Felipe II y la defensa del catolicismo

 

3.4 Intransigencia religiosa y autoritarismo


En la pugna entre reforma protestante y contrarreforma católica, desarrollada en Europa durante el S XVI, la monarquía de Felipe II se situó de forma decidida como defensora de los principios del Concilio de Trento (contrarreforma), que una pragmática de 1564 declaraba obligatorios en el territorio peninsular. De este modo, se promulgaron leyes para vetar la importación de libros y se impidió cursar estudios en el extranjero. Mientras, la Inquisición publicaba un índice de libros prohibidos, registraba bibliotecas y perseguía a cualquier sospechoso de herejía, como en el caso del auto de fe de Valladolid en 1557. //Por esta época (1568) Felipe II padecía una crisis familiar pues su primer hijo Don Carlos, de carácter inestable se reveló contra él y fue encarcelado.//Igualmente, la monarquía anuló todos los particularismos étnico-religiosos, de los moriscos, especialmente numerosos en Valencia y en el antiguo reino de Granada. Eran aproximadamente 320.000 y su situación resultaba cada vez más difícil pues despertaban recelos por su lengua y sus costumbres. Además, se les acusaba de connivencia con los ataques berberiscos y rucos en las costas mediterráneas. Su situación empeoró al aumentar los impuestos sobre la seda, una de sus actividades tradicionales, y al expropiarles progresivamente las tierras que cultivaban. En 1566 se promulgó un decreto prohibíéndoles el uso de su lengua, su forma de vestir y sus tradiciones. Los moriscos intentaron negociar con el rey un pago de dinero a cambio de conservar su estatus tradicional pero la Corona rechazó la propuesta. En respuesta, los moriscos andaluces, dirigidos por Aben Humeya, protagonizaron una insurrección en 1568 que se extendíó por Las Alpujarras, aunque no consiguió tomar Granada. La revuelta fue sofocada casi dos años después (1570) por Juan de Austria, hijo natural de Carlos I y los moriscos fueron dispersados por Castilla.//En Abril de 1609, ya en época de Felipe III, se decretó la expulsión de los moriscos, primero de Valencia y, entre 1610 y 1614, del resto del reino. Más de 300.000 personas tuvieron que abandonar el país y la mayoría se dirigíó al norte de África. Su marcha tuvo consecuencias económicas muy graves para la agricultura y la artesanía, sobre todo en Levante y Aragón.//En ocasiones, la represión de la disidencia religiosa se utilizó como castigo a cualquier forma de oposición a la autoridad real. Éste fue el caso del secretario de Felipe II, Antonio Pérez (1591), que implicado en un complot político huyó a Aragón, de donde era originario, y reclamó la protección del Justia de Aragón, Juan de Lanuza. Éste se negó a entregarlo, aduciendo que los ciudadanos de Aragón tenían el derecho a ser juzgados por los tribunales de ese reino. Felipe II acusó de herejía a Antonio Pérez ante la Inquisición, único tribunal común a todos los reinos. Aun así, el Justicia, apoyado por las autoridades de Zaragoza, se negó a entregarlo. Felipe II, violando los Fueros de Aragón, envió un ejército que puso fin a la sublevación y ajustició a Lanuza.//El incidente puso de manifiesto el conflicto entre la voluntad de los territorios de la Corno a de Aragón de mantener sus leyes e instituciones, y los deseos de la monarquía de aumentar su poder, imponer una mayor centralización y someter las instituciones tradicionales al poder real, El sucesor de Felipe II fue Felipe III (1568) de su cuarta mujer Ana de Austria pero lo desterró por su indolencia


 

4.1 La lucha contra los protestantes


La ruptura de la unidad católica, debida a la a la reforma religiosa llamada protestante, fue el principal problema de la monarquía de Carlos I. El fraile agustino Martín Lutero, había pedido la reforma de la Iglesia en las 95 tesis de Wittemberg, donde criticaba alguna de sus prácticas. Para hacer frente al problema se convocó la Dieta de Worms (1521), que presidíó el emperador y en la que se pidió a Lutero que se retractara, pero éste se negó y se puso bajo la protección de Federico de Sajonia. Al poco tiempo, el protestantismo fue adoptado por diversos príncipes en los territorios alemanes y en los dominios de Flandes. La Inglaterra de Enrique VIII se separó de la obediencia de Roma en 1534 creando el anglicanismo. //El emperador Carlos, como defensor de la Iglesia, debía combatir el protestantismo preservar la unidad religiosa y defender la autoridad del Papa, negada por los disidentes. El enfrentamiento tuvo lugar en dos ámbitos. El político-militar y el religioso. El monarca derrotó a la liga de los príncipes protestantes en la batalla de Mülhberg (1547), pero no pudo acabar con el problema. Por su parte, el Papa Paulo III convocó en 1545 el Concilio de Trento, donde los teólogos españoles (Melchor Cano, Domingo de Soto) contribuyeron a la reacción católica frente al protestantismo. Al fin se llegaría a la Paz de Augsburgo (1555), en la que los protestantes consiguieron que cada príncipe pudiera elegir la religión de sus Estados pero las guerras de religión continuaron.

4.2 Los enfrentamientos con Francia

Carlos I y Francisco I de Francia se enfrentaron por el dominio de los reinos y ducados de Italia, fundamentalmente el Milanesado, y por el control de los territorios de Flandes y Borgoña. En una primera fase, las tropas de Carlos I ganaron la batalla de Pavía en 1525 donde el rey francés fue apresado. Mas tarde, la actitud profrancesa del Papa llevó al saqueo de Roma en 1527 por las tropas del emperador. En 1544, por la Paz de Crépy, Milán quedaba para el emperador a cambio de Borgoña. //Durante el reinado de Felipe II, los conflictos con Francia continuaron hasta que se produjo la victoria de los tercios españoles en San Quintín (1557), y la firma de la Paz de Cateau-Cambresis (1559) dio lugar a un periodo de tranquilidad. Pero en las guerras de religión que se produjeron en Francia, Felipe II apoyó a los católicos frente a los hugonotes (protestantes seguidores de Calvino), especialmente ante las pretensiones al trono de Enrique de Borbón, que era hugonote. En 1593, Enrique se convirtió al catolicismo, subíó al trono como enrique IV, y España y Francia firmaron la Paz de Vervins en 1598.

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