La emancipación del Perú

EPÍGRAFE 12: El  Reinado de Fernando VII: Sus Etapas


El restablecimiento del absolutismo (1814-1820)


Una vez acabada la Guerra, las Cortes se establecieron de nuevo en Madrid. Fernando VII debía jurar la Constitución como rey para ser aceptado por las Cortes. Así pues, el Deseado, recuperó su trono entre muestras de calor popular y de prestigio.

Fernando VII entró a España por Cataluña (Marzo de 1814), siguió hacia Zaragoza y de allí fue hacia Valencia. Se preparó el Golpe de Estado y, mediante el decreto, (Valencia, 4 de Mayo de 1814), se restauraba el poder absoluto del monarca y se abolía toda la legislación de las Cortes de Cádiz. A finales de Mayo, Fernando VII, como rey absoluto, entraba en Madrid.

En cuando a la labor de los gobiernos de Fernando VII hay que decir que fue desastroso. La Hacienda estaba prácticamente en bancarrota, los pagos de los intereses de la deuda estatal no se cumplían y la guerra en América se llevaba los pocos ingresos de la Hacienda.

La represión política no detuvo la acción de los sectores liberales. Se dedicaron a conspirar y fueron los pronunciamientos las herramientas más adecuadas para acabar con el absolutismo. En 1820, en cambio, el teniente coronel Rafael del Riego se sublevó en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) con las tropas que se concentraban para ser embarcadas y sofocar la rebelión en América; El rey aceptó el 7 de Marzo la Constitución de 1812.

El Trienio Liberal (1820-1823)


Las Cortes aprobaron una legislación reformista con la intención de acabar con el Antiguo Régimen: 

  • Supresión de la vinculación de la tierra (mayorazgos). 
  • Abolición de los señoríos jurisdiccionales y territoriales.
  • Ley de Supresión de Monacales, por la que se disolvían los conventos y se desamortizaban sus bienes. También quedó suprimido el Tribunal de la Inquisición. 
  • Restablecimiento de la Milicia Nacional.

En el interior de la cámara empezó a darse una división entre los mismos liberales. Por un lado, estaban los moderados, antiguos políticos doceañistas que buscaban una aceptación del sistema por la Corona. Por otro lado, estaban los exaltados o radicales, que querían reducir los poderes del rey a los meramente ejecutivos. A todo esto, el régimen constitucional avanzaba con grandes dificultades.


El 7 de Julio de 1822, en Madrid, un golpe militar absolutista pudo acabar con el gobierno liberal. Fue sofocado por la Milicia Nacional y por civiles armados. Su efecto fue la caída del gobierno, moderado, de Martínez de la Rosa y su sustitución por otro, radical, presidido por el general Evaristo San Miguel. 

Para terminar con el régimen constitucional no había otra forma que actuar desde fuera. Las potencias de la Santa Alianza decidieron en el Congreso de Verona (Octubre de 1822) intervenir en España para restablecer el poder real. Francia fue la encargada de enviar un ejército (llamado los Cien Mil Hijos de San Luis) que entró en España en Abril de 1823.

La Década Ominosa o absolutista (1823-1833)


Por decreto de 1 de Octubre de 1823 el rey declaraba la nulidad de todo lo aprobado por las Cortes y el gobierno durante los tres años constitucionales. Fernando VII desencadenó una violenta represión contra los liberales, muchos de los cuales, entre ellos Rafael del Riego, fueron ejecutados. La vuelta al absolutismo no era posible porque con aquéllos se desembocó en la vuelta al liberalismo en 1820. Por tanto, había una vía media defendida por estos absolutistas reformistas, cuyo objetivo final era la supervivencia del absolutismo, pero esta vía estaba amenazada, a su vez por los liberales, que pretendían la vuelta a la Constitución, y por los absolutistas acérrimos opuestos a cualquier cambio o reforma. En la corte, este sector se agrupaba alrededor de don Carlos María Isidro, hermano del rey y su posible sucesor, dado que Fernando VII no tenía descendencia. El 1830, después de un cuarto matrimonio, con María Cristina de Borbón el rey promulgó la Pragmática Sanción (Marzo de 1830), con lo que privaba de sus derechos al infante don Carlos, a cuyo alrededor se agrupaban los ultrarrealistas. En Octubre nacía la heredera, la futura Isabel II. 

Los partidarios de don Carlos (carlistas), en Septiembre de 1832 protagonizaron los llamados sucesos de La Granja, una conjura que obligó a un Fernando VII gravemente enfermo a reimplantar la Ley Sálica, al recuperarse el monarca, volvíó a derogar la citada ley y don Carlos declaró que no reconocía a su sobrina Isabel como legítima heredera. El 29 de Septiembre de 1833 fallecía Fernando VII y se iniciaba la regencia de María Cristina. Días después daba comienzo así una Guerra Civil que enfrentó a los carlistas contra los isabelinos. 

Ante la pugna entre los dos absolutismos, uno más moderado, a favor de ciertas reformas, el otro plenamente intransigente, para los liberales se abría la gran oportunidad para acceder al poder, para lo que llevaban mucho tiempo esperando.


La emancipación de la América española


A) El origen del proceso emancipador

El proceso de independencia de las colonias españolas en la América continental tiene sus raíces en los siguientes fenómenos: los cambios culturales del Siglo XVIII; la escasa capacidad de control marítimo derivada del desastre de Trafalgar…

B) El proceso de independencia

La burguésía criolla fue la que dotó al proceso emancipador de sus líderes fundamentales y la que asumíó el poder cuando las tropas españolas abandonaron el continente. 

El proceso emancipador puede dividirse en dos periodos: 

1º) Hasta 1816, en que casi queda dominada. Coincidíó en gran parte con la Guerra de la Independencia en España. Entre los movimientos independentistas en México destacó el protagonizado por el cura Miguel Hidalgo, en 1810. Se dieron los primeros pasos para la independencia de Argentina (1810). En Venezuela, Simón Bolívar también los dio (1811).

2º) Hasta 1824. La monarquía de Fernando VII, que dominaba casi todos los focos de rebelión. Los independentistas contaron con el apoyo del Reino Unido, interesado en comerciar directamente con las colonias emancipadas.

 Las campañas de José de San Martín posibilitaron la independencia de Argentina (1816); San Martín atravesó los Andes propició la independencia de Chile (1818); Simón Bolívar permitió la independencia de Ecuador, Venezuela y Colombia. En México, el movimiento independentista liderado por Agustín de Itúrbide triunfó en 1822. Finalmente, Antonio José de Sucre originó la independencia de Perú y Charcas (=Bolivia, en honor a Simón Bolívar).  En 1824 la mayor parte de las colonias se habían independizado de la corona española, que sólo manténía el dominio en Cuba y Puerto Rico, y, en el Pacífico, en Filipinas, las Marianas y otros archipiélagos. 

España se quedó convertida en una potencia de segundo orden y económicamente maltrecha por perder los recursos que venían de las Indias, así como sus ricos mercados.

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