Prehistoria y Edad Antigua: Pueblos pre-romanos, conquista y romanización, organización económica y social, legado cultural, primeros núcleos de resistencia

2. Prehistoria y Edad Antigua: Pueblos pre-romanos

Culturas del hierro:

Comienza en el 800 a.C. hasta el 218 a.C. En ella tuvo lugar la etapa de colonizaciones de los pueblos mediterráneos y celtas (del norte). Tartesos se situaban en Andalucía occidental y sur de Portugal. Tenían economía ganadera, agrícola y minera. Mantenían intercambio comercial con los fenicios y acentuaron la estratificación social. Los iberos se asentaron en la zona levantina y el interior de España entre el Guadalhorce y el Guadalquivir. Cultura con influencias griegas y cartaginesas. Sus rasgos proceden de la Edad de Bronce. La economía tenía poco comercio. Los celtas, conjunto de pueblos que vivían en ambas mesetas, de economía agraria y pobre, metalurgia avanzada y pueblos fortificados. Colonizaciones asentamientos escasos con fines comerciales. Fenicios se asentaron en la costa andaluza y sus zonas de influencia del interior. Economía basada en el comercio y agricultura. Griegos situados en la costa alicantina en el 600 a.C. Mantenían intercambios con el interior. Cartagineses sustituyeron a los fenicios en los siglos IV y III a.C. Se instalaron factorías comerciales desde las que controlaban los productos del interior al tiempo que influyeron en la cultura ibérica.

2.3 Conquista y Romanización

Tras la derrota de Cartago, que había penetrado en la península en la 2ª guerra Púnica a manos de Roma, los romanos comienzan a conquistar la península. A pesar de que hubo algunas sublevaciones como las de las tribus celtíberas del valle del Duero y la de los Lusitanos con Viriato a la cabeza, Roma consiguió apoderarse de todo el territorio y comenzar la romanización, es decir, la lenta pero sistemática implantación de su sistema político, administrativo, cultural, económico, etc. Terminada la conquista, Augusto dividió la Península en 3 provincias. Se fundaron numerosas ciudades y se construyeron obras públicas (acueductos y teatros). La explotación económica se basó en recursos naturales, agrícolas y mineros, en el cultivo de las tierras y la artesanía. La sociedad urbana se jerarquizó como la romana, con aristócratas, magistrados, trabajadores y esclavos. Las ciudades tenían una excelente red de calzadas y concentraban la vida política, social y cultural. Introdujeron la lengua y la religión.

3.2 Organización Económica y Social

Los musulmanes impulsaron la práctica de regadío, con novedades significativas al tiempo que difundieron cultivos. Por otra parte, en la ganadería se presenta un gran desarrollo del ganado ovino y equino. En la minería sobresalió la extracción de plomo, cobre, cinabrio y oro. La producción de textil, cerámicas, armas, papel, vidrio y metales preciosos se desarrolló fuertemente. Además, el comercio, llamado bazar, situado en el zoco de las ciudades, ocupando un puesto privilegiado. Al-Andalus mantuvo también un intenso comercio exterior, con otros países islámicos y cristianos. Exportaba sobre todo productos agrícolas, minerales y tejidos, e importaba especias y productos de lujo del próximo Oriente; armas y esclavos de Europa y Sudán. Aunque gran parte de la población de Al-Andalus vivía en el medio rural. Las ciudades se desarrollaron a partir de las existentes en los tiempos romano-visigodos. Los musulmanes crearon otras como Almería, Madrid o Calatayud. En la cúspide de la sociedad andalusí estaba la aristocracia, en su mayor parte integrada por familias de origen árabe, además de algunos linajes de ascendencia visigoda. Al otro extremo de la sociedad se hallaban las clases populares formadas por artesanos y labriegos.

3.4 Legado Cultural

La cultura andalusí se vio muy influida por la religión, aunque el estilo de vida de los árabes en la península está bastante despegado de los rígidos valores de esta religión. El árabe se impuso como lengua oficial, aunque influenciada por el latín, repercutiendo así en la lengua actual, igual que al principio de la literatura árabe, que se limitaba a la aristocracia (poesía lírica de temas paisajísticos y amorosos). En la época del califato, Córdoba se convierte en un centro cultural importante: escuelas, bibliotecas, literatura, filosofía. Se avanza en ciencias como la astronomía y la medicina. Construyeron edificios religiosos como las mezquitas. Quedaron pocos edificios civiles como la Alhambra, fortificaciones y alcazabas. En artes plásticas encontramos mosaicos, cerámicas, etc.

4.1 Los primeros núcleos de resistencia

El núcleo asturiano, en el 722, un noble visigodo, Pelayo, y los astures derrotaron en Covadonga a un ejército musulmán. A partir de ahí comienza a organizarse el reino de Asturias. Alfonso II establece la capital del reino en Oviedo. Alfonso III lleva la frontera hasta el río Duero, ocupando la tierra de nadie. A su muerte se traslada la capital a León. El núcleo navarro, tras la batalla de Roncesvalles contra los francos en 778, se impuso en el que se denominó reino de Pamplona, la dinastía Íñiga, llegó a su apogeo con Sancho III, el Mayor, rey de Navarra entre 1000 y 1085, extendió su poder a Aragón y Castilla, fue el monarca más poderoso del s.XI. El núcleo aragonés se asienta en zonas del Pirineo Central, bajo la influencia primero de los carolingios y después de los navarros. Hizo escasos avances en la reconquista ante el potente núcleo musulmán en torno al valle del Ebro. El núcleo catalán, en la zona norte de la actual Cataluña, el reino franco Carolingio estableció la Marca Hispánica. Organizado en condados, pronto el condado de Barcelona predominó sobre los demás. Wifredo el Velloso inició un proceso de independencia respecto al reino franco. Después, el condado de Barcelona pasó a ser un ente político independiente.

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