Constitución del ferrocarril en el gobierno liberal

Con la influencia de la Revolución Francesa de 1789 y la extensión de los principios de los principales liberales en España, se inicia un movimiento liberal a partir de las Cortes de Cádiz de 1812 que progresivamente irá modificando y democratizando los sistemasde gobierno.

Como recoge el documento, la Constitución liberal data de 1812. En este momento España está inmersa en una Guerra de Independencia contra Francia, en la que Napoleón Bonaparte ha invadido el territorio español y tras conseguir los derechos al trono de Carlos IV y Fernando VII (abdicación de Bayona), ha otorgado la corona a su hermano José I. Ante el exilio de los reyes, tras el motín de Aranjuez y las condiciones impuestas por el monarca francés, las masas populares se ven obligadas a desarrollar la resistencia ante la escasez de tropas. Paralelamente, ante el vacío de poder provocado por la guerra, surgen juntas locales de gobierno que aplican la autoridad en su zona de jurisdicción. Se va desarrollando la idea de la necesidad de convocar Cortes para conocer la voluntad del país e imponer o aplicar las reformas necesarias. Son convocadas en Cádiz en 1812 y cristalizan en la promulgación de la primera constitución liberal. De acuerdo a los principios liberales defiende un Estado basado en la soberanía nacional (delegado en representantes elegidos por sufragio universal masculino), la defensa de los derechos y libertades individuales, y como estamos ante el primer intento liberal, la apertura todavía no es demasiado grande, ya que se opta por una monarquía y un estado confesional.

Con la victoria española en la guerra se produce la restauración de Fernando VII al trono y este monarca lleva a cabo la suspensión de las reformas liberales de Cádiz, recuperadas por un breve lapso durante el trienio liberal (1820-1823), gracias al pronunciamiento de Riego.

En 1823 se produce la muerte de Fernando VII, que al no tener descendencia masculina, se vio obligado a abolir antes de su muerte la ley sálica, que prohibía la sucesión al trono de las mujeres, lo que ocasiónó un gran conflicto con su hermano Carlos que se veía como sucesor (los seguidores de este serán denominados carlistas y llevaran a cabo tres guerras para defender la candidatura de Carlos y sus ideales. No obstante, cuando Fernando VII fallece, su hija primogénita, la heredera Isabel es menor de edad (tiene 3 años), por lo que su esposa María Cristina de Borbón se ve obligada a asumir la regencia y buscar apoyos entre los liberales moderados para hacer frente a los carlistas. Durante la primera fase de su regencia, los liberales  mas progresistas llevan a cabo intentos para acceder al gobierno, que lograron de forma intermitente hasta que en 1936, el triunfo de sus pronunciamientos les permita el acceso definitivo. Para reflejar esta situación en 1837 se elabora una nueva constitución de línea progresista, que supone una revisión de la alcanzada en Cádiz, que también queda plasmada en el presente documento. Esta constitución decreta una monarquía constitucional, con soberanía compartida entre el rey y las cortes, la elección popular de alcaldes y cierta tolerancia religiosa. En esta segunda fase de su regencia se producirá la entrada del gobierno de los moderados. En 1943, Narváez, dirigente moderado, ante el exilio de la regente (debido a problemas con los liberales) adelantó la mayoría de edad de Isabel (que tenía 13 años). Con la entrada de los moderados al gobierno y el inicio del reinado de Isabel II, se promulga una nueva Constitución acorde al moderantismo ideológico del gobierno. La Constitución de 1845 decreta una soberanía compartida entre el rey y las Cortes, un sufragio fortementecensitario, una limitación de las libertades y un estado confesional entre las medidas. Así pues, como refleja el documeno, esta constitución supuso una revisión de la carta magna de 1837, para regularizar la nueva situación del régimen. Durante el reinado de Isabel, se vive en primer lugar una década moderada (1843-1854), sustituido posteriormente por un bienio progresista (1854-1856), y de nuevo una década moderada (1856-1858).

encargaban de que los votos fueran dirigidos al partido que debía gobernar.

En 1868 desde el exilio las fuerzas progresistas y demócratas, dirigidas por el general Prim, acordaron unir fuerzas para derrocar a Isabel y derrocar la monarquía borbónica en lo que se conocíó como el pacto Ostende-Bruselas. Así en este año, tiene lugar un pronunciamiento liderado por el general Topete, que conocido como la revolución gloriosa logra que la reina abandone España. Se forma así un gobierno provisional liderado por el general Serrano que convoca Cortes constitucionales por sufragio universal. De la asamblea resulta una nueva constitución promulgada en 1869. En la votación ganan los partidarios de una monarquía, por lo que se establece una monarquía democrática.

Hay que destacar, como se refleja en el documento el establecimiento de una soberanía nacional (sufragio universal), la separación de poderes (según la cual el poder ejecutivo reside en el rey y sus ministros, mientras que el poder legislativo pasa a la competencia de unas Cortes bicamerales. Así mismo se produce una ampliación de los derechos y libertades, además del establecimiento de la libertad de culto. Ante el establecimiento de una monarquía, resulta imprescindible la elección de un nuevo rey acorde con las bases del régimen: el candidato elegido fue Amadeo de Saboyá, procedente de la monarquía italiana. Sin embargo su mandato estuvo caracterizado por escasos apoyos, amorosos problemas y gran oposición (dificultades de gobierno, guerra de Cuba, Guerra Carlista, oposición republicana…). En 1973, ante las dificultades, el monarca abdica y se proclama la primera república española. No obstante, la experiencia republicana será muy breve (11meses), con hasta 4 cambios en su presidencia, debido a las discusiones sobre la organización del estado. Ante el fracaso de la república y ante el vacío de poder, el conservador Cánovas del Castillo considera oportuno recuperar la monarquía borbónica. Así pues, en 1875 consigue la restauración de Alfonso XII, hijo de Isabel II, estableciendo una monarquía constitucional, caracterizada por la alternancia sistemática de liberales y conservadores en el poder. El llamado sistema canovista cristaliza en la promulgación de la constitución de 1876, que como queda plasmado en el documento, establece por igual la importancia de la corona y de las Cortes, estableciendo una soberanía compartida, una confesionalidad estatal y la redacciónde los derechos y libertades de forma general y ambigua, para poder soportar los constantes cambios de gobierno, de este modo, las leyes  pueden ser precisadas de acuerdo a la tendencia ideológica que ocupe el gobierno en cada momento.

El sistema defendido por Cánovas consideraba que el desgaste del gobierno conducía a su sustitución por la tendencia opuesta, de modo que el régimen ya reconocía estos cambios de forma “oficial”. Cuando un gobierno sufría desgaste o perdía el clamor popular, quedaba manifiesto el otro partido. Esta alternancia se conoce como turno de partidos y para lograrla se recurría al fraude sistemático de las elecciones, ya que los partidos debían contar con el apoyo del rey y de las Cortes. Esto significa que una vez designado el partido sucesor  por parte del rey el resultado de las elecciones podrá conocerse antes de la celebración de las mismas ( técnicas usuales fueron el pucherazo, la resurrecciónde muertos…). Todo este sistema se basó en la intervención de los caciques que se

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