Propaganda + periodo entreguerras

8. PERIODISMO Y PROPAGANDA EN EL PERIODO DE ENTREGUERRAS: LOS

TOTALITARISMOS


Se produce un conjunto de cambios políticos, sociales e incluso religiosos. Se producen por:
– La guerra supuso la implicación de amplias capas de la sociedad que nunca habían participado en la guerra. Hubo movilizaciones contra los gobiernos. – Las mujeres comienzan a desempeñar un papel destacado, trabajando en las fábricas, en la recogida de la cosecha o en tareas humanitarias. Tras la guerra, surgen movimientos feministas que realizan reivindicaciones políticas, como el derecho a voto. – Tras la guerra se produce un sentimiento de frustración generalizado y hay un vacío cultural y social. – Los años 20 y 30 son de absoluta confusión agravada por la guerra. Los excombatientes se habían convertido en gente importante durante la guerra, pero una vez finalizada ya no son nadie. – La revolución rusa y la victoria comunista crea en los círculos liberales el miedo al “peligro rojo”. – En EEUU, la población de color que ha ido a la guerra reclama un reconocimiento, lo que provoca un enfrentamiento.
Estos problemas se tratan de enmascarar con los “felices años 20”. Los periódicos tradicionales tienen que enfrentarse a la competencia de la radio y el cine. Surge el formato tabloide, propio de la prensa sensacionalista. Se caracteriza por su formato reducido. Trata de captar a personas no habituadas a la lectura de prensa, por lo que hay un predominio de la imagen sobre el texto.

8.1.- Prensa y propaganda en la Revolución Rusa


Lenin sosténía que el paso del capitalismo al socialismo debía realizarse por dos vías: la espontánea, mediante el levantamiento de las masas; y el movimiento dirigido por una élite. La única organización capaz de dar este salto era el partido bolchevique. Un requisito era que las masas tuviesen una educación permanente para afianzar su conciencia social (adoctrinamiento). La consecuencia de esta idea era que, dado que la población necesitaba una educación, los medios de comunicación debían pertenecer al partido como elementos clave para poner en práctica esta política. No podía haber periódicos de propiedad privada ni diferentes opiniones. Para Lenin, los medios de comunicación debían cumplir las siguientes misiones:
propaganda colectiva, agitación de las masas y organización. Realizaba una distinción entre propagandista, que hacía uso de la palabra impresa y se dirigía a la élite; y agitador, que usaba la palabra para mover a las masas. En 1922 se proclama la Uníón Soviética y Lenin forma una élite que se convirtió en agitadora de las masas.

8.1.1.- La organización de los medios de comunicación al servicio de la

Revolución


La propaganda desarrollada durante todo el proceso revolucionario contó con diversos medios:
– Pravda, encargado de publicar las “tesis de Abril” y cuyo lema se resumíó en “pan, paz y tierra”. – El partido creó un organismo específico: Afitprop, una oficina de propaganda, que contaba con cinco secciones: información, agitación, organización, dirección de las diferentes sucursales y administración general. – Otro de los recursos más utilizados era atravesar el territorio con trenes y barcos destinados a la propaganda (el tren blindado de Trotsky, los trenes mostraban carteles de Lenin). – En 1918 se creaba la agencia Rosta, que acompañaba a estos trenes en su travésía durante la guerra. En 1922 nace también la agencia oficial TASS. La Rosta era la encargada de crear los carteles que recubrían los trenes. – Una vez afianzada la Uníón Soviética, se reestableció la Glavlit (Dirección Central para asuntos de Literatura y de Prensa). Asume todo lo relativo a la censura, las críticas surgidas del descontento ante la mala situación económica, que llevaría a Lenin a promover cierta liberalización.

8.2.- Prensa y propaganda en el fascismo italiano


La 1GM generó un clima de gran conflictividad en Italia, debido a la agitación de las masas obreras y campesinas, a la decepción de los excombatientes y al clima de frustración, ante la llamada “victoria mutilada”. El fascismo tiene nombre propio: Benito Mussolini. Comenzó en Suiza su trabajo como agitador y propagandista. En 1904 regresa a Italia, realiza el servicio militar y se lanza a la labor de agitador, con discursos violentos de carácter anticlerical. Funda su propio periódico, Il Popolo d’Italia, en 1914. En 1919 creaba los Fasci Italiani di Combattimento, base del Partido Nazionale Fascista. Reivindica el nacionalismo frente al individualismo y se muestra contrario al parlamentarismo. En Octubre de 1922, los “camisas negras” daban un golpe de mano con la marcha sobre Roma. El ejército no se opuso y el monarca entregó el poder a Mussolini, que se convirtió en Jefe del Gobierno. El miedo al comunismo le ganó el apoyo de las clases medias. Mussolini fue conformando su propio aparato informativo. En 1923 aprobaba un decreto ley por el que delegaba en los gobernadores regionales la vigilancia de los periódicos. En 1924 otorga a los gobernadores regionales y a prefectos la facultad para secuestrar periódicos. La medida fue utilizada para reprimir la prensa de oposición, como Corriere della Sera, Il Mondo, La Stampa o Avanti!. Creó también un órgano dependiente del Gobierno, encargado expresamente del control de la prensa: Ufficio Stampa. A finales de 1926, Mussolini sufre un intento de atentado, que aprovecha para suspender definitivamente los partidos y la prensa de oposición. En 1928 era obligatorio estar inscrito y no desarrollar una actividad pública contraria a los intereses de la nacíón. Desde 1926, la propaganda se vuelve hacia la exaltación del régimen, con símbolos, banderas. El Duce es considerado infalible por las masas. Tras el ascenso de Hitler al poder, se inicia una cooperación en lo relativo a la organización de la prensa y la cultura. Se refozó la Ufficio Stampa y contaba con tres Direcciones generales: Prensa Italiana, Prensa Extranjera y Propaganda. Después se unirían la de Cinematografía y Turismo e inspección de Teatro. Se convertirían en el Ministerio para la Prensa y la Propaganda y, después, en el Ministerio de Cultura Popular. Con la entrada de Italia en la 1GM, la labor de este Ministerio fue esencial, pero fueron frecuentes los choques con el Estado Mayor del Ejército.

8.3.- Prensa en el nacional-socialismo alemán


La situación de Alemania tras la 1GM era peor que la de Italia. Alemania fue la gran derrotada. Tras el conflicto, se produjo una gran inestabilidad política y social. Durante el bienio rojo (1918-1920), se sucedieron numerosas revueltas, que pretendían establecer el sistema socialista siguiendo el ejemplo de Rusia. El descontento de los excombatientes, entre los que se encontraba Hitler, la desastrosa situación económica y la acusación hacia los aliados de ganar la guerra por la propaganda, sumieron a la población en un pánico que fue aprovechado por el partido nazi. Adolf Hitler se trasladó a Viena, donde trató de ingresar en la Academia de Arquitectura. Lee a Nietzsche y realiza su propia interpretación de su filosofía. La 1GM le dio la oportunidad de cambiar de vida. Se alistó como voluntario y finalizó la contienda como cabo y con la concesión de la Cruz de Hierro. En 1919 entró en contacto con grupos radicales de carácter obrero y se encargó de la propaganda. Crea las SS y las SA y se va deshaciendo de los rivales del partido. En 1920 pasaba a denominarse Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), a cuyo frente se sitúa Hitler. La crisis económica de 1929 le hace incrementar considerablemente sus afiliados. Es condenado a seis meses de prisión, momento en el que escribirá la primera parte de su obra “Mein Kampf” (“Mi lucha”), en la que expone toda la doctrina que luego llevará a la práctica: antibolchevismo, antisemitismo y pangermanismo. En 1930, tras el crack del 29, se convertía en el segundo partido más votado. Inicia una campaña en la que comienza a acaparar los puestos políticos locales. En 1933, Hindenburg lo nombra canciller. A partir de ese momento, Hitler comienza a implantar su dictadura.
– Prensa. 
Hitler cuidó especialmente la propaganda desde su conversión en el jefe máximo del partido, consciente de su capacidad para ejercer una influencia emocional en las masas. En su obra “Mein Kampf”, Hitler había culpado a la prensa alemana de la derrota. Después de su nombramiento como canciller, logra que Hindenburg apruebe un decreto “para la protección del pueblo alemán”, por el que facultaba a las autoridades a prohibir periódicos que difundiesen noticias “falsas o deformadas”, que supusieran una amenaza para Alemania. Se crea el Ministerio de Ilustración Popular y Propaganda, cuyo objetivo era educar y propagar entre la población los valores para la reconstrucción de la patria alemana. Este Ministerio quedó bajo el mando de Goebbels. En 1934 fue proclamada la Ley de Redactores, por la que solo podían ejercer el periodismo los ciudadanos alemanes de procedencia aria, que demostrasen experiencia mínima de un año en un periódico alemán y que tuviesen facultades para “influir espiritualmente en el público”. El partido nazi potencio su prensa nacional y regional, que llegó a tener prácticamente el monopolio informativo. La prensa también tenía que exaltar la figura del Fürher. No se establecíó la censura, pero hubo un riguroso sistema de supervisión de contenidos.



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