, podemos indicar que en Cataluña, los sucesivos intentos de la Corona por lograr la aprobación de las Cortes del proyecto de la Uníón de Armas fracasaron. El problema fiscal fue transformándose en una cuestión política que se agravó aún más por la guerra con Francia en1635, ya que Cataluña se convirtió en frente de batalla. Olivares exigíó al reino pagar la manutención de las tropas que luchaban en la frontera contra los franceses, por este motivo en Junio de 1640 se produjo una sangrienta revuelta, el llamado «Corpus de Sangre», en la que fue asesinado el virrey. Los sublevados buscaban el apoyo de Francia, que envió tropas al territorio catalán pero la prolongación del conflicto y los perjuicios de la presencia francesa favorecieron la rendición de Barcelona en 1652 y la aceptación de la soberanía de Felipe IV. Paralelamente, en 1640 se produjo otra rebelión en Portugal en contra del proyecto de Uníón de Armas. Cuando termina la revuelta catalana, se intentó someter la rebelión portuguesa pero ya era tarde y la independencia tuvo que reconocerse en 1668 por el Tratado de Lisboa bajo el mando del duque de Braganza. Podemos decir que la uníón de todos los reinos hispánicos en beneficio común, no sólo no llegó a salir adelante, sino que fue la causa principal de su caída. Los poderosos de diferentes territorios se rebelaron contra su centralismo. Fue desterrado a Toro en 1643, siendo procesado por la Inquisición.


1471-1700

1469 matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón 

1492 conquista de Granada. Descubrimiento de América. Expulsión de los judíos 

1496 incorporación de las islas Canarias a la corona de Castilla 

1512 anexión de Navarra 

1517-56 reinado de Carlos I de Habsburgo(Carlos V tras su elección como emperador)

1556-98 reinado de Felipe II

1571 batalla de Lepanto

1598-1621 reinado de Felipe III,»valimiento» del duque de Lerma

1621-1665 reinado de Felipe IV, «valimiento» del conde-duque de Olivares(1621-43)

1665-1700reinado de Carlos II.Fin de la España de los austrias

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