Que sector social hizo la constitución de 1830

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1. LA INSTAURACIÓN DE LA DICTADURA

1. 1. El colapso de la monarquía constitucional. Muchas dictaduras pueden explicarse por la personalidad de quien las crea. Miguel Primo de Rivera, marqués de Estella, era el típico militar de la época. Valiente y condecorado por su participación en las guerras coloniales, estuvo muy relacionado con la política.
La esencia de su programa fue de voluntad regeneracionista y una idea: era posible conseguir un régimen liberal mucho más auténtico tras un periodo de dictadura temporal. Con anterioridad a que Primo de Rivera se sublevara en Barcelona el 13 de Septiembre de 1923, un grupo de generales conspiraba de forma casi abierta desde Madrid. Se decía que el Golpe de Estado era inevitable como solución autoritaria. Mucho se ha discutido sobre el papel de Alfonso XIII. Parece ser que no estuvo enterado del golpe hasta que se produjo el pronunciamiento. Ahora bien, una vez ganó Primo de Rivera, el rey no puso ninguna oposición y colaboró con el nuevo régimen.

1.2 El pronunciamiento: programa y repercusiones

La forma de acceder al poder fue típica del Siglo XIX. Primo de Rivera enunció de manera simple su programa en un Manifiesto vacío de soluciones concretas pero lleno del espíritu regeneracionista. En él afirmaba que era el momento de acabar con “las desdichas e inmoralidades que comenzaron en el 98”. “la clase política tenía secuestrada la voluntad real” y los militares, el único freno a la corrupción, se iban a hacer con el poder e imponer un orden nuevo. Para ello se suspendía la Constitución de 1876 y se impónía la censura previa. En un primer momento el pronunciamiento fue bien recibido por la opinión pública y el gobierno de concentración liberal apenas puso resistencia. Puede decirse que no hubo oposición al dictador.


3. La regeneración dictatorial

Nada más llegar al poder, Primo de Rivera declaró que los males de España radicaban en el caciquismo rural y afirmó que quería hacer una política que superara ese caciquismo, actuando como el “padre” del regeneracionismo –Joaquín Costa- había dicho, es decir, como “cirujano de hierro”. De esta manera, se disolvieron todos los ayuntamientos y diputaciones provinciales y fueron sustituidos por los mayores contribuyentes y las personas más votadas en las anteriores elecciones. Los gobernadores civiles, que ahora eran militares, llevaron a cabo una labor investigadora en los pequeños municipios a fin de detectar las irregularidades y los casos inmorales.

En realidad, se trataba de que los gobernadores militares realizaran a nivel local la política que Primo de Rivera hacía para toda España. En la mayoría de los casos, su actuación fue bienintencionada pero superficial y en muchos casos los militares se convirtieron en los corruptos que atacaban. Al final de la dictadura, su enfrentamiento con los jueces hizo que para Primo fuera imposible desvincular la política de la administración de justicia. La idea de una política nueva, condujo a que el dictador crear en 1924 un partido llamado “Uníón Patriótica”. En él deberían entrar todos aquellos que no estuvieran vinculados a la política, sin ser ni de izquierdas ni de derechas. Propónía una nueva Constitución con una sola Cámara elegida por plebiscito. 

Quizás las colaboraciones más valiosas que recibíó el régimen vinieron de la extrema derecha. Por ello no es de extrañar que los mauristas colaboraran con el dictador.

Una de las mejores pruebas de que la dictadura de Primo no era totalitaria fue la esperanza que en momentos iniciales despertó en los miembros de la Lliga catalanista. Sin embargo, pronto el dictador fue marchando hacia el centralismo. Así, poco después del pronunciamiento, se prohibíó el catalán en los actos oficiales. Cuando en Marzo de 1925 fue publicado el Estatuto Provincial hecho por Calvo Sotelo, se produjo la ruptura entre el Presidente de la Mancomunidad catalana y Primo de Rivera. Algunos dirigentes fueron detenidos y sus locales clausurados. Parecido efecto se produjo en otras regiones como Galicia o el País Vasco.


2. LA POLÍTICA DE LA DICTADURA: DESARROLLO E INSTITUCIONES

2.1 El Directorio militar y la cuestión de Marruecos

En los 2 primeros años del régimen el gobierno, al que se llamó Directorio, tuvo un carácter militar: un general de brigada por cada regíón militar y un contraalmirante, compartieron con Primo de Rivera las tareas de gobierno. Hasta finales de 1925, el principal problema en política exterior fue el conflicto en el Protectorado de Marruecos. Por la Conferencia de Algeciras de 1906, a España le había correspondido una parte del reino marroquí, la peor, que correspondía sobre todo con los terrenos montañosos del Rif. En 1922 se había producido el desastre de Annual, en el que se retrocedíó la línea de control y muchos soldados españoles perdieron la vida. Para algunos historiadores, este hecho precipitó el pronunciamiento de Primo de Rivera.

Lo cierto es, que en un principio, el dictador era partidario de un abandono casi total del protectorado marroquí. Esta opinión no gustaba a sus compañeros militares. El caudillo rifeño Abd-el- Krim controlaba la zona este del Protectorado y no estaba dispuesto a ninguna negociación. De hecho, seguía enfrentándose a las tropas españolas y causándoles bajas como en Xauen, donde murieron cerca de 2.000 soldados. Esta victoria animó a Abd-el- Krim a atacar el Protectorado francés, causando graves pérdidas y bajas humanas. Inmediatamente se iniciaron las conversaciones entre Francia y España para contraatacar, algo que se consiguió con el desembarco-sorpresa de Alhucemas, en Septiembre de 1925, en el que las tropas españolas, gracias también a su superioridad técnica, no sufrieron casi bajas, y consiguieron reconquistar gran parte del territorio perdido. La popularidad de Primo de Rivera aumentó considerablemente. 

2.2 El Directorio civil y las cuestiones económicas y sociales.  Una vez solucionado el problema de Marruecos, el dictador nombró un Directorio civil, con la pretensión de que fuera una transición hacia un régimen auténticamente liberal. En el nuevo gabinete figuraba como ministro de Gobernación Martínez Anido,(el gobernador civil represor de anarquistas en Barcelona), que era de los pocos militares en un gobierno mayoritariamente civil. Así nos encontramos con Calvo Sotelo, maurista, o con Aunós, que procedía del catalanismo. Al constituir un gobierno civil, en realidad Primo no hacía otra cosa que afirmar su voluntad de permanencia en el poder. En los aspectos económicos, a diferencia del caciquismo, obtendría Primo de Rivera importantes éxitos.


A) Economía

El aspecto en el que fue más alabada la gestión dictatorial, junto al éxito de Marruecos, fue su política de obras públicas. El Directorio impulsó la política hidráulica que se había proyectado en gobiernos anteriores, creándose las confederaciones hidrográficas destinadas al aprovechamiento integral de las cuencas fluviales, tanto para el regadío como para la obtención de energía. Tenían una organización democrática interna y se financiaban como cajas autónomas capaces de emitir préstamos con aval del Estado. También se preocupó de las comunicaciones, en especial de las carreteras (por ejemplo, la que une San Pedro de Alcántara con Ronda) y los ferrocarriles. Se creó el Circuito Nacional de Firmes Especiales, que gestiónó la construcción de 7.000 kms de carreteras. En cuanto a los ferrocarriles, la Dictadura inició un camino de intervencionismo que había de concluir en su nacionalización. Sólo se cumplíó una pequeña parte, La política de obras públicas produjo un aumento en la producción de cemento, acero, y lingotes de hierro. La política intervencionista consiguió un aumento de la producción, aunque también intentó regular la producción de forma minuciosa a través del Consejo de Economía Nacional. La emisión de Deuda Pública fue el gran motor de la expansión industrial. Sin embargo, el no hacer una política fiscal adecuada provocó que los gastos fueran mayores a los ingresos. No había impuesto de la renta, y las clases conservadoras, que al fin y al cabo eran el sostén de la Dictadura, estaban en contra de cualquier fiscalidad. Para aumentar la recaudación se extendíó el monopolio estatal a los productos petrolíferos mediante la creación de la CAMPSA, en un momento en el que ya se vislumbraba el auge del automóvil. El balance económico de la Dictadura es positivo. Pero hay que tener en cuenta que el mundo vivía en esos momentos “los felices veinte”, años de auge económico. Benefició a las clases más ricas, y en concreto, a la banca privada, que vivíó una de sus edades de oro, controlando además la industria. Aunque el balance es positivo, en los últimos años de la Dictadura, España sufríó una crisis económica producida por la depreciación de la peseta a causa de las malas cosechas, la reducción de las remesas de divisas enviadas por los emigrantes españoles y la propia carencia de medios para financiar la inversión pública.


b) Aspectos sociales.  La obra social de la Dictadura correspondíó al ministro de Trabajo, Eduardo Aunós. A él se debe el Código de Trabajo que resumía las disposiciones anteriores que hacían referencia a contratos de trabajo, accidentes y tribunales industriales. También se creó el Instituto de Reformas Sociales, que desarrolló un importante papel en la promoción de la legislación social. Por otro lado, se crearon escuelas sociales, vivienda popular….Lo que más destacó fue la creación de un sistema paritario que tenía la siguiente organización: En el nivel inferior, el comité paritario representado por obreros y empresario. Esta estructura se repetía a medida que era más grande el organismo ( comisiones mixtas y consejos de corporación) En cada uno de estos escalones existía igual representación de obreros y empresarios, siendo el presidente nombrado por el gobierno. Su misión era regular las condiciones de trabajo y, por lo tanto, evitar la conflictividad social. Este sistema fue muy criticado, ya que se consideraba una copia del sistema sindical fascista. Los socialistas, que colaboraron con el régimen, sí estaban presentes. Los anarquistas, que estaban en la semiclandestinidad, no. De hecho, los anarquistas habían visto clausurado su periódico. “Solidaridad Nacional” y muchos de sus locales. Su capacidad de movilización fue escasa y descendíó el número de afiliados debido a la persecución de la Dictadura representada por el ministro de Gobernación, Martínez Anido. Mientras seguía la actitud reformista de algunos de sus sindicatos, surgíó una línea radical conocida como la FAI (Federación Anarquista Ibérica), que actuó a favor de una estrategia insurreccional. Distintas, como ya hemos dicho, fueron sus relaciones con el PSOE, ya que la Dictadura no se cansaba de pregonar sus buenas relaciones con este partido, el único que consideraba honesto de los de la etapa anterior a la Dictadura. Dentro del PSOE había un gran grupo colaborando con la Dictadura a través de los comités paritarios, pero también los había anticolaboracionistas, como es el caso de Fernando de los Ríos (socialismo humanista) y de Prieto, cercano al republicanismo. Como balance de la política social, es cierto que la clase obrera se vio beneficiada desde el punto de vista de la estabilidad del empleo y a través de las mejoras indirectas producidas por la extensión de la seguridad social. Sin embargo, el nivel de los salarios se mantuvo estable y aún con una ligera tendencia a la baja, por lo que la labor de los comités paritarios no fue tan decisiva como cabía esperar.


3. LA CRISIS DE LA DICTADURA

En Septiembre de 1927 se anunció la convocatoria de una Asamblea consultiva que sería la que teóricamente prepararía el paso a un régimen liberal. Desde el principio fue un fracaso, ya que todos sus miembros fueron elegidos directa o indirectamente por el gobierno, por lo que ya no podían controlar a éste. Por supuesto, no consiguió integrar a los opositores al régimen, ya que socialistas, liberales, algunos conservadores y republicanos no aceptaron el nombramiento. Esta Asamblea se reunía por comisiones, y no como un Parlamento, lo que demuestra la prevención que Primo de Rivera tenía sobre el parlamentarismo. Elaboraron un proyecto de Constitución, pero no fue del agrado de Primo y quedó en el olvido. En el fondo, esta Asamblea demostraba las ideas poco claras del dictador de cómo llegar a un nuevo régimen liberal. 3.1. Opositores al régimen.

A medida que va avanzando la Dictadura, los opositores a la misma van creciendo.

A) Los políticos de la vieja guardia

   Su oposición era inocua, limitada a alguna protesta contra alguna declaración de Primo contra los políticos de la Restauración. El único que le hizo algo de frente fue el jefe del Partido Conservador, Sánchez Guerra. 

B) Los republicanos

    Se encontraban divididos, y se criticaban entre sí. Por ejemplo, Azaña criticaba a Lerroux y a Blasco Ibáñez. 

C) Los militares

Además del malestar por su idea inicial de abandonar Marruecos, durante la primera fase de la Dictadura –hasta 1926- Primo de Rivera no tuvo más que pequeñas insurrecciones como la de su compañero de pronunciamiento Cavalcanti, al que tuvo que enviar fuera de España.

A partir de 1926, la oposición militar comienza a coordinarse con la política, y así, en Junio de ese año se produce la “Sanjuanada”, que fracasó y supuso la detención de generales como Weyler o políticos como el conde de Romanones. Lo que sí manifestaba esta protesta, es que ya había un importante sector del país en desacuerdo con el dictador.


Las relaciones de Primo de Rivera fueron empeorándose a partir de que decidíó que los ascensos en el escalafón de oficiales se hiciesen por méritos de guerra y no por antigüedad. Esto ponía en desventaja a los militares peninsulares frente a los que estaban en África. El cuerpo de artillería se resistía a esta medida y actuó contra ellos. El dictador amenazó con su dimisión, algo que el rey no aceptó. Este hecho motivó que el cuerpo de Artillería se declarara prerrepublicano. Por otro lado, creó la Academia Militar de Zaragoza, de la que pronto se haría cargo el general Francisco Franco. Primo no consiguió reducir el número de oficiales más que en un 10 %, aunque sí redujo el número de tropas. Sin duda, todavía era excesivo lo que el Ministerio de Guerra se llevaba del presupuesto nacional.

D) Los intelectuales

El primero en oponerse al régimen fue Unamuno, lo que le valíó su destierro y su suspensión de empleo y sueldo. Desde Francia, atacaría junto a Ortega y Gasset, al rey y al dictador. También Blasco Ibáñez editó unos folletos contra el rey, así como Valle Inclán, que adoptó una postura antimonárquica. Pocos eran los intelectuales que le apoyaron, como D´ors y Ramiro de Maetzu, que caminaba ya por la senda del autoritarismo. Los estudiantes hicieron protestas, lo que conllevó al cierre de las universidades de Barcelona y Madrid.

4. EL FINAL DE LA DICTADURA.DE Primo de Rivera

.Si en la primera parte de la dictadura, pocos habías sido los conflictos, al final la situación se agravó por varios motivos: -a continua depreciación de la peseta, -la falta de apoyo de los militares y las huelgas y conspiraciones (por ejemplo la de Sánchez Guerra). Después de esto, Primo de Rivera consultó a los altos mandos militares. Al ver el escaso apoyo que tenía, presentó la dimisión el 28 de Enero de 1930. Al poco de dimitir- algo que no le gustó al rey por su forma de proceder- se marchó a París, donde moriría al poco tiempo. Pero lo importante, que nos anuncia la 2ª República, es que el peor parado del régimen dictatorial fue el rey Alfonso XIII.


5. ESPAÑA EN 1930

Una vez dimite Miguel Primo de Rivera Alfonso 13 nombra a un nuevo general Berenguer, como dictador. Su periodo se conoce como la dictablanda (general que estuvo implicado en el desastre de Annual) Berenguer prometíó cambios que no llegaban y las críticas de la oposición y de los intelectuales eran constantes como Ortega y Gasset que escribe un artículo llamado error Berenguer en el periódico  el sol en el que crítica la decisión y que el problema no es tanto en la dictadura sino en la propia monarquía  por eso publicará otro artículo que se llamará delenda est monarchia  la monarquía debe de ser destruida Berenguer dimite y el Rey nombra al almirante Aznar que convoca elecciones municipales para el 12 de Abril de 1931. Aunque los monárquicos ganan en la mayoría de España y en las zonas rurales en las ciudades ganan los candidatos republicanos Alfonso 13 decide abdicar y el 14 de Abril de 1931 se proclama la Segunda República Española los firmantes del Pacto de San Sebastián republicano-socialista apoyarán al primer gobierno provisional.


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