El reinado de Carlos IV y la Guerra de la Independencia en España

El reinado de Carlos IV:

– España ante la Revolución Francesa:

Estalló en 1789 y todas las monarquías europeas temían su expansión. El Marqués de Floridablanca cerró las fronteras con Francia, prohibió la enseñanza del francés para evitar la propagación de libros y escritos de ese país. En 1792, el rey destituye a Floridablanca y nombra a Aranda, quien intenta una aproximación con Francia. Aranda es derrocado y Godoy asciende al poder, convirtiéndose en el valido del rey y dictador. En política internacional se alió con Gran Bretaña cuando guillotinaron a Luis XVI en 1793. Varios países europeos declaran la guerra a la República Francesa, llamada Guerra de la Convención. La guerra tiene dos etapas: la victoria de las tropas españolas en el Rosellón al mando del general Ricardos y las derrotas españolas por el avance francés en el norte por la Paz de Basilea.

– La alianza hispano-francesa y sus consecuencias:

En 1796, el Pacto de San Ildefonso marcó un cambio en la política exterior española, optando por una alianza con Francia contra Inglaterra, que buscaba bloquear comercialmente a Inglaterra para afectarla económicamente. En 1797, las flotas españolas y francesas fueron derrotadas en la batalla del Cabo de San Vicente. La situación económica en España era desastrosa, con malas cosechas y riesgo de bancarrota. En 1801, la Guerra de las Naranjas entre España y Portugal, apoyada por Napoleón, se resolvió con la Paz de Badajoz, llevando al cierre de puertos portugueses y la adquisición de Olivenza por España. La derrota en la batalla de Trafalgar en 1805 dejó a España sin flota y sus colonias americanas incomunicadas. En 1807, Godoy firmó el Tratado de Fontainebleau con Napoleón, acordando la división de Portugal entre Francia y España. El tratado implicaba que las tropas francesas para llegar a Portugal debían atravesar España.

– El motín de Aranjuez y la caída de Godoy:

En el motín de Aranjuez, Godoy cae y Carlos IV huye a Francia, mientras su hijo Fernando reclama el trono en 1808. En Bayona, Napoleón reúne a Carlos IV y a su hijo para actuar como árbitro entre sus disputas. El 5 de mayo de 1808, obliga a los dos a abdicar en él y proclama rey de España a José I Bonaparte. El 2 de mayo se produjo un levantamiento sangriento en Madrid, reprimido al día siguiente.

La Guerra de la Independencia:

Se desencadenó en 1808 cuando la familia real se dirigía a Bayona. El pueblo, liderado por Torrejón, declaró la guerra a Francia y se levantó el 2 de mayo de 1808. Aunque las fuerzas de Murat sofocaron la revuelta, las abdicaciones en Bayona impulsaron el movimiento en España. La Junta de Gobierno y el Consejo de Castilla acataron las órdenes de José I Bonaparte, quien trató de imponer un régimen autoritario mediante el Estatuto de Bayona.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812:

La convocatoria de las Cortes en Cádiz en 1810 tenía como objetivo restablecer y mejorar la Constitución de la monarquía. Los componentes de las Cortes eran elegidos por provincias, mayormente compuestos por liberales. La proclamación de la Soberanía Nacional en 1810 marcó el fin del Antiguo Régimen. Surgieron dos grupos: liberales y absolutistas. La Constitución de 1812 reconoció la religión católica como la única verdadera y perpetua en España.

El reinado de Fernando VII (1814-1833):

– La primera etapa o sexenio absolutista (1814-1820): Comenzó con la restauración del monarca tras las guerras de la independencia. Se inclinó hacia los círculos absolutistas y se derogó la Constitución de 1812. Contó con el respaldo de la Santa Alianza en Europa y persiguió a los liberales, restaurando el Antiguo Régimen, la Inquisición y limitando la libertad de prensa. España enfrentó dificultades extremas. Las colonias americanas iniciaron su proceso de emancipación. Se dieron pronunciamientos militares para restaurar la Constitución de 1812. Tras varios fracasos liberales, el teniente coronel Rafael Riego se sublevó en Las Cabezas de San Juan.

– El trienio liberal (1820-1823): Se formó un gobierno encabezado por Argüelles que proclamó la amnistía y convocó elecciones. Surgieron divisiones entre moderados y exaltados. En 1822, los exaltados tomaron el control implementando supresión de señoríos y cargas tributarias a la Iglesia. La Santa Alianza intervino en 1822 enviando tropas francesas que restauraron el poder absoluto de Fernando VII en 1823. Este declaró la nulidad de las decisiones de las Cortes y un gobierno constitucional. Fernando ejecutó a numerosos liberales e intensificó la radicalización de los liberales restantes en España y de los que buscaron refugio en Inglaterra.

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