Prohibiciones de Franco

1. Naturaleza del régimen franquista

Franco fue un dictador con un poder sin paralelo en la historia de España. Durante los primeros años de dictadura se le exaltó como “caudillo nacional” y llevó a cabo una represión brutal de la oposición. A lo largo de su régimen, se hizo patente su voluntad de perpetuarse al frente del Estado, sentando poco a poco las bases legitimadores (políticas, ideológicas, religiosas) de su “autocracia”.

Fue nombrado generalísimo de los tres ejércitos, jefe del partido único, jefe del Estado y presidente del Gobierno. Tenía el control absoluto del poder ejecutivo y del legislativo gobernando a base de “decretos” y a través de unas Cortes que demandaban siempre su refrendo. Extendíó también indirectamente su tutela al poder judicial a través de los tribunales militares y la depuración de la carrera judicial.

El principal objetivo político del nuevo régimen fue eliminar cualquier vestigio de oposición como garantía de su propia supervivencia. Los vencedores del conflicto civil practicaron una “política de terror”, especialmente en las zonas de mayor oposición (regiones agrarias del sur, cuencas mineras, áreas industriales del País Vasco, Asturias y Cataluña). A pesar de existir una mayoría social que rechazaba la dictadura, debido a la política de terror y a que gran parte de la oposición estaba en el exilio forzoso, resultó imposible organizar un frente de oposición eficaz.

Los rasgos carácterísticos y permanentes del franquismo son los siguientes:

* Una dictadura personal. Dicha dictadura está por encima de grupos y estamentos.

* El unipartidismo. Se trata de un régimen de partido único donde la represión y la legislación eliminan cualquier tipo de pluralismo político y sindical.

División ideológica permanente entre vencedores y vencidos.

* Dictadura autoritaria de carácter . Especialmente durante los primeros años, el franquismo constituyó una versión del fascismo. Se trataba de la construcción de un estado nuevo antidemocrático y totalitario surgido de la crisis del sistema liberal de la década de 1930. Un estado sometido a un caudillo, represivo, negador de las libertades fundamentales (reuníón, expresión, asociación), con falta de garantías jurídicas, crítico superficial con el capitalismo, caracterizado por las celebraciones y grandes concentraciones de militantes uniformados con saludos y gritos fascistoides.

Dado que la dictadura duró muchos más años que otras homólogas, tuvo que ir metamorfoseándose según las circunstancias del contexto internacional, aunque nunca renunció a sus principios básicos.

Para marcar las diferencias de la dictadura de Franco con los fascismos europeos, se destacan sus singularidades: No tuvo un partido único cohesionado ni de masas, el ejército tuvo una influencia mayor así como la presencia del catolicismo en las formulaciones doctrinales que legitimaron el régimen, no planteó ni practicó principios racistas aunque apeló a la raza y denostaba a los judíos.

“sustitulle o misional e totalitario, que orienta ó pobo sinalándolle o camino (…) (DOC 1)”.

La dictadura mantuvo una serie de principios ideológicos que conformaron su identidad entre los que destacaron el nacional-patriotismo (Ejército), el nacional-sindicalismo (Falange) y el nacional-catolicismo (Iglesia). De esta forma, para la legitimación del régimen, adoptó pragmáticamente los principios de instituciones y formaciones político-sociales que lo habían apoyado en el conflicto civil (Iglesia, Ejército, Falange), que, junto a los tradicionalistas carlistas y los monárquicos constituyeron lo que se llamó familias del régimen.


2. Política Interior

En la primera etapa del franquismo, Franco definíó configuro un sistema institucional que dio lugar a un nuevo Estado Autoritario. Pero siempre renunció a promulgar un cuerpo legal de leyes que pudieran recordar a las democracias liberales. Por el contrario, publicó una serie de leyes fundamentales en las que se definieron los principios antidemocráticos y el carácter autocrático del ejercicio del poder. Entre 1938-1946 se aprobaron las cinco primeras.

Instalado en el Palacio del Pardo con ceremonial de realeza y protegido por la exótica Guardia Mora, en Agosto de 1939 promulgó la Ley de Reorganización de la Administración Central del Estado, que reafirmó la concentración de poderes legislativos y ejecutivos en manos del caudillo.

Poco tiempo después formó su segundo gobierno con predominio militar pero influencia determinante de la Falange.

Una de las leyes claves que continuó el proceso de institucionalización del régimen fue la Ley Constitutiva de las Cortes “pola sua banda, o poder personal, establecido como clave de arco (…), esponxaríase nunha camarilla reclutada entre os máis fieis (…) (DOC 5)”.

Que definíó una cámara elegida por Franco y por sufragio indirecto de las corporaciones (sindicatos, familias y municipios), limitada a refrendar los proyectos de ley presentados por el dictador. A este sistema de funcionamiento se le llamó , en contraposición a la clásica democracia liberal. Dichas cortes, en ningún caso representaban a la soberanía nacional, por cuanto el Caudillo tenía la plena potestad legislativa. “Art. 1.-As Cortes son ó órgano superior de participación do pobo español nas tarefas do Estado. (DOC 3)”.

Bajo la inspiración de S. Suñer, el programa de conversión totalitaria del régimen experimentó grandes avances y donde se manifestó más claramente la deriva fascistizante fue en la ampliación de la influencia falangista hacia actividades en manos de otras fuerzas políticas. Al margen del desembargo en la administración del estado, su voluntad de penetración en las masas fue la conversión de sus órganos sectoriales en instituciones estatales monopolísticas: Frente de Juventudes que pretendíó encuadrar y adoctrinar a la juventud; Sección Femenina, dirigida por Pilar Primo de Rivera, cuya función era la movilización, encuadramiento y formación de afiliadas con la finalidad de formar a la mujer en sentido cristiano y nacional-sindicalista; SEU, único sindicato de estudiantes universitarios. Con la ley universitaria de 1943, supuso el triunfo del SEU mediante la sindicación obligatoria de todos los estudiantes universitarios. “a organización sindical de F.E.T. Y de las J.O.N.S é a única recoñecida con personalidade suficiente polo Estado, quen non admitirá a existencia de ninguna outra con fins análogos ou similares. (DOC 2)”.

Otro ámbito donde se manifestó la deriva fascistoide del régimen fue en el campo sindical y el de las relaciones laborales a través de la creación de un entramado sindical mediante la Organización Sindical Española controlada por la burocracia falangista. En 1942, todos los productores estaban obligados a afiliarse a ella.

“Tres son os principios que inspiran a Organización Nacional-Sindicalista (DOC 2)”


3. Ley de creación de las Cortes Españolas

Franco siempre renunció a promulgar un cuerpo legal de leyes que pudieran recordar a las democracias liberales. Por el contrario, publicó una serie de leyes fundamentales en las que se definieron los principios antidemocráticos y el carácter autocrático del ejercicio del poder. Entre 1938-1946 se aprobaron las cinco primeras.

Instalado en el Palacio del Pardo con ceremonial de realeza y protegido por la exótica Guardia Mora, en Agosto de 1939 promulgó la Ley de Reorganización de la Administración Central del Estado, que reafirmó la concentración de poderes legislativos y ejecutivos en manos del caudillo. Poco tiempo después formó su segundo gobierno con predominio militar pero influencia determinante de la Falange.

Una de las leyes claves que continuó el proceso de institucionalización del régimen fue la Ley Constitutiva de las Cortes, que definíó una cámara elegida por Franco y por sufragio indirecto de las corporaciones, limitada a refrendar los proyectos de ley presentados por el dictador. A este sistema de funcionamiento se le llamó “democracia orgánica”, en contraposición a la clásica democracia liberal. Dichas cortes, en ningún caso representaban a la soberanía nacional, por cuanto el Caudillo tenía la plena potestad legislativa. “Continuando na xefatura do estado a suprema protestade de dictar normas xurídicas (…), o órgano que se crea significara, a vez que un eficaz instrumento de colaboración naquela función, principio de autolimitación para unha institución máis sistemática do poder (…) (DOC 3)”.

Bajo la inspiración de S. Suñer, el programa de conversión totalitaria del régimen experimentó grandes avances y donde se manifestó más claramente la deriva fascistizante fue en la ampliación de la influencia falangista hacia actividades en manos de otras fuerzas políticas. Al margen del desembargo en la administración del estado, su voluntad de penetración en las masas fue la conversión de sus órganos sectoriales en instituciones estatales monopolísticas: Frente de Juventudes que pretendíó encuadrar y adoctrinar a la juventud; Sección Femenina, dirigida por Pilar Primo de Rivera, cuya función era la movilización, encuadramiento y formación de afiliadas con la finalidad de formar a la mujer en sentido cristiano y nacional-sindicalista; SEU, único sindicato de estudiantes universitarios. Con la ley universitaria de 1943, supuso el triunfo del SEU mediante la sindicación obligatoria de todos los estudiantes universitarios.

Otro ámbito donde se manifestó la deriva fascistoide del régimen fue en el campo sindical y el de las relaciones laborales a través de la creación de un entramado sindical mediante la Organización Sindical Española (OSE), controlada por la burocracia falangista. En 1942, todos los productores estaban obligados a afiliarse a ella.

Franco, acentuó el programa de desfascistización del régimen, definido ahora oficialmente como “democracia orgánica” y pronto como “democracia orgánica y católica” con la finalidad de mejorar la imagen del régimen y satisfacer la sensibilidad democrática de los aliados.

Destacamos que en 1945, se aprobaron dos nuevas leyes orgánicas. El Fuero de los Españoles, tercera ley, era una especie de declaración de derechos y deberes que reafirmaba el carácter tradicionalista y católica del sistema aunque se reservaba el derecho de suspender total o parcialmente la vigencia de los tales derechos. Su objetivo era enmascarar la imagen autoritaria del régimen en el momento en que comenzaba su aislamiento internacional.

“os españoís deben servicio fiel a Patria, lealdade ó xefe do Estado e obediencia ás leis (…) (DOC 4)”.

“todo español poderá expresar libremente as súas ideas, mentres non atenden contra os principios fundamentáis do Estado (DOC 4)”.

En Julio de 1945, se forma un cuarto gobierno cuyos rasgos más sobresalientes fueron la postergación de los falangistas y la espectacular promoción de católicos, especialmente Martín Artajo, Ministro de Asuntos Exteriores, Ruiz-Giménez, ministro de Educación y Carrero Blanco, hombre de confianza del dictador. El tránsito del nacional-sindicalismo al nacional-catolicismo fue seguido de un rosario de medidas: derogación del saludo fascista, retirada de las tropas de

Tánger y aprobación de la cuarta ley fundamental del régimen, La Ley de Referéndum Nacional (1945), que reconocía el derecho de los españoles al voto y que podía ejercerse en consultas electorales sobre asuntos de Estado. De esta forma, el jefe del Estado podía convocar un plebiscito con el fin de que el pueblo aprobara directamente una ley. Las pocas hechas, estuvieron sujetas a la manipulación propagandística.

La renovada actividad del monarquismo hizo que, por consejo de Carrero Blanco, el dictador promoviese la institucionalización del régimen como una monarquía sin rey pero con regente vitalicio. La redacción de la crucial Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, lo definíó como un “reino”, otorgó la jefatura del estado de modo vitalicio a Franco convirtiéndolo en regente de por vida, autorizó a Franco a proponer a su propio sucesor a título de rey o de regente y creó dos nuevos órganos: el Consejo de Regencia y el Consejo del Reino Don Juan, respondíó a la medida con el Manifiesto de Estoril, defendiendo sus derechos dinásticos y el principio de la sucesión hereditaria. Fracasados los intentos de Don Juan, éste accedíó a que el príncipe Juan Carlos fuese educado en España bajo la tutela y supervisión directa de Franco.

Con el régimen consolidado, procedíó a un quinto cambio de gobierno con una remodelación ministerial amplia manteniendo la preponderancia militar y el perfil católico-integrista. La preponderancia del nacional-catolicismo junto con la reciente institucionalización monárquica, el abandono de la política autárquica desde 1951 y la firma del Concordato en 1953, frustraron las expectativas falangistas que culminaron en enfrentamiento con el resto de las fuerzas políticas.

Concretamente, los falangistas fueron beligerantes con la política de controlada liberalización cultural y universitaria emprendida por Ruiz-Jiménez desde el ministerio de educación. La tensión, culminó con los disturbios universitarios de Madrid. Ruiz-Giménez fue considerado culpable de los mismos y Fernández Cuesta incapaz de controlar a los afiliados falangistas. Ambos, fueron destituidos por falangistas fieles. Con estos hechos se puso punto final a la experiencia liberalizadora del catolicismo político.


4. Familias políticas del Franquismo

  • Falange
    .
    Constituida por los falangistas. Nada tenía que ver con la Falange de José Antonio. Los nuevos estatutos confirieron a Franco la jefatura única y el partido se convirtió en cantera para el régimen. Sus organizaciones fueron el Frente de Juventudes, la Sección Femenina y la Organización Sindical. Tuvieron predominancia en la etapa segunda del régimen, calificada de nacional-sindicalista (1939-1945).

    “o partido único proporcionaría o persoal político por xunto e representaría dócilmente o papel de pobo na función (…) (DOC 5)”.


  • Ejército

    Formado por los militares. Muchos, colaboradores con Franco en la sublevación militar. Otros se terminaron distanciando y fueron apartados del poder. Nunca formaron un núcleo de presión porque Franco siempre subordinó el ejército a su persona.

    “O exército absorbería a sua porción, exercendo o control dos instrumentos executivos, e ficaría constituido en forzá básica e arbitral. (DOC 5)”.


  • Iglesia

    Formada por católicos de diversa procedencia. En el período tecnocrático formaron parte del OPUS DEI. Suministración cuadros de dirigentes con alta formación técnica para la administración del estado. Franco los usó para ofrecer una “cara amable del régimen” ante las potencias europeas. Obispos y prelados participaron en las Cortes franquistas y en el Consejo del Reino. A partir de 1962 (Concilio Vaticano II), la Iglesia se fue distanciando progresivamente del régimen franquista, que terminó en abierto conflicto en los años 70.

    “A igrexa tomaría o seu control. (DOC 5)”


  • Monárquicos

    Los carlistas tuvieron un papel secundario. Ocuparon importantes papeles en el cuerpo diplomático. Tenían esperanzas que, terminada la guerra, la dictadura dejaría paso a la monarquía pero Franco les decepciónó. En definitiva, todas estas familias políticas eran en parte ficticias ya que Franco, carente de ideología política y pragmática, elegía a sus colaboradores al margen de las etiquetas político-ideológicas. Siempre evitó que ninguna familia acaparara demasiado poder y buscó siempre equilibrar la participación de los diferentes grupos en el gobierno y en los altos cargos del sistema.

    “os grupos económicos atribuíanse con todo acougo o seu lote de soberanía. (DOC 5)”

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