Somaten nacional 1923

.0. La agudización de los problemas sociales entre 1917 y 1923.
A partir de 1917, España entró en una fase de inestabilidad política, movimiento obrero y lucha sindical, así como el fracaso colonial en Marruecos. Para salvar el turno de partidos y que los partidos no monárquicos tuvieran el poder se formaron “gobiernos de concentración”, compuestos por políticos muy influyentes de ambos partidos, ya que no conseguían la mayoría parlamentaria a pesar del caciquismo. No fueron capaces de imponerse. En Noviembre de 1917 el liberal García Prieto formó gobierno con los conservadores, en Marzo de 1918, Maura formó gobierno con catalanistas, después volvíó García Prieto y Romanones. En 1918 el problema más agudo fue la reivindicación de un estatuto de autonomía para Cataluña… En resumen, tras veintitrés crisis de gobierno entre 1917 y 1923, era imposible mantener la alternancia en el poder y la manipulación electoral.
Tras la I Guerra Mundial en todo el mundo se vivíó una crisis económica que aumentó la conflictividad social y el sindicalismo. La revolución rusa dio ilusiones al movimiento obrero. El anarcosindicalismo crecíó, alcanzando los 700 000 afiliados. La CNT se reorganizó en 1918 (Congreso de Sants) y surgieron nuevos líderes como Salvador Seguí o Ángel Pestaña. Los conflictos laborales fueron creciendo tanto en la industria como en el campo andaluz: entre 1918 y 1920 se denominó el “trienio bolchevique”: quema de cosechas, revueltas campesinas, ocupación de tierras… Se llegó a decretar el estado de guerra. Destacó, por su eco social, la huelga en la empresa “La Canadiense”, la primera vez que se consiguió la jornada de 8 horas. También en el campo continuaron las luchas de jornaleros andaluces. La burguésía creó grupos armados (“sindicatos libres”) que actuaron contra los líderes sindicales asesinando a algunos muy populares, así como la intervención del gobernador civil de Barcelona, general Martínez Anido y la “ley de fugas”, que permitía disparar a un preso que intentara fugarse.. Los patronos pagaban a pistoleros a sueldo y recurrieron al “lockout” (cierre empresarial). La UGT no llegó a adquirir tanta importancia como la CNT. Dentro del PSOE se debatía sobre la III Internacional, provocando la separación de un grupo que formó el Partido Comunista de España (PCE).
El desastre de Annual y la búsqueda de responsabilidades precipitó la Dictadura.

1. Evolución y significado de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)


Desde la primavera de 1923 se estaba conspirando desde dos movimientos distintos, el primero (vinculado a las Juntas de Defensa de Barcelona) buscaba disolver las Cortes y quitar el papel político a la oligarquía para dárselo a las clases medias; el segundo vinculado a Madrid tenía como objetivo recoger las aspiraciones del ejército africanista y estaba resuelto a tomar el poder, El capitán general de Cataluña, el jerezano, Miguel Primo de Rivera, conectó ambos movimientos y dio un Golpe de Estado en Barcelona el 13 de Septiembre de 1923. Rápidamente dominó la situación en Cataluña. El rey aceptó y nombró a Primo de Rivera formar gobierno. El régimen de Cánovas había desaparecido.
Primo no pretendíó establecer un régimen definitivo, sino un “paréntesis de curación” transición, pero se fue alargando en el poder… El dictador justificó su acción no como un fin, sino como un remedio indispensable. Su discurso tenía pretensiones regeneracionistas (en cierta forma pretendía ser el «cirujano de mano de hierro» del que hablaba Joaquín Costa), y claramente populista. En su manifiesto anunció la voluntad de acabar con los caciques, la indisciplina social (mov. Obrero) y las amenaces a la unidad nacional (ej. Catalanismo). Además, así evitaba la investigación de Annual. Hay autores que lo ven como el último recurso del régimen de la Restauración por evitar la democratización.
Formó un Directorio Militar y fue aceptado por la gran masa del país, que buscaba el orden. La burguésía (sectores empresariales, bancos y la Iglesia) se puso al lado de la dictadura, que veía la oportunidad de frenar a la clase obrera y a los antiguos políticos terratenientes. Más tarde abandonaría al dictador. Lo sorprendente es que el movimiento obrero no protestara, más preocupado por su existencia. El PSOE y la UGT llegaron a colaborar con Primo de Rivera. Incluso intelectuales, con Ortega y Gasset a la cabeza lo aplaudieron. Sólo la CNT y los comunistas hicieron llamamientos a la huelga, que no tuvieron respuesta popular…….
Entre Septiembre de 1923 y Diciembre de 1925 duró el Directorio Militar. Primo de Rivera siguió una política de “acabar con lo anterior”. El Real Decreto de 15 de Septiembre fijaba la organización del Directorio, presidido por él mismo, que reunía en su persona todas las facultades de gobierno. El Directorio estaba formado por generales y sometía al Rey todas las decisiones. Toda la administración quedó en manos del ejército, se declaró el estado de guerra durante dos años. . Martínez Anido y Arlegui reprimieron duramente las organizaciones obreras y el PCE y la CNT fueron declaradas ilegales.
Primo de Rivera no mostró la mentalidad política necesaria, no tenía programa ni objetivos políticos. Su política era paternalista y autoritaria. Aún así tuvo la visión suficiente para irse adecuando a las nuevas realidades……
 Tomó medidas urgentes, suspendíó las garantías constitucionales, destituyó a los gobernadores civiles de las provincias (que eran representantes del caciquismo), disolvíó las Cortes y “suspendíó” la Constitución, prohibición de las actividades de los partidos y sindicatos. Decretó que los ayuntamientos y diputaciones fueran intervenidos, para evitar a los antiguos caciques, publicó el Decreto de Incompatibilidades, por el cual nadie que hubiese sido ministro podía intervenir en los consejos de administración de las compañías que contrataban con el Estado.

 Para compensar, se crearon los delegados gubernativos en los ayuntamientos y el Estatuto Municipal de 1924, de carácter regeneracionista. Por medio del nuevo Estatuto Provincial acababa con el regionalismo y la Mancomunidad de Cataluña.
Para redondear el control nacíó la Uníón Patriótica (UP), no era un partido político exactamente, pero era el partido único. Primo de Rivera pretendíó unir a todos los patriotas de buena voluntad, sin ideas políticas para apoyarle. Es un partido populista para el autoritarismo de Primo, con la excusa democrática. Los gobernadores civiles y los delegados gubernamentales debían pertenecer a la UP, lo que recuerda demasiado a los partidos de la Restauración. Dentro de la UP estaban carlistas, mauristas, propietarios de tierra o burgueses, así como católicos. Consiguió convertirse en un partido moderno muy útil para la propaganda del régimen.
Antes de modificar el régimen, Primo de Rivera tenía que solucionar el problema de Marruecos. Fue el éxito más evidente de la dictadura. A través de Franco y Sanjurjo decidíó acabar con el conflicto, siguiendo el compromiso contraído con Francia en 1912, tomado especialmente como resultado del ataque en 1924 a las tropas españolas que se retiraban desde Xauen. Se preparó un ejército potente y modernizado, que unido al francés desembarcó en la bahía de Alhucemas en Septiembre de 1925, con fuerzas de mar, aire y tierra. Abd-el Krim se entregó a Francia. Este éxito reconcilió a Primo con los ciudadano, con ejército, los empresarios inversores en Marruecos y con la Hacienda.
En Diciembre de 1925 se constituyó el Directorio Civil. En el nuevo gobierno colaboraban viejos amigos, como Martínez Anido, y nuevos políticos como Calvo Sotelo o el conde Guadalhorce. El gobierno mantuvo en suspenso la Constitución. El régimen intentó institucializarse con la creación de la Asamblea Nacional Consultiva (1927) para parecer un parlamento elegido por sufragio indirecto y corporativo (sufragio indirecto, administración y elegidos por el poder), así como de un plebiscito de su política interior y exterior.
La economía estaba en alza en toda Europa y Primo se aprovechó de la coyuntura. Intentó la industrialización desde el intervencionismo estatal, nacionalismo y proteccionismo. Esto se concretó en un gran desarrollo de las obras y los servicios públicos, con el apoyo del Partido Socialista. Se creó una estructura corporativa parecida al fascismo italiano, la Organización Corporativa Nacional, que articulaba las relaciones laborales sobre la base de las profesiones, creando comités paritarios, formados por igual número de vocales obreros y patronos. Su misión era la reglamentación de los salarios y las condiciones de trabajo. El Estado tuvo un protagonismo económico gracias al fomento de obras públicas (ferrocarriles, carreteras, planes hidroeléctricos…). Se aprobó un Decreto de Protección de la Industria Nacional para conceder ayudas a las empresas que no podían competir con el exterior. También se concedieron grandes monopolios: Telefónica o Campsa. Esta política llevó a un grave endeudamiento del Estado y una constante emisión de deuda pública.
La falta de conflictividad social se explica en parte por la represión y en parte por el desarrollo de una amplia política social (construcción de viviendas baratas, escuelas, servicios sanitarios…), así como el desarrollo del sistema corporativo.

2. El desarrollo de la oposición al régimen y el hundimiento de la monarquía



El principio del fin de la dictadura está en la crisis económica derivada del crack de 1929 y la depresión que llegó en a todo el mundo en los años 30.
La cuestión catalana siguió por la suspensión de la Mancomunitat, la persecución de la lengua catalana, la intervención del gobierno en el colegio de Abogados y en la esfera eclesiástica. Tampoco el movimiento obrero estaba contento. Y los intelectuales chocaron con el ejército: Unamuno fue destituido como rector de Salamanca y se le desterró. Hubo revueltas universitarias y el ejército protestaba de los favores a los africanistas…. La oposición a la dictadura estuvo integrada también por políticos del turno. También hubo conspiraciones militares como la “sanjuanada” o la intentona del político conservador José Sánchez Guerra (1929). Los republicanos organizaron la Alianza Republicana. La CNT se dividía entre los partidarios de la violencia y los posiblilistas. Los primeros crearon la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Los conservadores se dividieron y Alfonso XIII, temeroso de que el desprestigio de la Dictarura optó por retirar la confianza a Primo. Primo de Rivera dimitíó en 1930.
El rey, en vez de convocar elecciones, buscó otro dictador sustituto. El general Berenguer prometíó llegar a la normalidad constitucional, pero lo hizo tan lento… Es la “dictablanda”.
La oposición comenzó a organizarse y los republicanos, los catalanistas de izquierda y el PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián (Agosto 1930) por el que se comprometían a acabar con la monarquía, constituyendo un comité revolucionario que debería convertirse en gobierno provisional de una futura República. Lo formaban Alcalá Zamora, Maura, Domingo, Prieto, Azaña, Albornoz y De los Ríos. No estaba la CNT. Los capitanes Galán y García Hernández se adelantaron en Diciembre, dando un Golpe de Estado en Jaca y acabaron fusilados.
Ese mismo año de 1930, un grupo de intelectuales, encabezados por Ortega y Gasset, Gregorio Marañon y Ramón Pérez de Ayala, publicó el manifiesto fundacional de una Agrupación al Servicio de la República, en el que instaban al resto de los intelectuales a contribuir a la instauración de un ŕegimen republicano.
En Febrero de 1931 dimite Berenguer. El rey recurre a Sánchez Guerra, que en 1929 había conspirado contra Primo de Rivera y se pone en contacto con el comité revolucionario que estaba en la cárcel. No acepta y el Rey llama a Melquiades Álvarez, que tampoco acepta. Finalmente, el almirante Aznar sustituyó a Berenguer, con el compromiso de convocar elecciones escalonadamente, empezando por las municipales. El 12 de Abril, estas elecciones supónían un plebiscito contra la Monarquía

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