Las consecuencias de la Ley General de Ferrocarriles de 1855

La economía española del siglo XIX dependía fundamentalmente de la agricultura. Los factores físicos, la desigual distribución de las tierras y el atraso tecnológico limitaron la ayuda de este sector a la modernización económica.

La desamortización es cuando el estado se queda con los bienes de propiedad colectiva. Estos bienes son nacionalizados y vendidos en la subasta pública, siendo convertidos en propiedad privada. También, hay que distinguir entre bienes desvinculados y bienes desamortizados, los bienes desvinculados se hacen libres en sus mismos propietarios, y los bienes desamortizados los pierden sus propietarios.

El proceso desamortizador fue la primera pieza para la transformación agraria del Siglo XIX, siguiendo el ejemplo de la Francia revolucionaría.

El conjunto de leyes desamortizadoras iniciadas a finales del Siglo XVIII fue llamada ‘reforma agraria liberal’ . ‘Reforma agraria’ porque cambió la distribución de la propiedad y ponía en circulación tierras para cultivar y ‘liberal’ porque fueron los gobiernos liberales del Siglo XIX , y además se formó un grupo de grandes propietarios con esta ideología.

Causas: El desigual reparto de las tierras, la baja eficiencia de las tierras de la Iglesia y de los Ayuntamientos, el aumento incontrolado de la deuda pública y las deudas de la Hacienda española, con una urgente necesidad de conseguir más dinero para pagar la guerra contra los carlistas.

La desamortización de los jesuitas tras su expulsión durante el reinado de Carlos III (1767). Tuvo escaso efecto en las tierras de la Iglesia. Fue simbólico y testimonial en el reformismo ilustrado.

Las desamortizaciones de algunas propiedades eclesiásticas durante la época de Godoy (1798). También tuvo poca importancia en el proceso desamortizador. Godoy no se atrevíó a enfrentarse directamente con la Iglesia para expropiar su patrimonio a gran escala.


La economía española del Siglo XIX dependía fundamentalmente de la agricultura. Los factores físicos, la desigual distribución de las tierras y el atraso tecnológico limitaron la ayuda de este sector a la modernización económica.

La desamortización es cuando el estado se queda con los bienes de propiedad colectiva. Estos bienes son nacionalizados y vendidos en la subasta pública, siendo convertidos en propiedad privada. También, hay que distinguir entre bienes desvinculados y bienes desamortizados, los bienes desvinculados se hacen libres en sus mismos propietarios, y los bienes desamortizados los pierden sus propietarios.

El proceso desamortizador fue la primera pieza para la transformación agraria del Siglo XIX, siguiendo el ejemplo de la Francia revolucionaría.

El conjunto de leyes desamortizadoras iniciadas a finales del Siglo XVIII fue llamada ‘reforma agraria liberal’ . ‘Reforma agraria’ porque cambió la distribución de la propiedad y ponía en circulación tierras para cultivar y ‘liberal’ porque fueron los gobiernos liberales del Siglo XIX , y además se formó un grupo de grandes propietarios con esta ideología.

Causas: El desigual reparto de las tierras, la baja eficiencia de las tierras de la Iglesia y de los Ayuntamientos, el aumento incontrolado de la deuda pública y las deudas de la Hacienda española, con una urgente necesidad de conseguir más dinero para pagar la guerra contra los carlistas.

La desamortización de los jesuitas tras su expulsión durante el reinado de Carlos III (1767). Tuvo escaso efecto en las tierras de la Iglesia. Fue simbólico y testimonial en el reformismo ilustrado.

Las desamortizaciones de algunas propiedades eclesiásticas durante la época de Godoy (1798). También tuvo poca importancia en el proceso desamortizador. Godoy no se atrevíó a enfrentarse directamente con la Iglesia para expropiar su patrimonio a gran escala.


La desamortización general de Madoz : Tuvo lugar durante el bienio progresista tras el pronunciamiento de «la Vicalvarada» ,y supuso el mayor cambio en la propiedad de la tierra de toda la Historia de nuestro país .

La Ley Madoz o «desamortización general», de 1 de Mayo de 1855, afectaba no solo a los bienes de la Iglesia. De todos ellos, destacan por su importancia los bienes pertenecientes a los municipios, tanto los propios, como los comunes.

Las finalidad de la ley
Madoz era similar a la de Mendizábal, obtener recursos económicos para el Estado, para entre otras cosas, financiar la construcción del ferrocarril. También los bienes incautados se pusieron a la venta en subasta pública, aunque con la novedad de que la forma de pago solo podía efectuarse en metálico y en un plazo máximo de 15 años . Entre 1855 y 1856 se subastaron más de 43.000 fincas rústicas y unas 9.000 urbanas, por un valor cercano a los 8000 millones de reales.

Consecuencias inmediatas: Se produce la consolidación del régimen liberal, ya que los terratenientes conservadores, compradores de los bienes nacionales, se vincularon por interés económico a la causa de Isabel II, para que se mantuviese esta situación. No se trata en absoluto de ninguna reforma agraria al igual que ocurre con la desamortización anterior. Redefinición de un nuevo derecho de la propiedad privada, eje del nuevo régimen. Limitación de la intervención del Estado y concesión del derecho a la libertad económica de los ciudadanos, aplicándose así, también en España, los principios de la economía liberal, que ya existían en Europa desde el Siglo XVIII. Las desamortizaciones se prolongan incluso hasta 1924, cuando el ministro José Calvo Sotelo las deroga durante la etapa de la dictadura de Primo de Rivera. Entre 1767 y 1924, pasan a manos privadas casi el 40 % de la superficie de España que hasta entonces había pertenecido a la Iglesia y a los Ayuntamientos, lo que supuso un cambio radical en la propiedad. Permitíó poner en cultivo gran cantidad de tierras abandonadas. La presión demográfica exigía el aumento de tierras cultivadas y de la producción, y la desamortización resolvíó en parte el problema endémico de la carestía de alimentos, sobre todo de cereales.


Consecuencias a largo plazo (que se aprecian sobre todo a partir de la segunda mitad del Siglo XIX): Transmisión de una enorme cantidad de propiedades de la Iglesia y de los Municipios a la nobleza y sobre todo a la burguésía, que de esta forma, se convierten en terratenientes de los grandes latifundios y en una oligarquía de carácter caciquil, determinando la vida política del posterior período político denominado la Restauración, a partir de 1875. Los pequeños campesinos apenas si se benefician de las desamortizaciones . Los jornaleros que trabajan para los grandes señores propietarios de las tierras, roturan un considerable número de montes para ponerlos en producción: expansión agrícola, que a su vez conlleva a una considerable reducción de la riqueza forestal de España. Los grandes perdedores fueron los campesinos, la Iglesia y los municipios. Los campesinos pasaron de ser usuarios de bienes comunales o tierras de baja renta a pagar rentas más elevadas para su cultivo, dentro de una relación económica propia de la mentalidad capitalista. La Iglesia perdíó gran parte de su patrimonio inmobiliario, pero también el artístico y documental. La desamortización fue una catástrofe para el patrimonio histórico-artístico de la Iglesia española. Por último, los municipios perdieron su principal fuente de ingresos, al privatizar los bienes propios, baldíos y comunales. Bajísimo nivel de productividad, debido a unas técnicas agrícolas muy atrasadas, a una estructura de la propiedad absolutamente injusta y desequilibrada y, sobre todo, a la prácticamente nula mecanización del campo, producto de unas escasas inversiones de capital, lo que tenía como consecuencia unos rendimientos muy bajos de los cultivos.

Conclusiones: La desamortización se limitó a ser una transferencia de bienes eclesiásticos y municipales a las clases económicas más importantes: aristocracia, nobleza, terratenientes y sobre todo a la burguésía, siendo esta última la gran beneficiada de todo el proceso. El Estado obtuvo poco provecho del mismo, e incluso perjudicó a numerosos campesinos que se encontraron con unos nuevos dueños mucho más exigentes que los anteriores. No obstante, si que se produjo un ligero aumento de la productividad de la tierra, a pesar de que ésta era muy baja todavía.


La economía española del Siglo XIX dependía fundamentalmente de la agricultura. Los factores físicos, la desigual distribución de las tierras y el atraso tecnológico limitaron la ayuda de este sector a la modernización económica.

La desamortización es cuando el estado se queda con los bienes de propiedad colectiva. Estos bienes son nacionalizados y vendidos en la subasta pública, siendo convertidos en propiedad privada. También, hay que distinguir entre bienes desvinculados y bienes desamortizados, los bienes desvinculados se hacen libres en sus mismos propietarios, y los bienes desamortizados los pierden sus propietarios.

El proceso desamortizador fue la primera pieza para la transformación agraria del Siglo XIX, siguiendo el ejemplo de la Francia revolucionaría.

El conjunto de leyes desamortizadoras iniciadas a finales del Siglo XVIII fue llamada ‘reforma agraria liberal’ . ‘Reforma agraria’ porque cambió la distribución de la propiedad y ponía en circulación tierras para cultivar y ‘liberal’ porque fueron los gobiernos liberales del Siglo XIX , y además se formó un grupo de grandes propietarios con esta ideología.

Causas: El desigual reparto de las tierras, la baja eficiencia de las tierras de la Iglesia y de los Ayuntamientos, el aumento incontrolado de la deuda pública y las deudas de la Hacienda española, con una urgente necesidad de conseguir más dinero para pagar la guerra contra los carlistas.

La desamortización de los jesuitas tras su expulsión durante el reinado de Carlos III (1767). Tuvo escaso efecto en las tierras de la Iglesia. Fue simbólico y testimonial en el reformismo ilustrado.

Las desamortizaciones de algunas propiedades eclesiásticas durante la época de Godoy (1798). También tuvo poca importancia en el proceso desamortizador. Godoy no se atrevíó a enfrentarse directamente con la Iglesia para expropiar su patrimonio a gran escala.


La economía española del Siglo XIX dependía fundamentalmente de la agricultura. Los factores físicos, la desigual distribución de las tierras y el atraso tecnológico limitaron la ayuda de este sector a la modernización económica.

La desamortización es cuando el estado se queda con los bienes de propiedad colectiva. Estos bienes son nacionalizados y vendidos en la subasta pública, siendo convertidos en propiedad privada. También, hay que distinguir entre bienes desvinculados y bienes desamortizados, los bienes desvinculados se hacen libres en sus mismos propietarios, y los bienes desamortizados los pierden sus propietarios.

El proceso desamortizador fue la primera pieza para la transformación agraria del Siglo XIX, siguiendo el ejemplo de la Francia revolucionaría.

El conjunto de leyes desamortizadoras iniciadas a finales del Siglo XVIII fue llamada ‘reforma agraria liberal’ . ‘Reforma agraria’ porque cambió la distribución de la propiedad y ponía en circulación tierras para cultivar y ‘liberal’ porque fueron los gobiernos liberales del Siglo XIX , y además se formó un grupo de grandes propietarios con esta ideología.

Causas: El desigual reparto de las tierras, la baja eficiencia de las tierras de la Iglesia y de los Ayuntamientos, el aumento incontrolado de la deuda pública y las deudas de la Hacienda española, con una urgente necesidad de conseguir más dinero para pagar la guerra contra los carlistas.

La desamortización de los jesuitas tras su expulsión durante el reinado de Carlos III (1767). Tuvo escaso efecto en las tierras de la Iglesia. Fue simbólico y testimonial en el reformismo ilustrado.

Las desamortizaciones de algunas propiedades eclesiásticas durante la época de Godoy (1798). También tuvo poca importancia en el proceso desamortizador. Godoy no se atrevíó a enfrentarse directamente con la Iglesia para expropiar su patrimonio a gran escala.


La desamortización general de Madoz : Tuvo lugar durante el bienio progresista tras el pronunciamiento de «la Vicalvarada» ,y supuso el mayor cambio en la propiedad de la tierra de toda la Historia de nuestro país .

La Ley Madoz o «desamortización general», de 1 de Mayo de 1855, afectaba no solo a los bienes de la Iglesia. De todos ellos, destacan por su importancia los bienes pertenecientes a los municipios, tanto los propios, como los comunes.

Las finalidad de la ley Madoz era similar a la de Mendizábal, obtener recursos económicos para el Estado, para entre otras cosas, financiar la construcción del ferrocarril. También los bienes incautados se pusieron a la venta en subasta pública, aunque con la novedad de que la forma de pago solo podía efectuarse en metálico y en un plazo máximo de 15 años . Entre 1855 y 1856 se subastaron más de 43.000 fincas rústicas y unas 9.000 urbanas, por un valor cercano a los 8000 millones de reales.

Consecuencias inmediatas: Se produce la consolidación del régimen liberal, ya que los terratenientes conservadores, compradores de los bienes nacionales, se vincularon por interés económico a la causa de Isabel II, para que se mantuviese esta situación. No se trata en absoluto de ninguna reforma agraria al igual que ocurre con la desamortización anterior. Redefinición de un nuevo derecho de la propiedad privada, eje del nuevo régimen. Limitación de la intervención del Estado y concesión del derecho a la libertad económica de los ciudadanos, aplicándose así, también en España, los principios de la economía liberal, que ya existían en Europa desde el Siglo XVIII. Las desamortizaciones se prolongan incluso hasta 1924, cuando el ministro José Calvo Sotelo las deroga durante la etapa de la dictadura de Primo de Rivera. Entre 1767 y 1924, pasan a manos privadas casi el 40 % de la superficie de España que hasta entonces había pertenecido a la Iglesia y a los Ayuntamientos, lo que supuso un cambio radical en la propiedad. Permitíó poner en cultivo gran cantidad de tierras abandonadas. La presión demográfica exigía el aumento de tierras cultivadas y de la producción, y la desamortización resolvíó en parte el problema endémico de la carestía de alimentos, sobre todo de cereales.


Consecuencias a largo plazo (que se aprecian sobre todo a partir de la segunda mitad del Siglo XIX): Transmisión de una enorme cantidad de propiedades de la Iglesia y de los Municipios a la nobleza y sobre todo a la burguésía, que de esta forma, se convierten en terratenientes de los grandes latifundios y en una oligarquía de carácter caciquil, determinando la vida política del posterior período político denominado la Restauración, a partir de 1875. Los pequeños campesinos apenas si se benefician de las desamortizaciones . Los jornaleros que trabajan para los grandes señores propietarios de las tierras, roturan un considerable número de montes para ponerlos en producción: expansión agrícola, que a su vez conlleva a una considerable reducción de la riqueza forestal de España. Los grandes perdedores fueron los campesinos, la Iglesia y los municipios. Los campesinos pasaron de ser usuarios de bienes comunales o tierras de baja renta a pagar rentas más elevadas para su cultivo, dentro de una relación económica propia de la mentalidad capitalista. La Iglesia perdíó gran parte de su patrimonio inmobiliario, pero también el artístico y documental. La desamortización fue una catástrofe para el patrimonio histórico-artístico de la Iglesia española. Por último, los municipios perdieron su principal fuente de ingresos, al privatizar los bienes propios, baldíos y comunales. Bajísimo nivel de productividad, debido a unas técnicas agrícolas muy atrasadas, a una estructura de la propiedad absolutamente injusta y desequilibrada y, sobre todo, a la prácticamente nula mecanización del campo, producto de unas escasas inversiones de capital, lo que tenía como consecuencia unos rendimientos muy bajos de los cultivos.

Conclusiones: La desamortización se limitó a ser una transferencia de bienes eclesiásticos y municipales a las clases económicas más importantes: aristocracia, nobleza, terratenientes y sobre todo a la burguésía, siendo esta última la gran beneficiada de todo el proceso. El Estado obtuvo poco provecho del mismo, e incluso perjudicó a numerosos campesinos que se encontraron con unos nuevos dueños mucho más exigentes que los anteriores. No obstante, si que se produjo un ligero aumento de la productividad de la tierra, a pesar de que ésta era muy baja todavía.

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