Problemas del sexenio democratico

HISTORIA TEMA-4 :


Introducción:


En Septiembre de 1868 se produjo un nuevo pronunciamiento protagonizado por el ejército, que se convertiría  en un instrumento del cambio político. Los generales, Serrano, Prim y Dulce y el almirante Topete iniciaron la revuelta en Cádiz, que rápidamente se extendió por el país. La reina se exilió a Francia después de la Batalla de Alcolea. Esta revolución conocida con el nombre de La Gloriosa, fue un nuevo intento de la burguesía y de buena parte del pueblo por instaurar un sistema democrático.

Causas:


Crisis social, en Andalucía tuvo lugar una serie de revueltas campesinas protagonizadas por los jornaleros sin tierras.
Crisis política, se sucedieron gobiernos de moderados y unionistas. La muerte de  ODonnell y Narváez, hizo aún más evidente el agotamiento del modelo político moderado. En 1866 se firmo el Pacto de Ostende entre progresistas y demócratas. 

Amadeo I: (1870-1873)


El problema de quién debía ocupar el trono de España se convirtió en una cuestión internacional que retrasó aún más el período de provisionalidad del gobierno y permitió que la oposición de republicanos y carlistas fuera obtenido.
El candidato considerado idóneo fue Amadeo de Saboya.
En principio, cumplía todos los requisitos: pertenecía una casa real con tradición liberal, era católico y su elección no inquietaba ni a Francia ni a Prusia, las dos potencias continentales europeas que se encontraban enfrentadas. Las Cortes le nombraron rey en noviembre de 1870.
Prim, el principal valedor del nuevo rey, fue asesinado, en circunstancias que no llegaron a aclararse, tres días antes de la llegada de Amadeo I.
El rey juró la Constitución y, desde el primer momento, se mostró dispuesto a cumplir con su papel de rey constitucional.

La división de las fuerzas políticas hizo imposible mantener la estabilidad. En el gobierno se sucedieron los progresistas de Sagasta, los radicales de Zorrilla y los viejos unionistas encabezados por Francisco Serrano, partidos todos ellos que contaban con escaso apoyo real entre los electorales. Las elecciones continuaron siendo fraudulentas, manipuladas.
En este contexto los republicanos, los carlistas y los partidarios de una restauración borbónica en la figura del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II, ganaron adeptos.
En abril de 1872, el pretendiente de los carlistas, Carlos VII, entró en España y se produjo un nuevo levantamiento en las provincias vascas y en Navarra,( la tercera Guerra carlista 1872-1876) .

En febrero de
1873 Amadeo I, decepcionado del curso que había tomado la política, abdicó.
Ese mismo día las Cortes proclamaron la República por mayoría absoluta.

Crisis económica, la crisis financiera y de subsistencia que se desencadenó en 1866 acabó de crear un clima que llevó al final de la monarquía, de Isabel ll.


La Primera República (1873-1874):


A lo largo de sus once meses de vida, la Primera República intentó, consolidar el sistema democrático iniciado en 1868. Pero, desde el primer momento, el nuevo régimen se vio obligado a enfrentarse a graves problemas que provocaron su inestabilidad y su fracaso, como la división interna entre los republicanos unitarios y los federalistas, la tercera guerra carlista, el cantonalismo o la guerra de cuba.
Sin embargo, el principal problema fue la falta de auténticos republicanos entre la clase política y el escaso apoyo.
Fue la búsqueda desesperada de una salida lo que forzó la proclamación de la República, y no que el sentimiento republicano fuera mayoritario.
La división interna entre los republicanos fue otra fuente importante de problemas. Los federalistas moderados eran partidarios de aplicar el programa republicano progresivamente. Los más radicales reclamaban una acción rápida utilizando la subvención si era necesario.
En febrero fue elegido presidente Figueras, republicano no unitario. En las elecciones celebradas en mayo, los federalistas obtuvieron amplía mayoría y Margall fue nombrado presidente. Las Cortes elaboraron rápidamente una nueva Constitución que recogía la estructura federal del Estado. Organizaba el territorio de España en 17 estados federales, uno de los cuales era Cuba, pero esta medida no entró en vigor.
En intento de imponer desde arriba la nueva estructura federal fracasó y el cantonalismo se extendió con gran rapidez por todo el país. Según los federalistas, estos debían ser más radicales, debían convertirse en las unidades políticas inferiores a partir de las cuales se debería formar la federación española.
Alcoy y Cartagena fueron las primeras ciudades que se proclamaron cantones y la lentitud del ejército, que se hallaba ocupado combatiendo a los carlistas, permitió que rápidamente se proclamaran muchos otros en Andalucía y en la zona levantina, donde el ejército tuvo que intervenir. En muchos casos fue evidente que el federalismo radical intentaba ser aprovechado por las clases más desfavorecidas para conseguir reivindicaciones sociales.

Estos levantamientos provocaron la dimisión de Margall, que fue sustituido, por Salmerón.
Éste, federalismo moderado, contó con el apoyo de los generales más prestigiosos para acabar con el movimiento cantonalista.
Salmerón, que no quiso restablecer la pena de muerte, dimitió y fue sustituido, a principios de septiembre, por Emilio Castelar, un republicano unitario,  que declaró el federalismo fuera de la ley, suspendió durante tres meses las Cortes y reforzó el poder militar que luchaba contra el cantón de Cartagena y los carlistas.
Las Cortes de reabrieron a principios de 1874, el gobierno de Castelar fue derrotado y todo hacía presuponer que el gobierno volvería a manos de los federalistas.
Ni el ejército ni las clases más conservadoras estaban dispuestos a aceptar un nuevo cambio en el gobierno y el general Pavía protagonizó, un golpe de Estado.
De esta forma se puso fin al régimen republicano, aunque oficialmente España siguió siendo una república hasta final de año.
El general Serrano presidió un nuevo gobierno provisional que tuvo entre sus objetivos inmediatos restablecer el orden público, controlar a los carlistas y seguir con la guerra de Cuba. Pero el general Arsenio Martínez Campos se sublevó y Alfonso XII fue proclamado rey.

El general Serrano se exilió y Cánovas, que había estado preparando desde hacía tiempo el regreso de la monarquía, fue nombrado presidente del Ministerio de regencia mientras el nuevo Rey llegaba a España.

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