Panorama general del reinado de Alfonso XIII. Intentos de modernización. El Regeneracionismo. Crisis y quiebra del sistema de la Restauración. La guerra de Marruecos.

GOBIERNOS HASTA LA CRISIS DE 1917.

Por lo que respecta al partido Liberal, a la muerte de Sagasta en 1903, las disputas por hacerse con el poder provocaron una gran confusión, por lo que se permitió al Rey elegir un jefe de gobierno entre las distintas facciones. Se decidió por CANALEJAS, que pretendió llevar a cabo un programa regeneracionista para ganarse el apoyo de la clase obrera (favoreció convenios salariales, legisló seguros obreros y compensaciones por accidentes, lanzó un ataque contra los latifundios, pretendiendo su expropiación, etc.). Pero también fracasó en su intento pues tuvo que enfrentarse con movimientos de huelgas y fue asesinado en 1912.

Los gobiernos restantes formados por ROMANONES entre los liberales y DATO por los conservadores fueron blanco de ataques de periodistas e intelectuales. Del primero se dijo que advertía de las inmoralidades del sistema, pero que en lugar de reformarlas se aprovechaba de ellas. Dato, por su parte, elaboró la primera legislación laboral española.

En 1913 se deshace el bipartidismo y la triple crisis de 1917 (juntas de defensa, asamblea de parlamentarios y huelga general) acaba con la pacificación ideológica vinculada a la Constitución de 1876. La dictadura de Primo de Rivera acabará definitivamente con la estabilidad monárquica ideada por Cánovas y con el sistema de poder basado en el turno de los partidos oligárquicos

LA CRISIS DE 1917

A pesar de que Dato declaró la neutralidad de España en la Gran Guerra (1ª Guerra Mundial), dividió a los españoles y a los políticos entre los partidarios de cada bando (Alianza y Entente). Esta situación de neutralidad posibilitó un período de grandes beneficios económicos, pues las potencias en guerra necesitaban todo tipo de suministros. Fueron unos años de crecimiento industrial, comercial y bancario para España. Pero la otra cara de la moneda la representaba un incremento extraordinario de precios y una enorme inflación a la que no podían hacer frente los trabajadores.

Esta etapa expansiva fue mal aprovechada, ya que no se invirtieron  los beneficios en la modernización de infraestructuras, y por otra parte esta situación distanció más a las clases sociales: las beneficiadas por el aumento de las exportaciones y los perjudicados por el aumento de los precios, aumentando el malestar social y político, que también afectó al estamento militar y dio lugar a la triple revolución de 1917: social, política y militar.

REVOLUCIÓN MILITAR.

El ejército constituía en esos momentos un inmenso cuerpo burocrático más que una potencial fuerza de guerra, cuya mayor preocupación era la promoción interna de sus miembros, lo que acrecentó el militarismo de la sociedad. Debido al problema económico del Estado, sólo los grados más elevados disfrutaban de un buen nivel de vida y podían intervenir en política.

 A todo esto se  añadía la guerra en Marruecos, campo fácil para un ascenso rápido que propició la aparición de dos sectores distintos en la fuerzas del Estado: los africanistas, que ascendían con rapidez por méritos de guerra; y los que subsistían en pequeñas guarniciones en la península, que ascendían por antigüedad, habiendo de hacer frente a  la crisis generada por la inflación económica.

Ante esta situación en 1916 se crearon las Juntas de Defensa por los oficiales de infantería y caballería enfrentados a los “africanistas”. Estas “juntas” se extendieron por toda la Península para defender sus intereses y, sobre todo, sus intereses profesionales, pretendían la regulación de los ascensos (que se realizasen por estricta antigüedad) para evitar las influencias políticas.



EL GOBIERNO DE ANTONIO MAURA Y LA CRISIS DE 1909.

Los gobiernos del conservador ANTONIO MAURA suponen un intento de revitalizar la política eliminando los vicios del sistema electoral y asumiendo las propuestas de regeneracionismo:

  • Intento de descentralización regional, el proyecto de ley de Admon. Central modificaba el carácter de los ayuntamientos contemplando la posibilidad de formar mancomunidades entre provincias, posibilidad aprovechada por Cambó (la colaboración con la Lliga Regionalista de Fransesc Cambó fue fluída).

  • Acabar con el caciquismo mediante un funcionamiento democrático de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales a través de una nueva Ley Electoral que no llegó a aprobarse; (voto obligatorio, examen de las actas electorales al Tribunal Supremo, y en aquellos distritos donde no se presentara e elección nada más que el candidato asignado por la ley no habría elección).

  • Crea el Instituto de Reformas Sociales con el objetivo de emprender cambios de este tipo

  • Preconizaba la intervención en economía: el proteccionismo para determinadas industrias, aprobación de una ley de fomento de la industria nacional, fomento de las comunicaciones…

Esta pretensión de “revolución desde arriba” no consiguió reformar la anticuada estructura político-social que apoyaba el caciquismo y provocó el enfrentamiento con grupos sociales clave:

  • El ejército: desprestigiado, considera que el gobierno lo ha traicionado y la opinión pública lo maltrata. Presionan al gobierno para que apruebe la “Ley de jurisdicciones”, por la que las críticas públicas contra la patria y el ejército sean juzgadas por tribunales militares (1906). Este hecho fue el punto de partida del protagonismo que iría consiguiendo esta institución en la política civil a partir de 1917.
  • Los liberales se oponen rotundamente a la colaboración ente Maura y el catalanista Cambó.
  • El descontento con la política del gobierno motivó la coalición política nacionalista de todas las tendencias en Cataluña, la Solidaritat Catalana”, que logró una victoria espectacular en las elecciones generales de 1906. El esquema político de Cánovas es cuestionado cada vez más.

Bajo este panorama estalla la CRISIS DE 1909. El gobierno decide enviar una expedición de castigo y protección al protectorado marroquí para defender los intereses españoles, tras un fuerte ataque de los indígenas del Rif, para ello llama a los reservistas. La hostilidad del pueblo a las guerras en tierras lejanas y el recuerdo del desastre del 98 enrarecen el ambiente social. Las protestas por el embarque de tropas en el puerto de Barcelona se convierte en huelga general, y la situación degenera en una intensa revuelta que se extiende por toda la ciudad durante una semana (incendios de iglesias, conventos, barricadas, tiroteos contra las tropas, etc.). La represión por parte del gobierno y del ejército fue de una enorme dureza. La situación se saldó con la condena a muerte de un maestro anarquista, Ferrer Guardia, y las fuertes críticas a nivel internacional. A estas críticas se sumó el partido Liberal pidiendo la dimisión de Maura, quien se vio obligado a salir del gobierno.

La revolución desde arriba no alteró la situación. La crisis de 1909 con la Semana Trágica de Barcelona, la actuación en Marruecos y la suma del Partido Liberal a la protestas de los revolucionarios europeos, forzaron la dimisión de Maura. El Pacto de El Pardo se había roto y correspondió a Alfonso XIII el intento de reconstruir la normalidad del turnismo

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