Contexto histórico institución libre de enseñanza

 ejercicio del poder. Los liberales aprobaron una serie de leyes fundamentales de su programa: legalización de las asociaciones obreras (1887), sufragio universal masculino (1890), Código Civil (1889)… Lo más importante de este período fue la guerra colonial y la crisis del 98.
La Guerra de Cuba (1895-1898) se inició con una sublevación independentista, que fue intentada sofocar por las tropas españolas. Pero, en 1898, el hundimiento del acorazado estadounidense Maine sirvió de motivo a Estados Unidos para declarar la guerra a España. También estalló la Guerra de Filipinas (1896-1898). En ambos escenarios la flota española fue destruida por la norteamericana, en una guerra breve. Por el Tratado de Paz de París (10 dic 1898), España reconocía la independencia de Cuba, y cedía a Estados Unidos Puerto Rico y las Filipinas. El desastre del 98 tuvo para España importantes consecuencias demográficas, económicas, políticas y culturales.

Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)


El sistema político se fue deteriorando (Semana Trágica de Barcelona, 1909) hasta la gran crisis de 1917; hasta 1923, la crisis se fue generalizando, lo que propició el Golpe de Estado del general Primo de Rivera, quien impuso una dictadura (1923-1930), aunque manteniendo la monarquía

LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA

Identificación
El texto que comentamos es un fragmento del discurso inaugural del curso 1880-1881 en la Institución Libre de Enseñanza, pronunciado por uno de sus fundadores, y en ese año nombrado rector, Francisco Giner de los Ríos.
Ha sido reproducido en numerosas publicaciones (entre ellas la de Díaz-Plaja), desde que apareciera por primera vez en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza en 1880. Es una fuente primaria, un texto histórico de carácter ideológico y tema educativo. Su autor, Giner de los Ríos (1839-1915), fue catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Madrid, siendo apartado de su puesto en dos ocasiones (1868 y 1875-1881) por criticar las directrices del ministro de Fomento, Orovio, contra la libertad de cátedra.
Resumen
En el texto se exponen los objetivos de esta institución educativa: más que instruir, formar (en el doble aspecto de educación moral y educación física). Formar individuos (no masas) cuyos principios sean el respeto a la ley, el sacrificio, el patriotismo, el trabajo, la verdad y la tolerancia, frente al arbitrio, el egoísmo, la vagancia, la mentira y la intolerancia.
Aclaración de términos
El Congreso de Bruselas de que habla el texto es un Congreso Internacional de Enseñanza celebrado en dicha ciudad en 1880, organizado por la Liga de Enseñanza belga, al que asistíó Manuel Bartolomé Cossío (quien habría de suceder a Giner al frente de la Institución) y donde se presentó internacionalmente a la ILE.
Tema
En 1877 la tasa de analfabetismo en España era del 72%, muy superior a la media de Europa occidental, constituyendo uno de los lastres más importantes para el desarrollo económico y el cambio social. El analfabetismo era mucho mayor entre las mujeres que entre los hombres, en el sur que en el norte, y entre las clases populares y rurales que entre las clases altas y medias urbanas.
El sistema educativo público respondía a los ideales del liberalismo moderado: centralización y uniformización. La Ley Moyano de 1857 (que, aunque muy reformada, perduró hasta 1970) establecía cuatro niveles de enseñanza:
Primaria (municipios de más de 500 habitantes), secundaria (instituto en las capitales de provincia), universidad (en capitales regionales) y doctorado (en la Universidad Central de Madrid). La enseñanza primaria se dividía en: elemental (de 6 a 9 años, con carácter obligatorio, y gratuita para los pobres) y superior. En 1900 la población escolarizada en la enseñanza primaria era el 50%, y solo el 1,6% de los niños que habían ido a la escuela acudían al instituto. Ese año se creó el Ministerio de Instrucción Pública y se convirtió en funcionarios a los maestros. Pero la educación pública siempre hubo de enfrentarse a dos problemas:
– La escasez de fondos: el Estado solo le dedicaba una reducida parte de sus presupuestos, que destinaba mayoritariamente a la enseñanza universitaria (la financiación de la primaria corría a cargo de los municipios, y de la secundaria se encargaban en principio las diputaciones, hasta que luego pasó al Estado).
– El tradicional control de la educación por parte de la Iglesia católica, a través de sus centros de enseñanza (solo la educación universitaria era competencia exclusiva del Estado). Durante la Restauración disminuyó el alumnado de los centros públicos en favor de la red escolar impulsada por las asociaciones privadas y las congregaciones religiosas (hacia 1900, menos de un tercio del total de los bachilleres estudiaba en centros estatales).

La educación que recibían las mujeres de las clases populares urbanas y del medio rural era mínima. Aunque la Ley Moyano establecía la obligatoriedad de la educación primaria de las niñas, se establecía un currículo diferenciado del de los niños (Labores propias del sexo…). Las mujeres de las clases medias y altas recibían algo más de formación, en colegios de religiosas o con institutrices. Hasta 1910 no se dicta una orden que permite a las mujeres matricularse en la universidad sin previa consulta a la autoridad. Sobre la educación de la mujer podemos encontrar tres posturas: la más conservadora defendía su educación en familia (mayor instrucción es fuente de inmoralidad y pérdida de feminidad); otros sectores (minoritarios) abogaban por una mayor formación de la mujer, como instrumento de progreso, por su influencia sobre su marido e hijos; por último, una minoría feminista defendía la igualdad de derechos en educación.
El sistema político de la Restauración diseñado por Cánovas se concretó en la Constitución de 1876. Aunque se reconocían bastantes derechos, su reglamentación se remitíó a leyes ordinarias, que tendieron a restringirlos. Los primeros años fueron de gobiernos exclusivos del Partido Conservador (inspirado por un liberalismo doctrinario). Fruto de esta ideología fue el Real Decreto de 25 de Febrero de 1875 (Decreto Orovio), que obligaba a los profesores a presentar a la autoridad competente sus planes de estudio y libros de texto, y ajustar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa, política o moral. Varios catedráticos (entre los que se encontraba Francisco Giner de los Ríos) se negaron, defendiendo la libertad de cátedra, y fueron separados de la Universidad.
Ello los obligó a proseguir su tarea educadora al margen de los centros universitarios del Estado, mediante la creación, en 1876, de un establecimiento educativo privado (la Institución Libre de Enseñanza)
, cuyas primeras experiencias se orientaron hacia la enseñanza universitaria y, después, a la educación primaria y secundaria. Está inspirada ideológicamente en el krausismo, una doctrina alemana que defendía la tolerancia académica, la libertad de cátedra y el laicismo. Los principios pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza eran:
-La libertad de cátedra y ciencia, siendo el profesor el único responsable de la enseñanza.
-Desarrollar un sistema de educación en el que el alumno conformara su personalidad libremente, creando así espíritus libres y críticos, autónomos.
-Coeducación, una idea innovadora que provocó tensiones, ya que supónía la educación mixta.
-Un programa abierto, usando el método intuitivo, y en relación directa con el objeto de estudio (importancia de las clases experimentales y de las excursiones).
-Defendían la educación física, porque repercutía en el bienestar, higiene y educación moral.
-Educación para todos los individuos: adultos, proyectos de educación para la mujer, charlas en pueblos…
Valoración
Desde 1876 hasta la Guerra Civil de 1936, la ILE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la cultura española y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera. Así lo testifica la nómina de colaboradores del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza: Bertrand Russell, Charles Darwin, Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, León Tolstoi, H. G. Wells, Rabindranath Tagore, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Azorín, Eugenio d’Ors… En la ILE estudiaron Clarín, Joaquín Costa, Manuel y Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset… Fruto de la influencia de la ILE fue la fundación en 1910 de la Residencia de Estudiantes, lugar de encuentro de escritores y artistas (Buñuel, Dalí, Lorca…).
En contra, podemos hablar de que se trataba de una educación elitista. El propio Giner, en este texto, critica la idolatría de la nivelación y de las grandes masas.


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