Régimen franquista

Franco//


Tras la guerra civil el régimen surgido fue un régimen dictatorial.
Rasgo peculiar del régimen fue el apoyo ideológico y social que recibíó de la iglesia católica. El Estado se declaró confesionalmente católico y adoptó la doctrina social vaticana.

Junto al poder de la iglesia, la dictadura franquista contó con el apoyo del Ejército, convirtiéndose en el pilar fundamental del Estado.

La etapa azul, etapa inicial del régimen se caracteriza por la gran represión ejercida. A la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939, se une en 1940 la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo y un endurecimiento del Código Penal y la justicia militar.

Terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945, el régimen promulga el Fuero de los Españoles, que definía al régimen como un Estado católico, social y de derecho y establecía una serie de libertades individuales y colectivas. Poco después, se promulgó la Ley de Referéndum Nacional, que intentaba dar una imagen de apertura.

Otro capítulo que se tuvo que abordar fue la reconstrucción del país tras los destrozos ocasionados por la guerra. Para ello se creó la Dirección General de Regiones Devastadas, para paliar la situación de miseria en que vivía gran parte de la población.

En 1947, se promulgó la Ley de Sucesión, que declaraba a España como una monarquía, pero no se daba entrada a Juan de Borbón como rey, ya que Franco se reservaba la Jefatura del Estado y la facultad de elegir sucesor. Finalmente, para completar lo que se llamó Leyes Fundamentales del Reino, se promulgó en 1958 la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que establecía los fundamentos ideológicos del Estado.

Al concluir la segunda Guerra Mundial con la derrota de Alemania y la victoria de los aliados. El corte fascista del gobierno de Franco no tenía cabida en la nueva comunidad internacional.
Así, España empieza una época de autarquía económica y aislamiento internacional.

España necesitaba integrarse económicamente en la realidad internacional. Para ello los tecnócratas, pusieron en marcha el plan de Estabilización de 1959. Consiguieron frenar la inflación, moderar los precios, frenar los gastos y contener la demanda.
Para liberalizar la economía y romper el aislamiento autárquico tomaron una serie de medidas que favorecieron la exportación y la importación y propiciaron la inversión de capital extranjero.

El éxito de este plan favorecíó la creación de las bases de un gran crecimiento económico.

Para conseguir éste desarrollo se pusieron en marcha los Planes de Desarrollo. Éstos no obligaban a las empresas privadas a integrarse en ellos, si bien las orientaba y favorecía con ayudas económicas y beneficios fiscales.

Todo este proceso se vio favorecido por las ventajas económicas que reportó el Acuerdo Referencial con la CEE. La industria fue la gran favorecida. No obstante, se acentuaron los desequilibrios sectoriales y regionales, al dibujares una España industrial desarrollada y rica, y una España agrícola, subdesarrollada y pobre. Esto se conoce como desarrollismo.

Finalmente, el desarrollo fue facilitado por los siguientes factores:
La bonanza económica europea e internacional.
El auge turístico, que aportó gran cantidad de divisas.
La emigración a los países de Europa occidental, que proporciónó divisas.
Las imposiciones del capital extranjero, que permitieron dinamizar la economía y sufragar proyectos económicos.
Las consecuencias del desarrollo económico fueron:
Aumento demográfico originado por la bonanza económica y por la mejora de la alimentación y las condiciones sanitarias, que favorecieron la creación de la Seguridad Social.
Un aumento de la población urbana. Con el aumento del mundo industrial y urbano, la clase obrera alcanzó un gran protagonismo y comenzó a especializarse y a acceder a la propiedad privada.
La sociedad española se modernizó. Mejoró el nivel de vida así como la educación y la enseñanza se extendieron.

Los cambios socioeconómicos no fueron acompañados por las transformaciones políticas. Surgíó entonces un sindicalismo ajeno al oficial, encabezado por CCOO, vinculado al PCE y aumentaron las huelgas y las manifestaciones. Además, de los nacionalismos catalán y vasco surgieron grupos terroristas como Tierra Lliuvre y ETA. La iglesia se desvinculó del régimen.

Incapaz de resolver éstos conflictos, el régimen franquista no adoptó más que medidas represivas. Así, el 10 de Enero de 1967, entró en vigor la Ley Orgánica del Estado, una especie de constitución que establecía un Jefe de Gobierno distinto del Jefe del Estado, a la vez que daba una mayor autonomía sindical.

Otro de los intentos por liberalizar la política del régimen fue la promulgación de la Ley de Prensa de 1967, de Manuel Fraga, que reducía el rigor de censura.
En 1969, Franco nombró al príncipe Juan Carlos de Borbón como sucesor a título de rey. No obstante, el régimen empezó a caer.

En 1973, fue nombrado presidente del Gobierno Carrero Blanco, pero al poco tiempo fue asesinado por ETA. Su sucesor, Carlos Arias Navarro inició una tímida apertura que fue llamada Primavera de Arias. La oposición al régimen se fortalecíó y en 1974, constituyó la Junta Democrática, apoyada por el PCE y en 1975, la Plataforma Democrática, auspiciada por el PSOE. Todo ello para crear un frente común contra el régimen.

Para frenar la ola terrorista, se creó la Ley Antiterrorista de 1975, que fue seguida de una gran represión y puso en contra a la opinión internacional.
El 20 de Noviembre de 1975 moría Franco y con él, su régimen. Dos días después era coronado rey de España Juan Carlos I de Borbón y se inició entonces un proceso de establecimiento de las libertades y cambio de régimen conocido como la transición democrática.

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