Reformas de Maura

1. El reformismo dinástico1. El fracaso del primer gobierno regeneracionista


En 1899 la regente María Cristina otorgó su confianza a Silvela líder conservador, quien convocó elecciones, el nuevo gabinete mostró voluntad de renovación dando entrada a figuras ajenas a la política con anterioridad. Se inició así una política reformista con proyectos de descentralización administrativa, pero también se realizó una política de aumento de impuestos en productos de primera necesidad y creaba nuevos impuestos para hacer frente a las deudas contraídas durante la guerra de Cuba. Estas cargas fiscales impusieron, especialmente en Cataluña, un boicot de los contribuyentes a la recaudación de tributos (cierre de cajas). En consecuencia la regente en 1901 otorgó de nuevo el gobierno a los liberales, la regeneración duró a penas un año y volvieron a aparecer los turnos de partidos, la Restauración sobrevivíó al 98.

1.2 Las reformas de Maura y Canalejas



En 1903 muere Sagasta y alcanzó la jefatura del Partido Conservador Maura mientras que en el Partido Liberal se afianzaba Canalejas, ambos influidos por el regeneracionismo impulsaron reformas, pero el miedo a aceptar los riesgos de una participación democrática mantuvieron el turno dinástico y el falseamiento electoral, impidiendo la democratización del régimen. En 1904, Maura se convierte en jefe de gobierno. Maura tenía un espíritu renovador y reformista, pero siempre dentro de las ideas del conservadurismo. Su proyecto político se recogíó en la consigna de revolución desde arriba, desde el gobierno, quería desbancar tanto a la vieja casta caciquil como impedir que las clases populares adquiriesen mucho protagonismo. Por ello llevó a cabo una Ley Electoral, que no consiguió ni acabar con la corrupción ni democratizar el sistema político, pero que hizo más difícil el fraude electoral.Maura procuró atraer hacia el régimen el nacionalismo no republicano. Intento llegar a acuerdos con el catalanismo concediendo más autonomía a los ayuntamientos y diputaciones y reconociendo las regiones (Proyecto de Reforma de la Administración). También adoptó medidas económicas para estimular la industria y la agricultura. En lo social, aprobó algunas leyes (ley del descanso dominical) y creó el Instituto Nacional de Previsión. Pero la defensa del equilibrio social conllevó una actitud muy intransigente en el orden público, especialmente en los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, la represión de la revuelta fue la causa principal de la caída del gobierno conservador. En 1910 Canalejas formó un nuevo gobierno liberal. Su programa propónía la modernización de la política e intentaba a traer a ciertos sectores populares a partir de un mayor reformismo social y de limitar el poder de la Iglesia. El gabinete emprendíó una amplia tarea legislativa. Profundizó en la separación de la Iglesia y el Estado. La negativa de la Santa Sede a cualquier reforma establecíó Ley del Candado que limitaba al establecimiento de nuevas órdenes religiosas. Uno de los elementos básicos de la política social fue la sustitución del impuesto de consumos por un impuesto progresivo sobre la renta. También se reformó la Ley del Reclutamiento (obligatorio en tiempos de guerra y se suprimíó la redención en metálico) Se promulgaron una serie de leyes para la mejora de las condiciones laborares, como la normativa del trabajo de la mujer.
Canalejas fue sensible con el problema de las autonomías regionales, especialmente al del nacionalismo catalán, convencido que su incorporación al sistema ayudaría a estabilizarlo. En consecuencia, los liberales promulgaron la Ley de Mancomunidades que se vio interrumpida por el asesinato de Canalejas por un anarquista. La Ley seria aprobada bajo el gobierno conservador de Dato y tan solo se constituiría la Mancomunidad de Cataluña.

2. Las fuerzas de oposición.2.1. El republicanismo

Fue la principal fuerza de oposición, pero tuvo siempre el problema de división en grupos. Con la finalidad de dar homogeneidad nacíó la Uníón Republicana, liderada por Salmerón y Lerroux. Consiguió diversos éxitos electorales y para ampliar su campo se acercó a los nacionalismos regionalistas de Cataluña, Galicia y Valencia. Salmerón se integro en la coalición Solidaridad Catalana. Esta fue rechazada por un sector liderado por Lerroux que fundó en Barcelona el Partido Radical de carácter anticatalanista, después de la Semana Trágica perdíó su apoyo y se trasladó a Madrid.
A excepción del grupo de Lerroux, el republicanismo colaboró con el PSOE, llevando a la creación de la Conjunción republicanismo- socialista, que tuvo cierto éxito en las elecciones de 1910. En 1912 aparecíó el Partido Reformista, fundado por Melquiades Álvarez. A este se le acercaron intelectuales pero nunca llegó a ser una formación numerosa. Después evoluciónó llegando a formar parte del último gobierno constitucional.

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