Reformas territoriales España trienio liberal 1822

TEMA 8: ABSOLUTISMO FRENTE A LIBERALISMO. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL REINADO DE FERNANDOVII (1814-1833).INTRODUCCIÓN
Tras el fin de la Guerra de la Independencia, Fernando VII regresa al trono de España en 1814. Seniega a un modelo liberal definido por las Cortes de Cádiz en la Constitución de 1812 y abogó por la restauración del absolutismo monárquico. Contó con el apoyo de la nobleza, la iglesia, parte delejército y las clases populares. DESARROLLOEl reinado de Fernando VII fue una lucha continua entre absolutismo y liberalismo. Podemosdestacar tres etapas: La restauración del absolutismo, el Trienio Liberal y la Década Ominosa:
1. La restauración del absolutismo (1814 – 1820).Al regreso de Fernando VII, el rey acepta la proposición de aquellos generales afines al absolutismo.Estos contaron con el apoyo de unos diputados absolutistas, los cuales firman el Manifiesto de losPersas (12 de Abril de 1814), donde rechazan la legislación de la Constitución de Cádiz.Fernando VII declaró ilegal la convocatoria de las Cortes de Cádiz y anuló toda su obra legisladora. Seinició una política de represión de liberales y colaboradores del gobierno de Bonaparte, lo que causóel primer gran exilio.La contrarrevolución triunfante en Europa después del Congreso de Viena (1815) y la formación de la Santa Alianza, dio respaldo a la política absolutista de Fernando VII, quien apoyado por la iglesia y los grandes terratenientes, liquidó la libertad de prensa y resucitó la Inquisición, aceptando el regreso de los jesuitas. Se restauró el régimen señorial, el sistema gremial y se devolvíó al clero sus conventos y propiedades vendidas por el régimen anterior.
La crisis económica se agravó con movimientos de emancipación de las colonias, que exigíó recursos extraordinarios para hacerles frente e interrumpíó los flujos monetarios que llegaban de América.
El mantenimiento de los privilegios del Antiguo Régimen lastró las reformas de la Hacienda, que propónían la necesidad de contribuir de los privilegiados.El sector liberal no aceptó la vuelta al absolutismo y, con la ayuda de sociedades secretas como la Masonería y los clubs de patriotas, intentó restablecer la Constitución a través de pronunciamientos militares. Estos intentos golpistas fracasaron en Barcelona, La Coruña y Pamplona, salvo el encabezado por Rafael del Riego. 2. El Trienio Liberal (1820 – 1823). El 1 de Enero de 1820 triunfó un pronunciamiento en favor de la Constitución. Lo encabezó el
coronel Rafael de Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla). La pasividad del ejército real y la acción de los liberales en las ciudades obligaron al rey a aceptar la Constitución de 1812. El gobierno proclamó
una amnistía, que permitíó el regreso de liberales y afrancesados, y convocó elecciones, que fueron ganadas por los liberales. Las nuevas cortes iniciaron una importante obra reformista. Desarrollaron leyes que reflejan la libertad de imprenta, asociación y reuníón, lo que permitíó el impulso de la prensa y de las sociedades patrióticas. El objetivo del Trienio fue consolidar la abolición del Antiguo Régimen. Para ello se tomaron las siguientes medidas: – Supresión de los señoríos jurisdiccionales, mayorazgos y vinculaciones.- Aprobación de una reforma eclesiástica, que suprimía los conventos y secularizaba los frailes. Desamortización de tierras del clero regular, que pasaron al Estado y fueron vendidas a particulares en subasta pública. Así se limitaba el poder de la iglesia y se conseguían recursos para la Hacienda
pública y potenciar el desarrollo agrario. – Reforma del sistema fiscal para aumentar los recursos del Estado y disminución del diezmo de la iglesia. – Eliminación de los gremios y aprobación de la libertad de industria y de circulación de mercancías. Se creó la Milicia Nacional, un cuerpo de ciudadanos armados, para mantener el orden público. Se hizo una nueva división del territorio en provincias y se organizaron ayuntamientos y diputaciones por medio del sufragio. Se impulsó la educación que garantizaba la existencia de escuelas primarias. A este programa liberal se opuso la monarquía y los absolutistas. Las reformas en el campo causaron el descontento de los campesinos, ya que no tenían acceso a la tierra, pues se convertían en arrendatarios, aparceros o jornaleros, y una rebaja de impuestos.
La nobleza y la iglesia, perjudicadas por la supresión del diezmo y los privilegios, y por la venta de bienes, estimularon la revuelta contra los gobernantes del Trienio. El triunfo del liberalismo en España contagió a otros territorios (Nápoles, Portugal, el Piamonte), y alarmó a las potencias que habían formado la Santa Alianza. La demanda de ayuda de Fernando VII dio lugar a la formación de un ejército francés, los Cien Mil Hijos de San Luis, que bajo el mando del duque de Angulema, invadíó España en 1823 para así restablecer el orden tradicional.
3. La Década Ominosa (1823 -1833). Con el regreso al absolutismo hubo una gran represión de la oposición, como Mariana Pineda, y un retorno al inmovilismo político. Se creó un cuerpo militar encargado de la persecución del liberalismo. La mayor preocupación del rey fue el problema económico. Había déficit del Estado (emisión de deuda pública y petición de préstamos al extranjero). Se crea el Consejo de Ministros y se reorganiza la Hacienda, establecíéndose el presupuesto anual del Estado. Se crea la Bolsa y el Ministerio de Fomento y se promulga el código de comercio. Se establecen medidas para controlar el gasto público, y se pide la colaboración de la burguésía financiera e industrial. También se aplica una política proteccionista en defensa de la industria textil catalana. Este acercamiento a los liberales fue mal visto por nobleza y clero, que descontentos con el rey porque no había repuesto la Inquisición, querían que castigara más a los liberales. Los descontentos se agrupan alrededor de Carlos María Isidro. CONCLUSIÓN Fernando VII siempre antepuso sus intereses personales a los de su pueblo. El reinado de Fernando VII tiene muchos aspectos negativos para la historia de España. La restauración del absolutismo encendíó el odio entre los españoles. El periodo se caracterizó por la represión política, el exilio y las continuas conspiraciones. El final del reinado estuvo marcado por las ideas que se estaban imponiendo en Europa (revoluciones de 1830). Finalmente, Fernando VII tuvo que abrazar el liberalismo como estrategia para poder defender los derechos al trono a su hija Isabel, cuestionada en legitimidad por la Ley Sálica, que la vetaba como legítima heredera.

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