Falseamiento electoral durante la restauración

TEXTO 12. OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO. «EL PUCHERAZO» VALENTÍ  ALMIRALL

1.CLASIFICACIÓN

   El texto recoge varios párrafos de una obra de V. Almirall. A modo de ensayo, el autor describe algunos trazos de la situación española a finales del siglo XIX en cuanto a las elecciones fraudulentas en el sistema canovista de la Restauración. Es una fuente directa y primaria para conocer el juicio de los autores regeneracionistas acerca de la situación de España. Es un texto coetáneo a los hechos, de carácter literario y de naturaleza político- circunstancial y de estilo narrativo. Es un documento público. El autor es V. Almirall que se encuadra en el pensamiento regeneracionista y catalanista. Fue abogado, periodista y político. Es la principal figura del catalanismo político de izquierdas y republicano y uno de los principales pensadores catalanes de la segunda mitad del siglo XIX. Promovió acontecimientos concretos muy trascendentales, como  la creación del primer periódico en catalán; la participación en la redacción del Memorial de Agravios presentado a Alfonso XII; la fundación del Centre Catalá, fue uno de los componentes de Unió Catalanista, la primera organización política formal; publicó  muchos artículos en los mejores periódicos de la época y, sobre todo, sus grandes obras, «El catalanismo» y «España tal como es», al que pertenece el fragmento que estamos analizando. Almirall impulsó el debate y la ideología que aspiraba a implantar en España la república, el federalismo y el catalanismo progresista.

El texto fue publicado en Barcelona en 1889. Y va dirigido al público en general.

2 .ANÁLISIS Y COMENTARIO

  Valentín Almirall denuncia la negativa realidad de la oligarquía y el caciquismo en la España de la Restauración.

  La idea fundamental del texto es el fraude en la elecciones, tras aprobarse el 1890 el sufragio universal para varones mayores de 25 años, ley aprobada durante el mandato de los liberales de Sagasta. Como ideas secundarias encontramos la adulteración en las listas electorales y la finalidad del fraude electoral. Los mecanismos básicos de este sistema fueron el bipartidismo y la alternancia o turno de partidos.

   Cánovas pensó el sistema del turnismo y pactos,  basado en el modelo inglés y sometido a la voluntad de la Corona. Cánovas no creía en la capacidad del pueblo español para ejercer la soberanía. Por lo que el sistema tenía poco de democrático.

   Los gobernantes eran notables que tenían autoridad, poder económico y prestigio. Defendían sus intereses de clase, sus negocios agrícolas o industriales, sus monopolios.

   El funcionamiento de este proceso es el siguiente: el rey, ante una crisis de gobierno, nombra como presidente del Gobierno a uno de los dirigentes de los dos partidos que se turnan en el país, al que otorga el derecho de disolución de las Cortes. El presidente elige a su gobierno, en el que el ministro de la Gobernación tiene un papel fundamental, al ser encargado de realizar el “encasillado”, es decir, la adjudicación de diputados al partido gobernante, así como las correspondientes a la oposición oficial a a la que  se halla fuera del sistema (republilcanos y carlistas). De esta forma, como indica el autor,el  ministro de la gobernación se convierte en el “único elector”. El gobernador de la provincia establece, a continuación, la red de contactos con los caciques. Los caciques son las persona que controlan de forma directa o indirecta a grandes grupos humanos y presionan para que los resultados electorales se ajusten a las perspectivas del gobierno.

En tono irónico nos habla de como los difuntos pueden llegar a votar en la elecciones, en las personas de funcionarios locales mandados por caciques que a su vez están en conexión con los políticos que desde Madrid tienen el poder de decidir los resultado electoral. Otras formas, además de votar los muertos y no dejar votar a los vivos (falseamiento del censo electoral), de adulteración de las elecciones consistía en manipular las actas  electorales, comprar votos y amenazar al electorado con coacciones de todo tipo, como impedir la propaganda de la oposición e intimidar a sus simpatizantes…  Es lo que popularmente llamamos «pucherazo» y está en la base del sistema canovista de la Restauración

3.CONTEXTO HISTÓRICO

   Se enmarca en la Restauración (1875-1931). Es decir el periodo en que se produjo la vuelta de los Borbones al trono de España, con el hijo de Isabel  II, Alfonso XII. Esto sucedió después del Sexenio Democrático. Este sistema se mantuvo en vigor hasta la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Se intentó volver a imponer tras su caída pero ni Berenguer ni Aznar pudieron, terminando el proceso con la proclamación de la II República. Este sistema se caracterizó por la consolidación en España deñ liberalilsmo y sus instituciones, bajo el dominio de la burguesía conservadora.

 Cánovas, para dotar de estabilidad al sistema de la Restauración,, lo sustentó en dos apoyos: la «soberanía compartida» (rey-Cortes) y una práctica política que debía efectuarse con la existencia de unos partidos oficiales que aceptaran la legalidad constitucional. Pensaba Cánovas, siguiendo el modelo inglés que un solo partido no podía mantener la Restauración, sino que eran preciso dos partidos respetuosos de la Constitución para acoger la disparidad de criterios y poder turnarse en el gobierno. Serían unos partidos grandes pero nada tendrían que ver con los partidos de masas, puesto que la ley electoral de 1878 restableció el sufragio censitario, que dejaba la participación ciudadana reducida a no más de un 5% de la población.

Apoyados por un electorado formado por gentes burguesas relevante formaban la «clase política» del país, iban a ser unos partidos de notables y eminentemente parlamentarios, cuyos diputados dominarían abrumadoramente los escaños del hemiciclo. Cánovas, como creador de la nueva práctica política y jefe del partido llamado liberal- conservador, compuesto por diputados de la alta burguesía terrateniente, alto funcionariado militar o civil y nobleza, fundamentalmente del sur de la

Península, tenía como contrincante un partido que aparecía como la «izquierda dinástica», el partido liberal-fusionista, formado por progresistas y demócratas que habían votado la Constitución de 1869 y a Amadeo de Saboya, cuyo jefe era Práxedes Mateo Sagasta. El turno era una fórmula política de ventajas inmediatas que, gracias a la manipulación electoral, daba la posibilidad a ambos partidos de alternarse en el gobierno de forma pacífica. Según estaba ya pactado, se eligió la falsificación permanente. Este turno quedaba asegurado, de una parte, por un

liderazgo de los partidos centrado en Madrid y constituido en comités o círculos que se encontraban en manos de «notables» y que organizaban la maquinaria electoral pertinente, y de otra, por la articulación provincial de estos últimos con un «control» del poder local mediante la práctica caciquil, de enorme trascendencia económica y social en una España rural depauperada.

   Este fenómeno, denominado «caciquismo», fue un hecho sociopolítico que se manifestó en España desde mediados del siglo XIX hasta cumplirse el primer tercio del XX que consistía en el control del poder en determinadas zonas del país, sobre todo rurales, por individuos de gran influencia y prestigio social. Era un residuo de las antiguas relaciones señoriales, y suponía la dependencia personal y el dominio del cacique sobre los campesinos como un auténtico señor de «vidas y haciendas». 

4. CONCLUSIÓN

   Se trata de un documento subjetivo, fruto de la  burguesía catalana temerosa de perder sus privilegios económicos y que critica duramente al gobierno madrileño ya que el régimen que surge a partir de la restauración borbónica es rígidamente centralista, en un estado autoritario, fuertemente represor, donde observamos en un primer momento la persecución de las reivindicaciones obreras o nacionalistas, ironiza Almirall que toda la mecánica política esté basada en la corrupción y el falseamiento electoral, cuando el pueblo pudo votar mediante el sufragio universal masculino,  la actuación de los caciques manipuló y presionó al votante. Las consecuencias de este estado injusto

no se hiceron esperar, así Cánovas autor del sistema, será finalmente asesinado por el anarquismo en 1897, actividad terrorista que tienen parte del movimiento obrero como forma de protesta a las condicones de vida miserable en la que viven la gran mayoría de la población, y la formación de partidos nacionalistas serán en parte la causa del colapso de la restauración durante el reinado de Alfonso XIII.  El turno funcionó hasta 1898, cuando por primera vez,las fuerzas de la oposición se convirtieron en hehemónicas rompiendo el monopolio  de los partidos dinásticos. Pero consiguió sobrevivir hasta 1923.

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