Revisionismo de Maura

 TEMA 12. CRISIS E INESTABILIDAD DE LA RESTAURACIÓN.
1. La crisis de 1898 y los problemas coloniales.
1.1. La guerra de Cuba y de Filipinas.

El régimen de la Restauración se vio muy afectado por la llamada cuestión cubana, que incluía los siguientes problemas:
-Los brotes de conflictividad provocados por los independentistas cubanos se reprodujeron ocasionalmente: la conocida como guerra chiquita de 1879, las insurrecciones de 1883 y 1885. Estos conflictos y su represión, unidos a una larga guerra (1868-1878), alimentaron el nacionalismo popular en Cuba, al que se sumaron tanto los esclavos como los criollos ricos.
-Los burócratas, comerciantes y azucareros españoles residentes en la isla se negaban a admitir ningún tipo de autonomía.
En la península también había muchos intereses, pues el comercio con Cuba, prácticamente un mercado en régimen de monopolio, proporcionaba a España un saldo positivo. La abolición de la esclavitud en la isla fue tardía; el proyecto de dotarla de autonomía no se llevó a cabo. Por el contrario, se intentó convertirla en una provincia más de España enviando allí a unos 700.000 emigrantes, sobre todo gallegos (1868-1894).
-Cuba obtenía gran parte de sus ingresos de Estados Unidos, país al que exportaba más del 90% de la producción de azúcar y tabaco. La presión diplomática estadounidense sobre la isla se incrementó; en 1892, este país obtuvo un arancel favorable para sus productos y después financió a los independentistas con la intención de ejercer de árbitro cuando surgiera un conflicto entre Cuba y la metrópoli.
La guerra estalló de nuevo en febrero de 1895 con el Grito de Baire, nombre con el que se conoce el levantamiento que tuvo lugar en la parte oriental de la isla. A continuación se proclamó el Manifiesto de Montecristi (República Dominicana), redactado por José Martí y Máximo Gómez, líderes civil y militar, respectivamente, de un grupo político que habían constituido en Nueva York, el Partido Revolucionario Cubano. A la muerte de Martí, al poco de iniciarse la guerra, Gómez y Antonio Macedo asumieron la dirección de los rebeldes.A esta revuelta se unió la de Filipinas en 1896, encabezada por Emilio Aguinaldo;
el general Polavieja, al mando de las tropas españolas, actuó con extrema dureza y ejecutó al principal intelectual independentista del archipiélago, José Rizal.
La rebelión fue sofocada en 1897.En estas circunstancias, en febrero de 1898 tuvo lugar un incidente: la voladura del Maine, un acorazado estadounidense que se encontraba en el puerto de La Habana, en el que murieron más de 250 marinos norteamericanos. Aunque probablemente estalló a causa de algún accidente, la prensa y el Gobierno de Estados Unidos culparon a España de la voladura y se ofrecieron para comprar la isla. Los políticos de la Restauración prefirieron una derrota honrosa antes que una paz comprada; la opinión pública y la prensa españolas se mostraron, en general, muy belicistas y nacionalistas.

Estados Unidos declaró la guerra a España en abril de 1898

 

La guerra se decidió en el mar:

las escuadras estadounidenses derrotaron a los españoles primero en Cavite, frente a Manila (Filipinas), y después frente a Santiago de Cuba (mayo-julio de 1898). El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el cual España reconocía la independencia de Cuba, y cedía a Estados Unidos Puerto Rico, la isla de Guam, en las Marianas, y las Filipinas. En 1899, España vendía al Imperio alemán los restos de su imperio insular en el Pacífico, las islas Carolinas, las Marianas (excepto Guam)

Y Palaos


1.2. Las repercusiones del 98


La pérdida de las últimas colonias españolas fue conocida como el desastre del 98 y tuvo importantes repercusiones, entre las que destacamos las siguientes:

-El resentimiento de los militares hacia los políticos, que los habían utilizado haciéndoles perder la guerra;

la oposición política, sin embargo, no rentabilizó políticamente la derrota.

-El crecimiento de un antimilitarismo popular

El reclutamiento para la Guerra de Cuba afectó a los que no tenían recursos. Esta circunstancia, unida al espectáculo de la repatriación de los soldados heridos y mutilados, incrementó el rechazo al ejército entre las clases populares.
-La aparición de un importante movimiento intelectual y crítico, el regeneracionismo, surgido a partir del desastre del 98, que rechazaba el sistema político y social de la Restauración al considerarlo una lacra para el progreso de España. Entre sus representantes cabe destacar a Miguel de Unamuno, Joaquín Costa y Ángel Ganivet.
2.

Regeneracionismo y revisionismo



El revisionismo político empleó los argumentos regeneracionistas (la supresión del caciquismo, la reforma social, el proteccionismo y la recuperación de la grandeza de España) para dar un nuevo impulso a la política de la Restauración.
Los primeros en adoptar estos puntos de vista fueron los políticos conservadores, liderados por Francisco Silvela. Cuando presidió el gobierno entre 1899-1900, anunció su propósito de emprender “reformas radicales y una verdadera revolución desde arriba”. Para ello creó dos nuevos ministerios que encarnaban las reivindicaciones del regeneracionsimo: el de Instrucción Pública (equivalente al de Educación) y el de Agricultura. La tarea de Silvela fue continuada por Antonio Maura.Los políticos de la izquierda liberal también adoptaron el espíritu del regeneracionismo (José Canalejas, Melquíades Álvarez…). Estos políticos proponían la reforma del régimen monárquico desde la izquierda y se granjearon las simpatías de muchos intelectuales liberales. Entre 1905 y 1907, se sucedieron en el gobierno veteranos políticos liberales como Montero Ríos o Monet. Durante este período de gobiernos liberales, a raíz del descontento por las frecuentes críticas que vertía la prensa con motivo de la derrota del 98, tuvo lugar el enfrentamiento entre el ejército y la prensa catalanista a raíz de la publicación en “Cu-Cut” (1905) de un chiste que se consideró ofensivo. Un grupo de militares asaltó la redacción de este periódico que tuvo como consecuencia la promulgación de la Ley de Jurisdicciones (1906) por la cual quedaban bajo jurisdicción militar las ofensas a la unidad de la patria, al ejército y a la bandera. Por encima de ambos partidos dinásticos estaba la figura del soberano Alfonso XIII, que inició su reinado efectivo al alcanzar la mayoría de edad en 1902, y llegaría a encarnar, más tarde, el regeneracionismo aplicado al régimen monárquico. Su llegada al trono dio inicio a la segunda etapa de la Restauración. Con Antonio Maura (conservador)
Y José Canalejas (liberal) llegó también al gobierno una nueva generación de políticos influida por las ideas regeneracionistas, que intentó poner en marcha los más importantes proyectos de reforma desde el interior del propio sistema.
2.1. El revisionismo de Maura.
Antonio Maura
personificó la renovación del Partido Conservador a comienzos del siglo XX. En 1902 había sido ministro de Gobernación y, con posterioridad, presidió el Gobierno en dos ocasiones, conocidas, respectivamente, como el “Gobierno corto” (1903-1904)
y el “Gobierno largo” (1907-1909).
Tras perder el poder en 1909, ejerció una oposición crítica frente a su propio partido, dirigido en esa época por Eduardo Dato. El programa político de Maura fue denominado maurismo;
Su contenido esencial se puede resumir en los siguientes puntos:

-Conservadurismo católico de masas

Era necesario defender la influencia social de la Iglesia católica frente a las pretensiones de la izquierda de crear un Estado laico. La sociedad española era mayoritariamente católica y conservadora y debía movilizarse para expresar su opinión en las elecciones y en los altares públicos.

-Conectar a la monarquía con la realidad social

Era preciso implantar un cooperativismo social de carácter católico, es decir, un sistema político en el que estuvieran representados los ciudadanos por corporaciones. Para ello, había que acabar con el caciquismo, que controlaba el sufragio universal; este sistema de voto, además, no representaba a toda la sociedad española. Este punto del programa entrañaba una crítica directa al parlamentarismo liberal y a la democracia.

-Incorporar otras fuerzas políticas al sistema

En concreto, el catalanismo conservador de la Lliga. Para ello, Maura proyectó una Ley de Administración Local que permitía la formación de mancomunidades; sin embargo, esta ley no se llegó a aprobar.
-Llevar a cabo una política exterior nacionalista y expansionista en Marruecos para olvidar la derrota de 1898 y dar un nuevo impulso a los militares. Estos se habían convertido en un poderoso grupo de presión que contaba con las simpatías del propio Alfonso XIII. Durante el Gobierno de Maura se aprobó la construcción de una escuadra naval y comenzaron las operaciones bélicas en el norte de África (1909). Ambas medidas incrementaron de manera espectacular los gastos estatales.
En julio de 1909 estalló en Barcelona una crisis conocida como la Semana Trágica, cuyas secuelas terminaron con el Gobierno largo de Maura.
En este conflicto convergieron varios problemas políticos y sociales: el del catalanismo político, el de los republicanos y el del

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