1793 España

TEMA 6 – LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788 – 1833)


1. EL MIEDO A LA REVOLUCIÓN

1.1. Las noticias de Francia

Los sucesos de la Revolución
Francesa produjeron una reacción inmediata en las autoridades españolas, que se asustaron ante la posibilidad de que se extendiera el movimiento. Los ilustrados españoles, en su mayoría, no eran partidarios de la revolución, sino de una política de reformas dentro de los márgenes del Antiguo Régimen. No obstante, detectaban una simpatía creciente hacia las ideas revolucionarias en los grupos de burgueses ilustrados y en las colonias de comerciantes franceses.

La revolución podía prender a este lado de los Pirineos si no se tomaban medidas urgentes para frenar el contagio. Las malas cosechas castigaban a las clases populares, provocando motines en distintas ciudades que alarmaron al Gobierno, temeroso de que el conflicto degenerase en un estallido antimonárquico. Estos temores se manifestaron en la reuníón de las Cortes convocada para proclamar al nuevo monarca Carlos.

1.2. La política de aislamiento de Floridablanca

De nuevo, el aislamiento parecía el mejor recurso, y fueron cortadas las relaciones con Francia. La Inquisición recibíó el encargo de amenazar a los ilustrados sospechosos y cerrar el país a la propaganda política. Eran perseguidas todas las publicaciones francesas.

Se prohibíó la salida de España de los jóvenes que deseaban estudiar en universidades extranjeras y la entrada de profesores foráneos.

El miedo al contagio revolucionario crecíó tanto entre los miembros del Gobierno que el conde de Floridablanca llegó a prohibir la enseñanza del francés como forma de evitar lecturas contrarias a la monarquía y a la Iglesia. La prensa también estuvo en el punto de mira de los asustados gobernantes, que negaron el permiso de edición a todo periódico de carácter político. Prohibíó, además, las actividades a las Reales Sociedades de Amigos del País.

–  El breve acercamiento a la Francia revolucionaria

La actitud indecisa de Floridablanca ante Francia y su incapacidad de neutralizar la propaganda revolucionaria le hicieron perder la confianza de Carlos IV, que en 1792 encomendó el Gobierno al conde de Aranda.

1.3. De la guerra a la alianza con Francia

Manuel Godoy, asumíó en 1792, el cargo de primer secretario de Despacho –equivalente a primer ministro-, dirigíó España hasta 1808. Su actitud fue la de un típico gobernante del despotismo ilustrado, temeroso, por un lado, de la revolución, y, por otro, promotor de medidas de reformas educativas y económicas.

–  Guerra dela Convencíón. El avance del ejército español

En 1793, España rompíó sus lazos con Francia y le declaró la guerra.
Era la respuesta de la España del Antiguo Régimen a quienes habían roto el orden tradicional, fundamentado en el absolutismo de los reyes, los privilegiados de la nobleza y la hegemonía de la Iglesia.

–  La paz y la continuidad del reformismo

La Paz de Basilea se firmó en 1795. Por este tratado, España recuperó su integridad territorial a cambio de ceder a Francia su parte de la isla de Santo Domingo y algunas ventajas comerciales.

Un año después, el Pacto de San Ildefonso restauró la alianza Franco – española para luchar contra Inglaterra. Pocos meses más tarde, enfrentada a los ingleses, la Marina española era diezmada en la batalla del cabo de San Vicente, con lo que el comercio ultramarino quedaba desprotegido.

–  Un tímido reformismo

Godoy devolvíó por un tiempo a la corte el espíritu reformista del reinado anterior: apoyó la ley agraria, suprimíó algunos impuestos…

1.4. La crisis económica y fiscal

En el reinado de Carlos IV se manifestaron las contradicciones económicas del Antiguo Régimen: subida imparable de los precios de los alimentos e insostenible situación financiera del Estado.

– Los problemas de la Hacienda

Por otra parte, el agobiante déficit del Estado -la Hacienda Real- se manifestó en la emisión continua de vales reales-, con el fin de hacer frente a los crecientes gastos que se iniciaron en 1793 con la guerra contra la Convencíón. En este contexto surgíó un importante conflicto con el clero, que revistió especial gravedad desde el momento en que la Hacienda de Carlos IV se fijó en el patrimonio de la Iglesia para remediar sus apuros.

– Primeras desamortizaciones

En 1798, el Estado vendíó bienes de los organismos eclesiásticos de beneficencia. Fue la primera venta de propiedades de la Iglesia en beneficio del Estado, con lo que se inauguraba la era de las desamortizaciones.


2. ALIANZA CON LA Francia NAPOLEÓNICA

A partir de la toma del poder por Napoleón Bonaparte, en 1799, la corte española no fue sino una mera comparsa de la política expansionista de Francia. La debilidad de Carlos IV espoleó el intervencionismo francés. En 1802, Francia e Inglaterra firmaron la Paz de Amiens; pero enseguida reanudaron sus hostilidades, y España se vio envuelta en otra guerra no deseada, de trágicas consecuencias para su flota, que cayó destrozada en la batalla de Trafalgar (1805). Las posesiones americanas quedaban incomunicadas, y el hundimiento económico de España se hacía imparable.

2.1.División social y lucha por el poder

Los desastres bélicos, el arrinconamiento político de la alta nobleza y el disgusto del clero a causa de las medidas desamortizadoras unieron a la oposición en torno al príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, quien no congeniaba con Godoy. Por el contrario, otros españoles descontentos ponían sus esperanzas en Napoleón Bonaparte, cuya revolución liberal daba respuesta al deseo de cambio. 

El Tratado de Fontainebleau (1807), por el que Godoy autorizaba al acantonamiento de tropas francesas en España con el objetivo de una nueva campaña de conquista y reparto de Portugal. Soldados, campesinos y servidumbre del palacio, organizaron un motín de Aranjuez cuyo resultado fue la caída de Godoy y la forzada abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII.

2.1.La familia real en Francia: abdicaciones de Bayona

Sin embargo, Napoleón no reconocíó a Fernando, y Carlos IV pronto se arrepintió de su abdicación. Requerido por ambas partes, el emperador intervino en la disputa de la Corona forzando a padre e hijo a arreglar sus diferencias en Bayona. Con los reyes en Francia, y ante la imposibilidad de acuerdo entre ellos, Napoleón no esperó más, y obligó a ambos a traspasarle el trono, que, a su vez, entregaría a su hermano José Bonaparte en las “abdicaciones de Bayona”.

Los herederos de la Revolución Francesa conseguían la Corona española y se dispónían a enterrar el Antiguo Régimen. El Estatuto de Bayona era una institución que ofrecía un renovado aire liberal que cuestionaba los fundamentos del Antiguo Régimen.

3

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808 – 1814)

La salida de la familia real española en dirección a Francia, donde se debía reunir con Napoleón, enfurecíó tanto a los madrileños que el 2 de Mayo de 1808 se levantaron contra las fuerzas francesas ocupantes de la capital. Pocas horas después, reprimía la revuelta fusilando a centenares de personas como escarmiento. Al conocerse la noticia, los levantamientos antifranceses se extendieron por toda España.

3.1. Guerra nacional y conlicto internacional

Los levantamientos de Mayo de 1808 degeneraron en guerra. Fue una guerra nacional y popular, y al mismo tiempo conflicto internacional.

La lucha contra los franceses acrecentó el sentimiento de pertenencia a una misma comunidad y conformó una nueva mentalidad. El ideario que hizo posible el levantamiento partía de la defensa de la religión y de la monarquía.

3.2. Las fases de la guerra

En Junio de 1808, con el doble objetivo de reprimir los levantamientos populares e instaurar el régimen de José Bonaparte, un ejército de 170000 hombres se adentró en España.

Resistencia a la ocupación: Bailén y la retirada del ejército francés (Mayo – Octubre de 1808)

La inesperada resistencia de los españoles desbarató los proyectos de Napoleón. Aunque la toma de las ciudades se prevéía fácil, Zaragoza resistíó; Girona, aguantó el ataque y rompíó las vías de abastecimiento con Francia. Pero a los invasores todavía les esperaba lo peor: el ejército tuvo que rendirse en Bailén. El descalabro alcanzó una gran repercusión internacional, al tratarse de la primera derrota en tierra de un ejército de Napoleón. En Octubre de 1808 la presencia francesa en España se reducía a Navarra, País Vasco y norte de Girona.

Reacción francesa. Napoleón en España: la ocupación (Noviembre de 1808 – 1812)

A partir de entonces, la guerra adquiríó una mayor dimensión, impulsada por el deseo de Napoleón de aplastar de forma definitiva la resistencia española. El emperador entró en España al frente de un ejército de 250000 hombres.

El avance francés fue contundente. Solo en algunas zonas de la periferia y las áreas montañosas del centro permanecían libres después de un año de guerra.



El decisivo papel de la guerrilla

Dada su inferioridad militar ante el ejército invasor, los españoles adoptaron una novedosa forma de combate, la guerrilla, que atacaban por sorpresa  al enemigo en acciones rápidas, valíéndose de su conocimiento del terreno y de la complicidad de la población civil. Algunos alcanzaron gran prestigio, como El Empecinado.

Nunca consiguieron los franceses liquidar las guerrillas, pues se dispersaban después de cada ataque.

Derrota del ejército francés y abandono de España (1812 – 1814)

En la primavera de 1812, la guerra dio un giro definitivo. Lo que en un principio parecíó un paseo militar, se había convertido en un atolladero que obligaba a Napoleón a mantener en España un importante conjunto de tropas, cada vez más necesarias en el frente de Rusia. Ocurríó en Julio de 1812, cuando el general Wellington, al frente de tropas británicas, portuguesas y españolas, y ayudado por las partidas guerrilleras, derrotó a los franceses en Arapiles y entró en Madrid.

En la primavera de 1813, el general británico lanzaba de nuevo su acometida, sin que los franceses consiguieran parar su avance. Abandonaron Madrid y llegaron hasta Vitoria – Gasteiz, donde sufrieron una grave derrota, que se repitió en la batalla de San Marcial (Irún). Vencido, Napoleón se apresuró a llegar a un acuerdo con Fernando VII, al que devolvíó la corona de España por el Tratado de Valençay (1813).


4.PROGRAMA REVOLUCIONARIO DE LAS CORTES DE CÁDIZ

A la vez que gran parte de la sociedad española se enfrentaba con las armas a los franceses, unos pocos ilustrados pretendían implantar en España las mismas ideas que en Francia.

4.1.Convocatoria y composición de las Cortes

La idea de una reuníón de Cortes Generales para reorganizar la vida pública en tiempo de guerra y llenar el vacío de poder.

La representación y sus problemas

A causa de las dificultades de la guerra, la alta nobleza y la jerarquía de la Iglesia apenas estuvieron representadas en Cádiz. Predominaban en las Cortes las clases medias con formación intelectual, eclesiásticos, abogados, funcionarios, militares y catedráticos, aunque no faltaban tampoco miembros de la burguésía industrial y comercial. No había, en cambio, representación alguna de las masas populares, tampoco mujeres.

Carácter y tendencias en las Cortes de Cádiz

De inmediato surgieron dos grandes tendencias en la cámara gaditana. Los liberales eran partidarios de reformas revolucionarias. Enfrente, los absolutistas, pretendían mantener el viejo orden monárquico.

4.2.Laobra legislativa. Los secretos de abolición del Antiguo Régimen

 

Libertad de expresión

El derecho a la libre expresión, que suprimía la censura para los escritos políticos, pero no para los religiosos.

Anulación del régimen feudal

Las Cortes de Cádiz desmontaron la arquitectura del Antiguo Régimen y la abolición de los señoríos jurisdiccionales. Fueron derogados, también, los gremios.

También se decretó la desamortización de las tierras comunales de los municipios, de las órdenes militares y de los jesuitas, se derogaron los privilegios de la Mesta y se abolíó la Inquisición.

Legislación religiosa

Las Cortes también legislaron en materia religiosa, al decretar la abolición de la Inquisición.

Reforma administrativa y ordenación del territorio

Las Cortes eliminaron los antiguos reinos, provincias e intendencias y decretaron una nueva división provincial.

4.3.La Constitución de 1812

En 1812, los diputados de Cádiz aprobaron una Constitución, la primera de la historia de España, que resumía su labor legisladora y establecía las ideas y el lenguaje del liberalismo español. “La Pepa”.

Un solo Estado, los mismos derechos

Su idea de nacíón quedó plasmada en el diseño de un Estado unitario.

Con el fin de conseguir la igualdad de los ciudadanos, la Constitución de 1812 fijaba una burocracia centralizada, una fiscalidad común, un Ejército nacional y un mercado libre de aduanas interiores.

Estado constitucional y soberanía nacional

La Constitución proclamaba la soberanía nacional atribuida a las Cortes que tendrían una sola cámara, elegida por sufragio universal masculino. Los ciudadanos reconocían a Fernando VII como rey de España, pero no como rey absoluto, sino constitucional. La Constitución de 1812 reflejaba el influjo de la religión a través de la definición de un Estado confesional.

LA RESTAURACIÓN DEL ABSOLUTISMO

El regreso de Fernando VII. El Sexenio Absolutista (1814 – 1820)


El Trienio Constitucional (1820 – 1823)


La década Ominosa (1823 – 1833)


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