Que es la hegemonia europea

S.XVII


Cuando Felipe III accedió al trono en 1598, heredó el imperio más extenso y poderoso del mundo. Pero se inclinaba más al ocio y a la vida cortesana que a las tareas de gobierno, las cuales confió al valido, el duque de Lerma. 

Su política exterior se puede considerar pacifista. Intentaron alcanzar acuerdos de paz o de alto el fuego con las guerras que mantenían. Pretendían con ello acometer una reforma de Hacienda y del ejército que reforzarse a la monarquía, para poder retomar estos los conflictos en mejor situación.
Con Inglaterra firmó la Paz de Londres en 1604 y con las Provincias Unidas acordó la tregua de los doce años en 1609. Se llega a hablar de Pax Hispánica al hablar de este reinado.

En el panorama interior destacaron: la crisis financiera y la expulsión de los moriscos. La crisis financiera, fue causada por las guerras, las deudas del reinado anterior y los gastos de la corte. El primer síntoma fue la bancarrota de 1607. La expulsión de los moriscos se produjo en 1609, motivada por la uniformidad religiosa, la seguridad interior y como medio para aumentar el prestigio y la fuerza de la monarquía. Esta expulsión provocó la despoblación de numerosas comarcas.

Felipe IV (1621-1665) subió al trono con solo 16 años por lo que estuvo bajo la tutela de su valido y preceptor, Gaspar de Guzmán, conde de Olivares. Los intentos de reforma llevados a cabo por Olivares manifestaban una preocupación por mejorar la situación interna y externa de la monarquía.

La política exterior esta caracterizada por la agresividad, la monarquía reinició la guerra con las Provincias Unidas y se implico en la guerra de los treinta años, lo que les llevó a la guerra con Francia. Intervinieron en la guerra de los treinta años (1618-1648) como aliada de los Austrias alemanes contra los príncipes protestantes germanos y las potencias que los apoyaban. La guerra contra las Provincias unidas se reanudó tras pasar la tregua de los doce años en 1621. Hasta 1634 los enfrentamientos fueron favorables a los católicos, lo que hizo temer a Francia que alcanzasen la hegemonía completa, por lo que intervino junto a los protestantes, y esto provocó el descalabro de la monarquía hispánica. Destacan la derrota de la batalla de las Dunas en 1639 contra Holanda, y la batalla de Rocroi en 1643  contra Francia

La Paz de Westfalia, en 1648, puso fin al conflicto en Centroeuropa y significo la independencia de las Provincias Unidas y el final de la hegemonía de los Austrias en Europa. La guerra con Francia terminó con la Paz de los Pirineos en 1659, en la que Francia obtuvo partes de Cataluña, plazas fortificadas en Flandes y Luxemburgo y algunas concesiones comerciales en América.

Otro de los objetivos principales de la monarquía era la defensa del tráfico marítimo con América, lo que obligó a reforzar la armada y a fortificar los principales puertos americanos para evitar los ataques piratas.

La política interna y la externa estuvieron relacionadas, especialmente, en el aspecto financiero. Olivares planteó una reforma financiera encaminada a evitar la corrupción y frenar los gastos. Pero los problemas no se solucionaron. Castilla ya no podía soportar el peso de las necesidades económicas y militares de la corona. Por ello, olivares planteó la Unión de Armas en 1625, un ejército sostenido por todos los reinos en función de su población y riqueza. Olivares pretendía unificar políticamente el imperio. El proyecto de la Unión de Armas fue aprobado por las Cortes de Valencia y Aragón, pero rechazado por Cataluña. Los intentos de la corona por conseguir la concesión catalana tensaron las relaciones entre ambos y con el inicio de la guerra con Francia en 1635 la situación se agravó. En 1640 se produjo el Corpus de Sangre, una revuelta en la que fue asesinado el virrey catalán. Los sublevados buscaron el apoyo de Francia, la cual envió tropas a Cataluña y como respuesta Olivares ocupo el territorio catalán con las tropas castellanas. En 1652 se produjo la rendición de Barcelona y la aceptación de la soberanía de Felipe IV.

Paralelamente la situación con Portugal empeoraba, la Unión de Armas también fue el detonante del conflicto añadiendo las dificultades que tenia Felipe IV para proteger al imperio ultramarino portugués. La nobleza y la alta burguesía se negaron a pagar más impuestos y aprovechando la revuelta catalana promovieron una rebelión a finales de 1640, dirigida por el duque de Branganza, quien se proclamó rey de Portugal. Los intentos de Felipe IV fracasaron y la independencia portuguesa se consolidó.

 Por último, el reinado de Carlos II, que duró desde 1665 hasta 1700. Su regente fue su madre, Mariana de Austria, apoyándose en consejeros corruptos y poco preparados.Carlos II tenía una personalidad enfermiza y débil lo que agravó la crisis de la monarquía, la cual fue aprovechada por la Iglesia y la aristocracia para ampliar sus privilegios. En la última etapa del reinado mejoró la economía, pero las revueltas sociales no desaparecieron. En Valencia estalló la Segunda Germanía y en Madrid se produjo el Motín de los Gatos, provocado por el aumento del precio del pan. En política exterior los problemas más graves se produjeron con Francia, como consecuencia la Monarquía Hispánica perdió diversos territorios europeos.

Pero el problema más grave fue el sucesorio, hacia 1697 se sabía que Carlos II iba a morir, y sin descendencia, por lo que los dos candidatos eran  Felipe de Borbón, candidato francés, y Carlos de Austria, candidato de la línea alemana de los Austrias. Finalmente Carlos II dejó como heredero a Felipe de Borbón para lograr el apoyo francés. Carlos II murió en 1700, con lo que terminó la dinastía de los Austrias y la dinastía borbónica comenzó a dirigir la Monarquía Hispánica.






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