Características generales de la vida política y la crisis de 1917 en España

Características generales de la vida política



El rasgo general del período que va de 1902 a 1923 es el de una permanente crisis política que afectará a los fundamentos del sistema que ideara, veinticinco años antes, Antonio Cánovas.

Las causas de esa crisis, y de esa incapacidad son:

  • La personalidad del propio Rey: Alfonso XIII, desde el principio, jugó un papel activo en la acción política, alejándose de lo que caracterizó a sus padres como Rey y como Regente: se implicó en los cambios de gobierno; se dejó influir por las opiniones de los generales. Esta actuación será decisiva para el descrédito final en el que cayó la Monarquía.
  • La división de los partidos del turno. La desaparición de los líderes históricos (Cánovas, Sagasta) provocó esta división. Los nuevos jefes conservadores (Fernández Villaverde, Maura, Dato) y liberales (Moret, Montero Ríos, Canalejas, Romanones) lucharon por el control de sus grupos provocando conflictos internos que impidieron la aparición de liderazgos fuertes.
  • El régimen político corrupto y artificial en el que las instituciones más importantes (Ayuntamientos, Parlamento…) no representaban al pueblo ya que las elecciones eran manipuladas desde el Ministerio de Gobernación, por los caciques, alcaldes, gobernadores civiles. Aunque el modelo político era una democracia, la alternancia de partidos era artificial y posible por la incultura de una sociedad poco politizada.
  • La progresiva pérdida de influencia del caciquismo: el mayor peso de las ciudades impidió una manipulación tan descarada como la de las zonas agrarias. Ello restó eficacia a la maquinaria electoral de los partidos, y provocó que las mayorías en las Cortes fueran precarias.
  • La aparición y crecimiento de partidos políticos ajenos al sistema de la Restauración: Socialistas, radicales, republicanos y nacionalistas (estos últimos, con un crecimiento espectacular, sobretodo en Cataluña, generan numerosas tensiones con el gobierno central) incrementaron cada vez más su fuerza electoral.
  • La oposición política e ideológica del movimiento obrero. El retraso económico y cultural respecto al resto de Europa, y el injusto reparto de riqueza propició las reivindicaciones del movimiento obrero y jornaleros del campo, en una sociedad cada vez más radicalizada y dividida.
  • El resurgir de dos viejos problemas: el clerical y el militar. En los últimos años del siglo XIX habían permanecido larvados, pero ahora resurgirán, en especial el segundo, por la política africanista y la “Cuestión de Marruecos”, creando importantes conflictos.



La crisis de 1917



La crisis de 1917 se desarrolla en tres actos. Tres fueron los grandes movimientos que van a confluir en el objetivo de derribar al gobierno. Sus protagonistas fueron: los militares; los parlamentarios; los obreros.

El movimiento militar



Aparición de un movimiento militar reivindicativo, descontentos por los privilegios de los oficiales destinados en Marruecos (ascensos, sueldo). Surgen las Juntas de Defensa que reivindican mejoras y provocan la caída del gobierno liberal de García Prieto y del conservador de Eduardo Dato. Finalmente el gobierno se plegó a las presiones militares y promulgó la Ley del Ejército (1918). El Ejército volvió a ser garante del régimen y del orden social, además de elemento activo en la vida política.

El movimiento político. La Asamblea de Parlamentarios



Desde febrero de 1917 las Cortes permanecían cerradas pero un grupo de diputados y senadores, catalanistas y reformadores, constituyeron la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona, para promover una reforma a fondo de la vida política en España. La Asamblea, que tuvo un fuerte respaldo popular en las calles, acordó exigir un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes.

La petición reformadora fue desatendida por el Gobierno y aumentó la desconfianza del Ejército.

El movimiento obrero. La huelga general



Fue el principal factor de la Crisis. La tensión social había ido creciendo desde 1914: subida de precios, carestía, y un gobierno incapaz de tomar medidas de control.

En agosto de 1917 se convocó una huelga general con apoyo de UGT, CNT y PSOE, además de algunos sectores republicanos.

La huelga iba a tener un doble carácter: económico, con demandas salariales y de jornada laboral, y político, con la exigencia de cambios profundos en el gobierno. La huelga se extendió por el país y la respuesta del gobierno fue durísima: sacó las tropas a la calle y provocó un enfrentamiento con los piquetes. El número de muertos, heridos y detenidos fue aumentando. Los miembros del comité de huelga, ubicado en Madrid, fueron detenidos (Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero).

Consecuencias de la Crisis de 1917



Agosto de 1917 demostró a los sindicatos la capacidad de movilización que tenían. Por otro lado, y ante la amenaza del orden social, el movimiento juntista dio un giro: los oficiales apoyaron la represión y abandonaron todo deseo reformista. También trajo la crisis de gobierno: dimisión de Dato y formación de un gobierno de coalición, en el que se incorporaron los catalanistas. Pero las reclamaciones de los Parlamentarios no cupieron en el nuevo programa de gobierno.

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