Que provincias enviaron representantes y cuales no, al Congreso de Túcuman

Las reformas borbónicas consistieron en una serie de cambios que fueron introducidos por los monarcas de la dinastía borbónica de la Corona Española durante el Siglo XVIII, y que se enfocaban en materias económicas, políticas y administrativas, las cuales eran aplicadas en el territorio peninsular y en sus posesiones ..


El Virreinato del Río de la Plata fue creado en 1776 por orden de Carlos III. Si bien esta primera fundación fue de carácter provisional, en 1778 se realiza la definitiva. Abarcó los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay, partes del sur de Brasil y el norte de Chile

.El peligro lusitano derivado de las cuestiones originadas por la posesión de la
 Colonia del Sacramento y la conveniencia de tener en estas regiones una autoridad fuerte que pudiese terminar con la amenaza portuguesa.

En los primeros 150 años de acción conquistadora, 17 mil toneladas de plata y unas 200 toneladas de oro arribaron a España y potenciaron el incipiente desarrollo comercial y manufacturero europeo, que abrieron las compuertas de la Revolución Industrial y el desarrollo capitalista.

La navegación súperó todos los límites y se aventuró hacia todos los rincones del planeta. El conocimiento del mundo comenzó a ser posible y el comercio empezó a diseñar el mercado internacional. El desarrollo económico terminaría por sepultar a la sociedad feudal y al absolutismo monárquico.

En el año 1808 se produce la crisis de la monarquía española la cual inicia con el motín de Aranjuez, en donde Carlos IV es obligado a abdicar en favor de su hijo Fernando VII. Estos sucesos obligan a Napoleón Bonaparte emperador de los franceses a actuar como juez sobre la sucesión.

De la Primera Junta al Primer Triunvirato (1810-1812)
Como resultado de los enfrentamientos entre el grupo morenista y el gru­po saavedrista, la composición de la Primera Junta se modificó. El número de sus miembros aumentó con la incorporación de los diputados del inte­rior: a este nuevo gobierno se lo llamó Junta Grande. El deán Funes —repre­sentante de Córdoba— líderó a los representantes del interior del Virreina­to que no estaban de acuerdo con un cambio radical y rápido del orden co­lonial español, y se alió con los saavedristas.
Sin embargo, el desarrollo de las guerras de la Revolución hizo que las posiciones moderadas de los saavedristas tuvieran que cambiar. A fines de 1811, debieron tomar medidas más radicalizadas para enfrentar las resistencias al nuevo go­bierno que se presentaban en Buenos Aires y el inte­rior. La Junta Grande fue reemplazada por un gobierno integrado por sólo tres miembros que resultaba más rá­pido y eficaz para tomar decisiones: el Primer Triunvirato.
El nuevo gobierno enfrentó duramente a quienes conspiraban contra la Revolución, especialmente a los peninsulares, y los sanciónó incluso con la pena de muer­te. El Primer Triunvirato decidíó también continuar la guerra revolucionaria contra la resistencia realista.

Independencia sin Constitución
Mientras San Martín organizaba la expedición hacia Chile y Perú, Alvear inició tratativas diplomáticas con Inglaterra, con el objetivo de esta­blecer un protectorado inglés sobre las Provincias Unidas. La mayoría de los jefes provinciales consideraron a Alvear un traidor, y Artigas, con la ad­hesión de Entre Ríos, Santa Pe y Corrientes, encabezó la rebelión contra el Directorio.
En ese difícil clima político, se convocó, en 1816, la reuníón de un nuevo congreso constituyente en la ciudad de Tucumán. Sus objetivos eran elegir un nuevo director supremo, redactar una Constitución que organiza­ra el país y resolver sobre la independencia de España.
La decisión más importante que tomó el Congreso fue la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata respecto del dominio español, el 9 de Julio de 1816. Aunque los gobiernos de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental no habían enviado sus re­presentantes al Congreso, todas las provincias estaban de acuerdo en esta decisión. Las diferencias surgieron cuando se discutíó sobre la posible Constitución y la forma de gobierno que se debía adoptar. La gravedad de la situación internacional llevó a plantear la opción en­tre un sistema monárquico y un sistema republicano. Casi todos los diputa­dos del interior rechazaron las ideas monárquicas, ya que para la mayoría de la población —afirmaban— la monarquía estaba asociada con la opresión y la injusticia que habían soportado durante el dominio español.
Las ideas monárquicas en el Congreso de Tucumán
Las propuestas de adoptar la mo­narquía como forma de gobierno para las Provincias Unidas estuvie­ron relacionadas con la situación internacional e interna en 1816. Belgrano y San Martín, hombres comprometidos con los principios liberales de la forma republicana de gobierno, fueron dos de los más firmes defensores del esta­blecimiento de una monarquía. Afirmaron que la revolución ame­ricana había perdido prestigio y apoyo en Europa por el continuo desorden y anarquía que genera­ba; y que una monarquía, además de agradar a la Santa Alianza, iba a permitir establecer el orden in­terno para continuar la lucha por la independencia. Todos los pro­yectos propónían una monarquía constitucional, según el modelo del liberalismo político. Fueron va­rías las dinastías en las que se pen­só para ocupar el trono: un des­cendiente de los incas, un infante de la casa reinante en España, y un miembro de la familia real por­tuguesa que también reinaba en el Brasil. Finalmente, estas ideas no lograron imponerse.

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