Que actividad se desarrollo en las ciudades de venecia genova flandes y brujas

III.5.- EL TRABAJO, LA ECONOMÍA URBANA Y EL COMERCIO

A) LOS GREMIOS, MECANISMOS DE CONTROL ECONÓMICO Y SOCIAL

Aunque el artesanado no es específicamente urbano, sí que lo es su organización en gremios.
El gremio es una «agrupación económica de derecho casi público, que somete a sus miembros a una disciplina colectiva en el ejercicio de su profesión». Los gremios se caracterizan por sus estatutos, que fijan una serie de obligaciones, prohibiciones y estímulos concernientes a las personas, las técnicas y los productos. Cada gremio tiene una organización peculiar en cada localidad. Antes de 1300 podemos distinguir los gremios juramentados y los gremios regulados.
Podemos considerar al gremio como un instrumento de control económico y social. Está sometido a una doble jerarquía: una jerarquía interna distingue tres niveles entre los trabajadores (maestros, oficiales, aprendices). Los gremios se clasifican en una jerarquía externa.
A esta función institucional se añade una función social: el gremio, en cuanto asociación profesional de ayuda mutua es un importante  marco de sociabilidad. En consecuencia, es defendido por los artesanos y por la alta burguesía que lo utiliza como instrumento de control social. La principal función del gremio es económica y tiene por objeto el control de la producción.

B) LA DIVERSIDAD DE LAS ACTIVIDADES URBANAS

Tradicionalmente se ha considerado la actividad textil como la principal industria de las ciudades medievales. La gran pañería se caracteriza por la división de las tareas. Las primeras consisten en la preparación del hilo; operaciones confiadas frecuentemente a las mujeres. El tejido, es una tarea compleja que requiere una experiencia y un equipo costoso. Las operaciones finales son las de apresto, trabajo penoso efectuado por una mano de obra poco cualificada y mal retribuida, verdadero proletariado urbano. Se tarda casi un mes en fabricar una pieza de paño. En el siglo XIII, este fraccionamiento de las labores es compatible con la concentración financiera. Los oficios de los cueros y pieles tienen gran número de operarios y responden a los mismos principios de división del trabajo. El trabajo de losmetales es una actividad económica importante; exige una alta cualificación, genera considerables beneficios cuando se orienta a la exportación y los mercados de lujo. Los oficios dedicados a la alimentación, que cubren unas necesidades básicas en la vida ciudadana. La construcción, es la «industria» más importante en la Edad Media. En ella predominan los asalariados que buscan contratarse en la construcción de edificios, un trabajo muy demandado en las ciudades, sobre todo en el siglo XIII. En primer lugar, a causa del crecimiento urbano y la renovación permanente del parque inmobiliario, se ocupa una masa importante de obreros en los grandes trabajos públicos y eclesiásticos: la construcción de las catedrales constituye un poderoso estímulo de la economía urbana.

IV.- ITINERARIOS COMERCIALES, REDES URBANAS Y ESPACIOS POLÍTICOS


IV.1.- EL ORIGEN: SIGLOS X-XII


El desarrollo del comercio internacional, se basa en dos factores complementarios: algunos mercados locales y regionales se abren a los intercambios exteriores desde el siglo X. La llanura del Po parece ser uno de los ejes vitales del comercio occidental; el peaje aduanero de Londres alude a mercaderes normandos y francos que vienen a comprar lana. Los dos grandes focos del comercio internacional:

El Mediterráneo y los mares del Norte

Las ciudades marítimas italianas aparecen como pioneras. No hay una verdadera especialización de los productos comercializados, pero entre los exportados destacan los paños de lana, las armas y los esclavos; entre los importados, las especias, los tejidos de seda y los colorantes. Los escandinavos no son simplemente unos temibles guerreros que se dedican al pillaje, también unos hábiles traficantes; suplantando a los mercaderes frisones, establecieron, un dominio basado en el comercio de productos alimenticios, maderas, metales y pieles. En la segunda mitad del siglo XII se constituye en la isla de Gotland una asociación juramentada de mercaderes de Lübeck, Westfalia y Sajonia. Instalados en Visby, frecuentan Novgorod y las ciudades rusas. Estas dos comunidades, firman en 1189 un tratado comercial con el príncipe Iaroslav que estipula los correspondientes privilegios mercantiles de los rusos y los “occidentales”. En 1269, los comerciantes alemanes se convierten en los intermediarios privilegiados para con los rusos, y dominan el tráfico mercantil con los territorios orientales. Estos dos grandes focos comerciales, usaban con preferencia las rutas marítimas. Aumentó la circulación de mercancías en el interior del Continente, en especial por vía fluvial.  Se desarrollan las ferias.
Entre 1150 y 1300 las más célebres fueron las de Champaña, donde flamencos e italianos, franceses y alemanes, coincidían con ocasión de las seis ferias que se iban sucediendo a lo largo del año en cuatro ciudades. Allí difundieron sus prácticas bancarias los seneses y florentinos. Pero hubo otras ferias, famosas a escala regional o interregional: las de Inglaterra para la compraventa de lana, etc.

IV.2.- EL AUGE: SIGLO XIII


El  auge del gran comercio en el siglo XIII demuestra la vitalidad de la economía urbana. En las ciudades medievales el artesano es también vendedor de sus productos, el comerciante es prestamista, y el banquero es mercader. Las actividades de producción, de compraventa y de crédito se hallan ligadas. La historia del comercio se ha dedicado al estudio de las redes de intercambio de algunos productos prestigiosos y bien documentados. Actualmente se insiste en la importancia del comercio a corta distancia. Si queremos esbozar la geografía del comercio internacional en el siglo XIII, destacan claramente dos zonas principales.

El espacio mediterráneo está dominado por las grandes ciudades italianas que controlan las relaciones comerciales con Oriente. Importan de allí especias y mercancías de lujo, y exportan productos metalúrgicos y textiles. La venta de esclavos, y sobre todo el comercio marítimo de cereales, que pone en relación las regiones exportadoras con las grandes ciudades consumidoras. La reaparición de la moneda de oro es una de las grandes innovaciones económicas del siglo XIII, que consagró el triunfode las ciudades mercantiles italianas. En 1284 Venecia emite el ducado, que pronto dominará los mercados internacionales. La acuñación de monedas no fue suficiente para cubrir el volumen de las transacciones comerciales.

El espacio nórdico gira en el siglo XIII en torno a la ciudad de Brujas. Es la gran plaza mercantil de la lana inglesa. Es dominado por comerciantes extranjeros: ingleses, por las urbes renanas, y por representantes de las grandes compañías italianas. Brujas es la base del gran comercio hanseático, controlado por los alemanes.

Las ferias de Champaña ocupan un lugar estratégico como plataforma giratoria del comercio internacional, aunque existen otras rutas norte-sur. La feria se compone de tres momentos principales: la «muestra», en la que se exponen las mercancías; la venta, que no dura más de diez días; y los pagos, operaciones más largas y complejas en las que intervienen actividades de cambio y crédito. A mediados del siglo XIII esta función financiera adquiere más importancia que las actividades comerciales, las ferias de Champaña se convierten en un mercado donde se fija el curso de las monedas europeas y se establece la cuenta de resultados y se equilibran los balances de las compañías de comercio. El éxito de las ferias de Champaña se debe más a factores políticos que a la situación geográfica. Su auge se inicia cuando los condes de Champaña las ponen bajo su protección. La pujanza económica urbana no pudo suplantar al poder de los soberanos. Por sí solas, las ciudades no son capaces de constituir entidades políticas. Existen ligas económicas, pero son asociaciones de mercaderes.

Integrándose en el sistema monárquico es como las ciudades aseguran en el siglo XIII su estabilidad política ysu prosperidad económica. El caso de Francia es ejemplar en este sentido. El fomento de la actividad económica urbana es una preocupación constante de los Capetos desde Luis VII. Este funda ferias, apoya los mercados, confirma los fueros de las comunas. Lo mismo hace Felipe Augusto y exige a las ciudades su lealtad política y el servicio militar. El rey convierte a sus «buenas villas» en puntos de apoyo del poder monárquico.

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