El Régimen Franquista: Consolidación y Fases
Tras la Guerra Civil, Franco consolidó su poder mediante un conjunto de leyes que simulaban otorgar derechos y reforzaban su autoridad personal. Entre 1938 y 1947 se aprobaron:
- El Fuero del Trabajo (supresión de sindicatos libres y monopolio falangista del control laboral).
- La Ley Constitutiva de las Cortes (parlamento sin representación real).
- El Fuero de los Españoles (derechos sin garantías).
- La Ley de Referéndum (consultas populares a voluntad de Franco).
- La Ley de Sucesión (España como reino y designación de sucesor, recayendo en Juan Carlos de Borbón en 1969).
Con la Segunda Guerra Mundial concluida y el fascismo desacreditado, Franco se realineó en la Guerra Fría como baluarte anticomunista. En 1953 firmó los Pactos de Madrid, que autorizaron bases militares de EE. UU. en suelo español, y un concordato con la Santa Sede. Este giro le permitió el ingreso en la ONU en 1955 y su asociación a organismos como la FAO y el FMI, si bien el acceso a la CEE quedó aplazado.
En los años cincuenta y sesenta, buscando proyectar modernidad, el régimen aprobó los Principios del Movimiento Nacional (1958), la Ley de Prensa (1966) —que introdujo una tímida apertura mediática— y la Ley Orgánica del Estado (1967), que reestructuró la administración e instituyó la vicepresidencia del Gobierno en Carrero Blanco. Paralelamente, mantuvo relaciones pragmáticas con Argentina, Yugoslavia y, sorprendentemente, la Cuba de Castro.
Históricamente, el franquismo se divide en cuatro fases:
- Nacionalsindicalismo (1936-1943): inspirado en el fascismo y marcado por el envío de la División Azul.
- Nacionalcatolicismo (1943-1957): con autarquía económica y predominio eclesiástico.
- Desarrollismo (1957-1969): impulsado por tecnócratas del Opus Dei y el Plan de Estabilización de 1959, que trajo crecimiento, turismo e industria.
- Decadencia (1970-1975): caracterizada por la enfermedad de Franco, el auge de la protesta social y los atentados de ETA —entre ellos el asesinato de Carrero Blanco en 1973—.
La muerte de Franco en noviembre de 1975 y la sucesión de Juan Carlos I abrieron la transición hacia la democracia, cerrando cuarenta años de dictadura.
Análisis de Fuentes Históricas y Contexto
Fuente Visual: La Crisis de 1917
1. Explique brevemente el tipo de fuente, la localización cronológica y el contenido atendiendo a la siguiente imagen.
La imagen es una fuente primaria y visual, ya que fue tomada en el momento en que ocurrieron los hechos que muestra. Es una fotografía histórica que recoge un momento de revuelta social en la ciudad de Granada en 1917, durante la huelga general revolucionaria de ese año. Podemos ver un vehículo volcado en mitad de la vía, rodeado por civiles y fuerzas del orden. Esto nos da una idea del nivel de violencia y enfrentamiento que se vivió durante las protestas. La imagen nos sirve como testimonio directo del clima de tensión social y política que se vivía en España en ese momento, justo en el marco de la crisis de 1917.
Contexto Histórico: La Crisis de 1917
A comienzos de 1917, España atravesaba una situación de gran tensión interna pese a su neutralidad en la Primera Guerra Mundial. El floreciente comercio con los contendientes —que compraban carbón, productos agrícolas y material industrial— había disparado la actividad económica, pero sus beneficios se concentraron en las élites y los grandes empresarios. Mientras tanto, los precios de los alimentos y la energía se dispararon y los salarios permanecieron estancados, con lo que las clases obreras y medias sufrieron un empobrecimiento creciente y una sensación de injusticia social.
Paralelamente, la sociedad española se fracturó en dos visiones contrapuestas del conflicto europeo: aliadófilos, que simpatizaban con Francia y el Reino Unido, y germanófilos, más atraídos por la potencia germana. Pero fue la convergencia en 1917 de tres crisis específicas la que desencadenó el colapso de la calma conservadora. La primera de ellas tuvo carácter militar. En la península, los oficiales veteranos veían con recelo los rápidos ascensos en Marruecos de sus compañeros de armas, y para defender sus intereses constituyeron las Juntas de Defensa. Pese a estar prohibidas, esas asociaciones lograron imponer al Gobierno sus exigencias de carrera profesional, humillando al poder civil.
Al mismo tiempo, la crisis política alcanzó su cumbre cuando el presidente Eduardo Dato disolvió las Cortes en marzo, ruptura anticonstitucional que provocó una asamblea de diputados catalanes, republicanos y socialistas en Barcelona, instigada por Francisco Cambó. El Ejecutivo la declaró ilegal, ordenó detenciones y disolvió el encuentro, frustrando cualquier reforma de calado.
Finalmente, en el plano social, los sindicatos UGT y CNT convocaron en agosto una huelga general revolucionaria que paralizó Madrid, Bilbao y Oviedo. El Gobierno respondió decretando el estado de guerra y sacando al ejército a la calle, con un saldo de más de cien muertos y miles de detenidos.
La crisis de 1917 expuso la debilidad del régimen de la Restauración: la simultaneidad de conflictos militares, políticos y sociales dejó al descubierto un sistema agotado y heraldó la creciente inestabilidad que culminaría en la dictadura de Primo de Rivera pocos años después.
Fuente Estadística: Economía y Sociedad Franquista
1. Tipo de fuente, localización cronológica y contenido (breve)
La fuente es secundaria y de tipo estadístico, elaborada por Prados y Sanz en 1996. Muestra la distribución del PIB y el empleo en España entre 1940 y 1975, dividida en los tres sectores económicos: agricultura, industria y servicios. Abarca el periodo del franquismo, permitiendo analizar los efectos de su política económica, desde la autarquía hasta el desarrollismo, y cómo estos cambios afectaron a la estructura económica y social del país.
2. Política económica del franquismo: de la autarquía al desarrollismo. Transformaciones sociales: causas y evolución
De la Autarquía al Desarrollismo
Tras la Guerra Civil, el franquismo implantó una política económica autárquica, basada en la autosuficiencia, inspirada en la Italia de Mussolini. El objetivo era desarrollar una industria propia sin depender del exterior. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941 para gestionar empresas públicas, y el Estado intervino regulando precios, controlando importaciones y utilizando cartillas de racionamiento. Esta etapa acabó en fracaso: hubo escasez, mercado negro, corrupción y una fuerte caída de la renta per cápita. España era un país atrasado y agrario, como refleja la imagen: en 1940, la agricultura aportaba el 32,7% al PIB y empleaba al 52,5% de la población activa.
A partir de los años 50, el régimen empezó a abandonar la autarquía. En 1953 se firmó un acuerdo con EE. UU., y en 1959 se aplicó el Plan de Estabilización, impulsado por tecnócratas del Opus Dei (como Navarro Rubio o Ullastres). Este plan controló el déficit, estabilizó la peseta, abrió la economía al exterior y atrajo inversión extranjera. También crecieron las remesas de emigrantes y los ingresos por turismo. El Estado pasó a apoyar la iniciativa privada, iniciando el desarrollismo.
En los años 60 se lanzaron Planes de Desarrollo, dirigidos por López Rodó, con objetivos e incentivos a la inversión, y se crearon “polos de desarrollo” en zonas atrasadas (Huelva, Zaragoza, Burgos). La economía creció rápidamente: entre 1961 y 1975, la renta por habitante subió un 6,7% anual. Según la imagen, en 1975 la agricultura bajó al 10,1% del PIB y el empleo agrícola cayó al 23,8%, mientras que la industria alcanzó el 38,4% del PIB y los servicios el 51,5%.
Transformaciones Sociales
Este cambio económico generó grandes transformaciones sociales. Entre 1960 y 1975 hubo un baby boom (5 millones de personas más). Más de 4 millones emigraron del campo a la ciudad, y 1,5 millones a Europa (Alemania, Bélgica…), lo que provocó un fuerte proceso de urbanización. España pasó de ser agraria a urbana e industrializada. También cambió la estructura social: crecieron las clases medias, bajó el analfabetismo y aumentaron los estudiantes de bachillerato y universidad. Además, se inició la incorporación de la mujer al trabajo y a la educación superior. A pesar del crecimiento, persistieron desequilibrios territoriales, dependencia energética y vulnerabilidad, que se evidenció con la crisis del petróleo de 1973, que golpeó a España durante la transición.