Reinos cristianos en la Edad Media

7. 1. El Imperio de Carlos V: Conflictos internos. Comunidades y Germánías


. La guerra de las Comunidades de Castilla (1520-1522) se dio al llegar Carlos I a España. Vino rodeado de flamencos a quienes concedíó los cargos y dignidades de Castilla. Las Cortes de Valladolid, 1518, le hicieron una serie de peticiones que Carlos no atendíó lo que generó un gran malestar. Además en 1520 muerto su abuelo Maximiliano, marchó a Alemania, para hacerse coronar, no sin antes conseguir un subsidio a las Cortes en Santiago. Todo esto hizo que una serie de ciudades castellanas: Toledo, Segovia, León, Zamora, Salamanca, etc. Se sublevaron, dirigidas por J. Padilla, J. Bravo y Fco. Maldonado. Contra ellas el regente Adriano de Utrech, los exportadores de lana (Burgos) y la nobleza.
Tras el incendio de Medina del Campo por los realistas y la victoria de Villalar (23 Abril 1521) las tropas del rey vencieron y los dirigentes sublevados decapitados. Las Germánías estallaron paralelamente y afectaron a todos los reinos de la Corona de Aragón. Aunque los hechos más graves fueron en Valencia donde en el verano de 1519, aprovechando la huida de las autoridades, los agermanados, se hicieron con el control de la ciudad dirigidos por J. Llorens, G. Sorolla y V. Peris. Carlos I se alió con la nobleza y les vencieron en 1521. La revuelta también fracasó en Mallorca y Cataluña.

 

7.2. La Monarquía Hispánica de Felipe II. La unidad ibérica


Carlos V (que se retiró a Yuste) dejó a Felipe II todas sus posesiones, exceptuando el Imperio Alemán, que se lo entregó a su hermano Fernando. Felipe II obtuvo así un gran Imperio: además de Castilla y León y la Corona de Aragón, hereda los territorios de Italia y Flandes, la expansión por América y Asía, además de la uníón con Portugal. Todo esto lo centralizó en Castilla, sometíéndola a un esfuerzo que la dejó despoblada y empobrecida. Establecíó la capitalidad en Madrid en 1566 retirándose al Escorial hasta su muerte. Su política continuó con los mismos objetivos: la hegemonía en Europa y la defensa del catolicismo. A lo que añadió la lucha contra la Inglaterra de los Tudor (fracaso de la Armada Invencible) y la rebelión de Flandes. La uníón con Portugal en 1580, vino a cumplir uno de los objetivos de los RRCC. Tras la muerte de D. Sebastián, dos nietos de Manuel el afortunado aspiraban al trono portugués: Felipe II (hijo de Isabel de Portugal) y el bastardo don Antonio, prior de Crato. Pero las tropas del duque de Alba se impusieron a las del prior en tierra y las del marques de Santa Cruz en el mar. Las cortes de Thomar (Abril 1581) reconocieron como rey a Felipe II (Felipe I de Portugal), quien estovo dos años en Portugal procurando mantener la independencia de las instituciones portuguesas.

 

7.3. El modelo político de los Austrias


. La uníón de reinos. Los Habsburgo españoles reinaron sobre un extenso conglomerado de reinos y territorios, que entre ellos, en ocasiones, no había más nexo de uníón que la persona del monarca. Un hecho importante fue el establecimiento de la Corte y la capitalidad en Madrid por parte de Felipe II (1566). Esto llevó a la castellanización de todos los reinos y a la localización aquí de los principales órganos de gobierno. El sistema de gobierno de los Austrias mantuvo los Consejos de los RR.CC. Pero creando otros nuevos, (sistema polisinodal). El Consejo de Estado era el único órgano de poder común para todos los reinos, fue creado por Carlos I (dentro de él estaba el Consejo de Guerra). Felipe II lo reuníó pocas veces y dio preferencia a Juntas y al Secretario de Despacho, adquiriendo un gran poder. Territorialmente siguió subsistiendo el Consejo de Castilla y el Consejo de Aragón, los Austrias crearon el Consejo de Indias, el Consejo de Flandes y el Consejo de Portugal, además del Consejo de Italia dependiente del de Aragón. Lo que demuestra que la monarquía era en el fondo una uníón de reinos distintos, con sus leyes, instituciones y derechos. El rey fue sustituido por el virrey en los territorios no castellanos (Corona de Aragón, Navarra, Cerdeña, Sicilia y Nápoles y en América los virreinatos de Nueva España y Perú). En los otros territorios como Flandes o Milán el virrey fue sustituido por gobernadores generales.

 

7.4. Economía y sociedad en la España del Siglo XVI


. La agricultura tuvo un alza constante, como efecto de la demanda de América y el incremento de la población, pero esto no mejoró la estructura agraria que venía de la Edad Media. La exportación a América hizo que el comercio fuera el sector que más crecíó en el S. XVI. A principios del siglo, también se produjo una expansión de la industria artesanal; la metalurgia vasca, la construcción naval en Valencia y Cataluña pero, sobre todo, de los gremios textiles de Sevilla, Toledo, Cuenca y Segovia. Sin embargo la monarquía favorecíó la exportación de lana y la protección de los industriales textiles flamencos. En Castilla, la producción fue incapaz de abastecer la demanda de productos, lo que, unido a la cantidad de oro y plata circulante, dio lugar a una espectacular subida de precios que empobrecíó a las clases medias y bajas. La sociedad del XVI se caracterizó por la preeminencia de la nobleza y el clero por lo que el valor mayor era no ser plebeyo sino hidalgo (noble), aunque no se tuviera fortuna. La nobleza, un 5%, tenía muchas diferencias entre si. Fueron habituales las compras de títulos. Igualmente eran notables las diferencias en el clero; el alto clero vivía como los nobles y el bajo clero como los campesinos. Los pecheros, sujetos al pago de impuestos y a la justicia ordinaria. Eran campesinos (80%) y población urbana. Por último estaban los moriscos y los judíos conversos, fueron muchas veces perseguidos y ocultaban su origen por ser la limpieza de sangre imprescindible para el prestigio social o el desempeño de cargos públicos o pertenecer a la nobleza.

7.5. Cultura y mentalidades en la España del S. XVI


La inquisición. Las nuevas ideas humanistas, el interés por la recuperación de la Antigüedad clásica y por los estudios filosóficos y artísticos tuvieron reflejo en los reinos peninsulares. Fueron grandes humanistas el cardenal Cisneros, el cramático castellano Antonio de Lebrija y el valenciano Joan Esteve. La Universidad de Alcalá de Henares jugó un papel fundamental en la difusión del erasmismo. Entre los pensadores de esta corriente destacan Juan Luis Vives y Juan Valdés. La llegada de la imprenta permitíó la difusión de las nuevas ideas. La obra literaria culminante fue La Celestina (1499), de Fernando de Rojas. Que describe con Realismo e ironía la sociedad de la época. La mentalidad del momento tenemos que enmarcarla en el conflicto entre reforma protestante y contrarreforma católica, desarrollada en Europa en el S. XVI. La monarquía de Felipe II defendíó siempre los principios del Concilio de Trento, que, desde 1564 eran obligatorios en todos sus reinos. Por lo que se promulgaron leyes para vetar la importación de libros y se impidió cursar estudios en el extranjero. Mientras la Inquisición publicaba un índice de libros prohibidos y perseguía a cualquier sospechoso de herejía o se utilizaba para intereses políticos como fue el caso de Antonio Pérez. Pero el colectivo que fue más vigilado por la Inquisición fueron los judíos conversos (marranos). En una sociedad donde era fundamental la limpieza de sangre y ser cristiano viejo. Los moriscos también fueron perseguidos, hasta la insurrección de las Alpujarras de 1568, sofocada dos años después por Juan de Austria.

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