Explica por qué se dice que la Primera Guerra Mundial fue un conflicto de nuevo tipo

1.La Rusia zarista

A comienzos del Siglo XX, Rusia era un vasto Imperio multiétnico que abarcaba desde el mar Báltico hasta el océano Pacífico, y en que un zar autocrático, que gobernaba apoyado por la Iglesia ortodoxa y por el Ejército.
Manténía los privilegios de la aristocracia y de la minoría rusa.

A lo largo del Siglo XIX, los zares habían tenido que sofocar algunas tentativas revolucionarias y llevado a cabo tímidas reformas. Pese a todo, nada hacía presagiar que el Imperio zarista se derrumbaría tan rápido unos años después.

1.1. Una sociedad agraria

Al comenzar el Siglo XX, la inmensa mayoría de la población rusa habitaba en zonas rurales y sobrevivía dedicada a tareas agrícolas. La economía rusa era tradicional, basada en la práctica de una agricultura de subsistencia, con bajos rendimientos y sometida a constantes calamidades climáticas que arrasaban cosechas enteras y acarreaban hambrunas generalizadas.

Aunque existía una minoría de agricultores propietarios, la mayoría del campesinado lo constituían jornaleros que vivían en régimen de servidumbre semifeudal y trabajaban en latifundios de cereal.

Desde 1861, se les permitía ejercer libremente otras profesiones o cambiar de residencia, aunque en la práctica seguían estando ligados a la tierra y a la voluntad de la aristocracia terrateniente y de los campesinos ricos, llamados kulaks, lo que contribuía a perpetuar su relación servil.

1.2. Los inicios de la industrialización

Desde finales del Siglo XIX, la Rusia zarista comenzó un proceso de industrialización acelerada y concentrada alrededor de las grandes zonas urbanas de Moscú y San Petersburgo, donde surgieron cinturones industriales, y en zonas donde existían recursos minerales, como en Ucrania.

Los inicios de esta industrialización fueron promovidos desde el Estado, y en ellos cobró un notable protagonismo la inversión extranjera , sobre todo de la banca francesa. Como en otros países de Europa, el sector que activó la industria fue el ferrocarril, especialmente el Transiberiano, que unía Moscú con Vladivostok que durante mucho tiempo fue la línea ferroviaria más larga del mundo.

La industrialización propició la aparición de una reducida burguésía, totalmente dependiente de las inversiones del Estado, y de un creciente sector obrero, que posteriormente desempeñaría un papel decisivo en el cambio político.

1.3. Un Imperio multiétnico

El espacio geográfico ruso abarcaba desde Europa Central hasta el Extremo Oriente a través de la interminable estepa de Siberia. Por ello, el Imperio zarista era un verdadero conglomerado de pueblos, lenguas y religiones.

Frente a ellos, el zar impuso una fuerte política de centralización administrativa y de rusificación, esto es, de asimilación forzosa de la cultura rusa.

Esta postura cristalizó en medidas como la de hablar y escribir la obligatoriedad de la lengua rusa, o de profesar la religión ortodoxa.
Estas medidas exacerbaron el descontento en algunas zonas, como el Cáucaso, donde había varias nacionalidades con lengua propia, o en Polonia, donde la población era mayoritariamente católica.

1.4. La oposición a la autocracia

A pesar de las dificultades impuestas por la autocracia, desde finales del Siglo XIX surgieron en Rusia opciones políticas que finalmente acabarían provocando la desaparición del régimen zarista. Entre estos grupos, destacaron los siguientes: 

  • Partido Constitucional Demócrata (KD)


    De ideología liberal, representaba a las minorías burguesas urbanas, y sus militantes eran conocidos como kadetes. 
  • Partido Socialista Revolucionario (PSR)


    El principal representante del partido fue Kérenski y estaba formado esencialmente por gentes del campesinado descontentas ante la miseria y la situación semifeudal en que se encontraban. Sus miembros eran denominados eserres.
  • Partido Obrero Socialdemócrata Ruso


    Fundado en 1898 desde planteamientos marxistas, representaba a los obreros industriales y a los sectores intelectuales de la sociedad.

En 1903, se produjo en el partido una división entre mencheviques (minoritarios), que representaban el ala moderada del partido y abogaban por colaborar con la burguésía para implantar un régimen constitucional, y bolcheviques (mayoritarios) encabezados por Lenin y que defendían un punto de vista radical que daba prioridad a la Revolución.

2.El antecedente;la Revolución Rusa de 1905

En el año 1905 estalló en Rusia una revolución que apenas produjo cambios, pero que sentó las bases del proceso revolucionario de 1917.

2.1. Las causas de la Revolución de 1905

El estallido revolucionario vino provocado por la derrota rusa en la guerra contra Japón, pero en el confluyeron otros aspectos, como las aspiraciones reformistas y las reivindicaciones nacionalistas.

La Guerra ruso-japonesa

Entre 1904 y 1905, Rusia se enfrentó a Japón por el control de Corea y Manchuria. Los sectores privilegiados del zarismo querían la guerra, pues la regíón se había revalorizado con la llegada del Transiberiano. Sin embargo, en 1905 la flota rusa fue hundida en Port Arthur y el zar firmó una paz que manifestó la debilidad rusa.

Las aspiraciones reformistas

La derrota hizo que se incrementasen las demandas de reformas políticas; la burguésía pretendía la creación de un Parlamento (Duma)
Y la legalización de los partidos políticos, pero se encontró con la oposición de los sectores privilegiados. Contrarios a cualquier medida que amenazase sus intereses.

Al conflicto político se añadió el social, al intensificarse las protestas tanto de los campesinos como de los obreros fabriles en demanda de una mejora de sus condiciones de vida, agravadas por la crisis económica que vivía el país.

Las reivindicaciones nacionalistas

La conflictividad social y la debilidad del gobierno zarista fueron aprovechadas por las nacionalidades del Imperio para pedir un reconocimiento de sus derechos.

2.2. El inicio de la revolución. El Domingo Sangriento

Lejos de atender las demandas, el zar entendíó las protestas como un desafío, impuso una postura autoritaria que desembocó en el Domingo Sangriento.

El 22 de Marzo de 1905, el pope*
Gueorgui Gapón encabezó una multitudinaria protesta en la que participaban trabajadores, campesinos, mujeres y niños. La muchedumbre se dirigíó al Palacio de Invierno de San Petersburgo, residencia del zar para protestar por la subida en el precio del pan.

Nícolás II ordenó abrir fuego contra los manifestantes, y varias decenas murieron.


Las protestas se extendieron por todo el Imperio, en un clima de descontento general sentó las bases del estallido revolucionario de 1905 .

2.3. El estallido de la Revolución de 1905

Tras el Domingo Sangriento, se extendieron las huelgas y protestas. Finalmente, en Junio de 1905, la tripulación del acorazado Potemkin se sublevó ante las órdenes de los oficiales de bombardear la ciudad de Odesa, situada a orillas del mar Negro. Su ejemplo sería seguido por otras unidades del Ejército.

La protesta se extendíó a los centros industriales, donde se organizaron soviets.
Consejos de trabajadores que funcionaban mediante la elección de representantes directos de cada uno de los centros de trabajo incorporados a la protesta. La apuesta por este sistema de consejos de obreros con decisión directa se separaba del modelo de los partidos políticos europeos.

La Revolución de 1905 fue liderada por el sóviet de Petrogrado, en el que destacó el revolucionario socialista León Trotski.

2.4. Las consecuencias de la Revolución de 1905

Ante la situación creada, el zar aceptó las propuestas de su ministro principal, el conde Witte, que era partidario de promover cierta apertura política que aplacase el descontento social. A tal efecto, promulgó un decreto, conocido como Manifiesto de Octubre, en el que atendía algunas de las demandas de los revolucionarios como el reconocimiento de las libertades civiles básicas y la representatividad de una duma elegida por sufragio universal masculino. Además, se aprobó una constitución y se puso en marcha una reforma agraria.

Estas medidas parecieron aplacar las revueltas; pero los bolcheviques publicaron el Manifiesto de las finanzas, en el que denunciaban la maniobra de Nícolás II para acabar con la revolución, así como el catastrófico estado de las arcas públicas y la magnitud de la deuda externa contraída por el Gobierno. El zar reacciónó anulando la mayoría de las reformas e iniciando una represión contra los bolcheviques, que fueron encarcelados o forzados al exilio.

3.La Revolución de 1917.De Febrero a Octubre

Pese al fracaso final, el ensayo revolucionario de 1905 resultaría decisivo para el desarrollo de la revolución en 1917, puesto que los soviets sirvieron como modelo para la posterior acción revolucionaria. Igual que la guerra contra Japón había desencadenado la revolución anterior, las derrotas en la Primera Guerra Mundial debilitaron el poder del zar y alentaron el clima revolucionario.

3.1. El clima revolucionario

Pasado el clima de triunfalismo de las primeras semanas de la guerra, el ejército ruso sufríó, de manos del ejército alemán, severas derrotas que diezmaron sus filas e hicieron que cundiera el desánimo entre sus tropas. Además, las condiciones en el frente eran terribles por las inclemencias meteorológicas, la falta de suministros y el autoritarismo de los oficiales. 

Todo ello terminó creando un ambiente de descontento en el que la propaganda bolchevique a favor del fin de la guerra contribuyó a sembrar el malestar y la agitación política. Desde mediados de 1916 se produjeron deserciones en masa. 

En la retaguardia, también la población sufría el desabastecimiento provocado por una confrontación que consumía todos los recursos. El hambre y la miseria se extendían por las ciudades y se adueñaban del campo, improductivo debido a la movilización masiva de los hombres.

3.2. La Revolución de Febrero. El fin del zarismo

El descontento social acabó provocando una secuencia de huelgas y protestas que fue similar a la que había tenido lugar en el año 1905. De nuevo, la ciudad que encabezó las protestas fue la antigua San Petersburgo, llamada entonces Petrogrado.
Allí, los grupos obreros convocaron una huelga general y organizaron soviets su acción contó con el apoyo de los soldados que debían haber sofocado la protesta, que incluso formaron sus propios soviets. La Duma, controlada por los partidos liberales y por los mencheviques, establecíó un Gobierno provisional, presidido por el príncipe Lvov, en el que cobraría protagonismo el socialista revolucionario Alexandr Kerenski, nombrado ministro del Ejército. 

Ante la presión del soviet de Petrogrado y del Gobierno provisional, y ante la pérdida del control del Ejército, Nícolás II abdicó en Marzo de 1917. Soviets y Duma coexistieron como poderes paralelos, mientras el Gobierno provisional pe dia rápidamente apoyo debido a su decisión de mantenerse en la guerra y a los escasos resultados de las reformas que impulsó

3.3. El Gobierno provisional

En Julio, Kerenski fue nombrado presidente del Gobierno e intentó emprender un proceso de reformas, pero tuvo que enfrentarse a numerosos problemas:

  • Descontento social


    La decisión de continuar la guerra y la persistencia del hambre reducían cada vez más la moral del pueblo. Tras varios años sin trabajar el campo, se generalizaron las ocupaciones de tierras, y muchos soldados, campesinos en su mayoría, desertaron para llegar a tiempo al reparto de tierras. 
  • Auge del nacionalismo


    Tras la abdicación del zar, algunas nacionalidades demandaron el derecho a su independencia.
  • Presión del bolchevismo


    El descontento social fue hábilmente aprovechado por los bolcheviques para ganar apoyos. Ciudades como Petrogrado quedaron bajo el control de los soviets (Doc. 10).

En ese momento, Lenin difundíó sus «Tesis de Abril«, en las que reclamaba todo el poder para los soviets y lanzó unas consignas sencillas que concitarían gran respaldo social: «paz, pan y tierra«. El enfrentamiento entre soviets y Gobierno se vio agravado, y los líderes bolcheviques fueron perseguidos.

Kérenski organizó una nueva ofensiva militar contra Alemania, que se saldó con un sonoro fracaso que provocó la sublevación de los soviets obreros y militares. Los bolcheviques habían intentado frenar el levantamiento por considerarlo prematuro), pero aun así fueron perseguidos por el Gobierno y algunos de sus líderes se vieron obligados a exiliarse.

Para sofocar la rebelión, fue nombrado jefe del Ejército el general Kornilov, quien aprovechó para perpetrar un Golpe de Estado con la intención de restablecer la autocracia del zar. El intento fracasó, pero contribuyó a desprestigiar a Kerenski y a aupar a los bolcheviques, que se movilizaron en masa para sofocar el golpe. 

En Septiembre, el sóviet de Petrogrado nombró presidente a Trotski, mientras que Lenin regresaba clandestinamente de su exilio en Finlandia. Los bolcheviques se hicieron con el control de los soviets. Eran cada vez más numerosos y estaban armados, después de que el Gobierno provisional les hubiera entregado fusiles para enfrentarse a las unidades militares de Kornilov.

4.La Rusia Bolchevique

Durante el verano de 1917, los bolcheviques habían ganado respaldo social y se había hecho con el control de los soviets más importantes. Conscientes de ello, sus principales líderes consideraron que la revolución debía pasar a una nueva fase: la de la toma del poder.

4.1. La Revolución de Octubre


El 25 de Octubre en el calendario juliano*
(7 de Noviembre en Occidente) se celebraba en Petrogrado el II Congreso de los Soviets, al que acudieron representantes de las asambleas obreras de toda Rusia. En la madrugada, las tropas bolcheviques ocuparon sin resistencia los puntos estratégicos de la ciudad.

Posteriormente, se dirigieron al Palacio de Invierno, sede del Gobierno provisional, que fue tomado con la ayuda del acorazado Aurora. Kérenski huyó y quedó constituido un Gobierno de los soviets presidido por Lenin. La revolución se extendíó por otras ciudades con gran rapidez.

Con el fin de afianzar la revolución, Lenin sabía que no podía defraudar las esperanzas de los trabajadores, soldados y campesinos; de ahí que inmediatamente promulgara decretos que buscaban hacer realidad el lema de la revolución: «paz, pan y tierra«.

4.2. El abandono de la guerra

Desde los comienzos del conflicto, los bolcheviques habían exigido el abandono de la guerra, a la que consideraban fruto de los intereses de las potencias imperialistas por el dominio mundial. Esta cuestión había provocado una profunda división en el seno del socialismo ruso, puesto que tanto social-revolucionarios como mencheviques eran partidarios de proseguir el conflicto. 

Una vez en el poder, Lenin sabía de las repercusiones internacionales de la salida de Rusia de la guerra, sobre todo cuando Alemania necesitaba cerrar el frente oriental antes de que Estados Unidos enviase tropas al occidental; pese a todo, el líder bolchevique se mantuvo firme en su decisión.

El encargado de negociar la paz fue Trotski, en su calidad de comisario de Relaciones Internacionales. El acuerdo quedó sellado en Marzo de 1918 en el Tratado de Brest Litovsk.
Rusia logró la paz, pero a costa de sufrir significativas pérdidas territoriales.

4.3. Las primeras reformas económicas

Las primeras medidas bolcheviques orientaron la economía de Rusia hacia el modelo socialista (Doc. 13). Cuando Marx diseñó su teoría revolucionaria, lo hizo pensando en que sería aplicada en un país industrializado; sin embargo, el primer país donde triunfó fue Rusia, un estado que apenas había empezado a implantar los procesos de producción industrial.

En consecuencia, Lenin tuvo que adaptar las doctrinas marxistas a la realidad rusa, y con ese fin formuló una doctrina conocida como marxismo-leninismo.
Marx consideraba que la revolución sería protagonizada por el proletariado industrial, dado el carácter conservador que le atribuía al campesinado; pero en Rusia fue la masa campesina la que había desempeñado un papel trascendental en el triunfo revolucionario, por lo que los bolcheviques tuvieron que atender sus demandas y adaptar el ideario revolucionario a esa realidad.

Las medidas adoptadas fueron la expropiación, nacionalización y colectivización de las tierras de los terratenientes, del zar y de la Iglesia, y su explotación mediante koljoses (‘cooperativas agrícolas’) y sovjoses (granjas estatales’).

Esta decisión no contentó al campesinado, que era partidario del reparto de tierras en propiedad y veía en la colectivización una mera continuidad de las estructuras latifundistas; además, muchos de ellos seguían siendo pobres tras la revolución.

El traspaso del control de las fábricas a los trabajadores fue menos complicado, puesto que el modelo ya se había ensayado en los soviets. Aun así, la nueva industria bolchevique no pudo evitar la baja productividad, que era consecuencia de la falta de directivos y técnicos cualificados.

4.4. La cuestión de las nacionalidades

Los bolcheviques habían proclamado su deseo de respetar las sensibilidades nacionales del antiguo Imperio zarista. Ese compromiso determinó la formación de un Estado federal de repúblicas soviéticas, tal y como quedó establecido en la Constitución de 1918, que reconocía el derecho de autodeterminación de los pueblos. El encargado de la política hacia las nacionalidades fue Stalin.

Para Lenin lo esencial era asegurar el triunfo de la revolución; estaba convencido de que, una vez consolidado, se extendería hasta alcanzar la máxima aspiración del marxismo: la uníón internacional del proletariado. 

Pero tras el fracaso de la revolución en Europa y el estallido de la Guerra Civil en las edificaciones, sobre todo con el ascenso de Stalin al poder.

5.La lucha por la revolución (1917-1921)

5.1. La deriva totalitaria de Lenin

El apoyo a la Revolución de Octubre no fue unánime, sino que hubo grupos que se opusieron al creciente totalitarismo de Lenin y de los bolcheviques. En Octubre se había derogado la libertad de prensa, y en Diciembre se creó la Comisión Extraordinaria, o Checa, policía política que se encargó de perseguir a los opositores (tanto liberales como de otras fuerzas de izquierdas). 

En Noviembre de 1917 se habían celebrado elecciones para elegir representantes de una nueva asamblea constituyente. Ante la falta de apoyo a los bolcheviques, Lenin se negó a aceptar los resultados y disolvíó la asamblea. El poder quedó definitivamente en manos del III Congreso de los Soviets, y Rusia quedó organizada como una dictadura del proletariado en la que el control político recaía en un partido único, el comunista, tal y como se reflejaría en la Constitución de 1918.

5.2. El estallido de la Guerra Civil

Las decisiones adoptadas desde el triunfo de la revolución exacerbaron el descon Tentó de distintos sectores de la sociedad, que se mostraron dispuestos a enfrentarse contra el nuevo Gobierno. Como consecuencia, Rusia se sumíó en una Guerra Civil en la que se enfrentaron dos bandos:

  • Rusia roja


    Eran los bolcheviques, mayoritarios en las zonas industriales y que fueron organizados por Trotski como un verdadero ejército dirigido por comisarios políticos y por antiguos oficiales.
  • Rusia blanca


    Inicialmente eran los partidarios de la autocracia zarista, pero el totalitarismo de Lenin provocó que se sumaran otros grupos, desde liberales a campesinos descontentos con la colectivización; además, estaban los habitantes de las regiones contrarias a los acuerdos adoptados en Brest-Litovsk e, incluso, los mencheviques, duramente perseguidos tras la disolución de la Duma. 

Los blancos contaron con el apoyo de potencias exteriores, como Reino Unido, Francia, Japón y Estados Unidos, que no reconocían al Gobierno bolchevique, al que acusaban de haberlos traicionado al abandonar la guerra y por el temor de que la revolución se propagase. Además, había intereses económicos, pues el nuevo Gobierno ruso no reconocía las cuantiosas deudas contraídas por el zar. 

Conscientes de ese respaldo, las tropas blancas tomaron la iniciativa: y avanzaban con facilidad frente a un ejército bolchevique todavía en formación. En Julio de 1918, alcanzaron Ekaterimburgo, donde permanecía retenido el zar Ante el temor de que la ciudad fuera tomada y Nícolás II fuera restablecido en el poder, los bolcheviques lo ejecutaron junto al resto de su familia.

5.3. El comunismo de guerra y la victoria bolchevique


Para afrontar la guerra, Lenin implantó una férrea política económica, que se ha dado en llamar comunismo de guerra.
Este sistema multiplicó la producción explotando a los trabajadores y suprimiendo la propiedad privada; además el Estado controló la economía y la distribución de productos y alimentos.

La mayor cohesión de los bolcheviques decantó la guerra en favor del Ejército Rojo. Los blancos eran un grupo descoordinado de opositores a los bolcheviques, y sus diferencias políticas y militares mermaron sus opciones pese al apoyo de las potencias aliadas. Los divididos ejércitos blancos fueron derrotados a finales de 1920, pero las escaramuzas continuaron hasta 1922, cuando los bolcheviques lograron sofocar distintas revueltas y someter a grupos armados de campesinos, desertores y últimos combatientes enemigos.

5.4. Las consecuencias de la Guerra Civil

El conflicto tuvo lugar tras la Primera Guerra Mundial, lo que sumíó a Rusia en el caos, con una economía desarticulada y con graves problemas de abastecimiento.

La Guerra Civil provocó más de nueve millones de muertos, en el frente y como consecuencia del profundo deterioro de las condiciones de vida y de la feroz represión desatada por ambos bandos, los conocidos como terror blanco y terror rojo.

Tras la guerra, los comunistas prosiguieron con las ejecuciones perpetradas por la Checa, dirigida por Félix Dzerzhinski; esta organización sería sustituida en 1922 por el Directorio Político Unificado del Estado (OGPU)
.

La victoria bolchevique consolidó definitivamente su poder, pues permitíó a los vencedores borrar cualquier tipo de oposición política. El aplastamiento de la revuelta de Kronstadt, protagonizada en el año 1921 por los marineros que habían participado en la Revolución de 1917, fue su ejemplo más claro.

La política de emergencia adoptada con el comunismo de guerra incrementó el descontento social, tanto entre los campesinos, que reaccionaron contra las colectivizaciones, como entre los obreros, que protestaron contra el control estatal de las fábricas. Además, Rusia estaba internacionalmente aislada ante la presión occidental y por el fracaso en su intento de exportar la revolución a otros países.

6.El impacto internacional de la revolución

La Revolución rusa, fue un acontecimiento inesperado que impresiónó a las gentes de la época y miedos y esperanzas

6.1. El pánico rojo

En los países europeos, crecíó el miedo a que se reprodujera la revolución. Las condiciones para implantar el modelo de toma del poder por los bolcheviques y la progresiva extensión de los soviets parecían darse en muchas zonas de una Europa empobrecida por la guerra.

El miedo «pánico rojo«, aglutina a los gobiernos, a los industriales y a los ser servadores, así como a las clases medias; para estas, el impacto psicológico de la revolución fue tal, que acabaron por apoyar los movimientos contrarrevolucionarios, así como la deriva hacia el fascismo y el nacionalsocialismo

6.2. La esperanza de la revolución

Todo lo contrario sucedía en el entorno del movimiento obrero, que veía con esperanza la posibilidad de que la revolución se propagara. Entre los bolcheviques habla defensores de esta idea, como Lenin o Trotski.

En general, los trabajadores se sintieron alentados a elevar sus demandas y nivel zativo; había nacido el mito de la Revolución rusa. Inmediatamente, una oleada de huelgas sacudíó Europa como demostración de fuerza obrera.

En países como Francia o Reino Unido se experimentó un incremento de la influencia de sindicatos y partidos de izquierdas. En Italia, el ejemplo de los soviets fue llevado a muchas fábricas de las regiones industriales del norte en las que los obreros controlaron temporalmente la producción.

En España, en 1917 se asistíó a la primera huelga general, convocada por socialistas y anarquistas. Como en el resto de los países europeos. Las principales exigencias fueron medidas laborales, como el incremento de los salarios, la reducción de reconocimiento de los sindicatos. Los años siguientes se conocerían como el trienio bolchevique debido al incremento de la conflictividad de las revueltas campesinas.

6.3. Las revoluciones fallidas

La agitación revolucionaria prendíó también en los países que habían sido derrotados en la guerra, como Alemania, Hungría y Austria, hasta el punto de que también en ellos estuvo la sublevación obrera a punto de alzarse con la victoria. 

  • Alemania


    El caos tras la derrota extendíó la revuelta por numerosas ciudades a partir de la rebelión en Kiel de los marineros de la flota alemana. La abdicación del káiser provocó un vacío de poder que fue aprovechado en Enero de 1919 por los espartaquistas, dirigidos por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, para impulsar en Berlín una revolución que sería duramente reprimida. La revolución triunfó temporalmente en Múnich en 1919, pero la proclamación de la República de Weimar y la subida de los socialdemócratas al poder acabaron con las intentonas revolucionarias. 
  • Hungría


    El final de la guerra también precipitó los acontecimientos. El país fue invadido por tropas serbias, checas y rumanas. Esta situación fue aprovechada en 1919 por Bela-Kun para instaurar una república socialista, pero su proyecto solo perduró unos meses, ya que fue derrotado por la intervención del ejército rumano y los sectores conservadores.
  • Austria.
    En 1920, surgieron soviets en Austria, pero no pasaron de experiencias efímeras que se malograron con el encarcelamiento de los revolucionarios. Entre 1919 y 1934, Viena estuvo gobernada por los socialdemócratas (por ello se la conocía como «Viena la roja»), hasta que la dictadura de Dollfuss los desalojó violentamente del poder.

6.4. La Tercera Internacional

Con la idea de extender la revolución mundial, en 1919 los bolcheviques crearon la Tercera
Internacional, conocida como Komintern.
La divulgación de las 21 Condiciones para pertenecer a organización obligaba a aceptar plenamente el ideario marxista-leninista.

En muchos países surgieron partidos comunistas o tuvieron lugar escisiones de los sectores más radicales de los partidos socialistas.

Se escenificaba así la división del movimiento obrero internacional en torno a un instrumento político que acabó sirviendo a los intereses de la política exterior soviética y del aparato represor de Stalin.

7.El nacimiento de la URSS

Tras la Guerra Civil, se consolidó la revolución en Rusia, si bien el Gobierno de Lenin tuvo que adoptar algunas decisiones en el plano económico y político que supusieron la implantación de un nuevo sistema de economía mixta y la creación de un nuevo Estado.

La prematura muerte del líder de la revolución abríó un proceso sucesorio que marcó de forma definitiva el posterior devenir del comunismo ruso.

7.1. La Nueva Política Económica


La Guerra Civil había sumido a Rusia en una profunda crisis social y económica. A las dificultades de abastecimiento se unía el descontento social de campesinos y obreros ante las colectivizaciones.

Para salir de la crisis, Lenin sustituyó el comunismo de guerra por la Nueva Política Económica (NEP); se trataba de un sistema mixto que permitía el mercado libre para estimular la agricultura, el comercio y la producción industrial, aunque manteniendo los sectores clave en manos del Estado, que seguía siendo el principal productor y consumidor nacional.

Los mecanismos de control estatal se relajaron, y se permitíó a los pequeños y medianos comerciantes e industriales recuperar la actividad privada, siempre bajo la supervisión del Estado.

En el campo se suspendieron las nacionalizaciones y colectivizaciones forzosas, y las entregas de grano fueron sustituidas por un impuesto, lo que permitía a los campesinos disponer de un excedente con el que comerciar en el mercado. 

Políticamente, la NEP, tras la represión política llevada a cabo durante la guerra supónía una relajación que buscaba generar profundos efectos:

  • Internos


    La rebelión marinera de Kronstadt había demostrado a Lenin la necesidad de tomar medidas para calmar el creciente descontento social. 
  • Exteriores


    La adopción de un sistema mixto, que planteaba cierto respeto por la propiedad privada, pretendía enviar un mensaje de tranquilidad para los países occidentales. 

Los resultados se tradujeron en un crecimiento espectacular en casi todos los sectores que dio comienzo a un proceso de expansión de la economía rusa en las décadas siguientes. Además, las medidas adoptadas permitieron un reparto más equitativo de la renta nacional.

7.2. La creación de la URSS

En 1922, Rusia,Ucrania,Bielorrusia y la República Transcaucásica se unieron en una confederación con el nombre de Uníón de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Entre 1925 y 1940 se fueron agregando nuevas repúblicas. Cada una dispónía de autonomía en política interior, cultura, educación o justicia y asu miaa la centralización de la política exterior y la planificación económica.

En 1924 se promulgó la Constitución del nuevo Estado. En ella se garantizaba el respeto a los trámites electorales, pero se impedía cualquier tipo de actividad a la oposición política, ya que las tareas de gobierno eran monopolizadas por el Partido Comunista de la Uníón Soviética (PCUS).

El nuevo texto no distinguía entre las instituciones del Estado y las del PCUS. Así, el país quedó regido por los mismos organismos que dirigían el partido:

  • Congreso de los Soviets


    Era una asamblea formada por representantes de los soviets de todas las repúblicas. Entre sus funciones se encontraba aprobar las leyes y el presupuesto. 
  • Sóviet Supremo


    Era el organismo legislativo fundamental y estaba dividido en dos cámaras, el Consejo de la Uníón y el Congreso de las Nacionalidades.
  • Presídium


    Asamblea de comisarios del Pueblo, era presidido por el secretario general del PCUS y estaba dotado de amplios poderes federales.

7.3. La muerte y sucesión de Lenin

En 1918, Lenin sufríó un atentado que deterioró su estado físico. Además, la ten sión de la revolución y la Guerra Civil contribuyeron a su prematuro envejecimiento. Entre 1922 y 1923, sus problemas de salud se agravaron hasta incapacitarlo para ejercer el gobierno. Su indiscutible liderazgo cedíó el paso a una lucha soterrada por el poder, que se recrudecíó tras su muerte, en Enero de 1924.

La confrontación por suceder a Lenin se prolongó hasta 1928, y en ella se enfrentaron dos figuras principales, Trotski y Stalin;
El primero era partidario de profundizar en la revolución e insistir en su internacionalización, y el segundo, de mantener el sistema mixto y consolidar el socialismo de un solo país.

Stalin controlaba el partido, así que fue él quien se hizo con el poder. Su ascenso y la eliminación de sus adversarios intensificaron el totalitarismo de la revolució

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