Resumen de las revoluciones burguesas y nuevas naciones

Hacia una restauración moderna

Al día siguiente de la batalla de Waterloo, las potencias europeas se dispusieron a reorganizar un mapa de Europa. Los objetivos principales eran asentar un nuevo orden estable y evitar la vuelta de la revolución.
Se tuvo un cuidado especial en no aplicar medidas excesivamente humillantes a la vencida Francia.
El nuevo monarca francés, Luis XVIII de Borbón, otorgó una constitución con muchos postulados de carácter liberal moderado.

El Congreso de Viena

Se reunieron las naciones vencedoras: Austria, Prusia, Gran Bretaña y Rusia. También se reunió Francia
Resoluciones:
-El Imperio Austriaco se anexionó Lombardía-Venecia y los ducados de Parma, Módena y Toscana. También el Tirol, Iliria y Dalmacia
-Los Borbones retornaron al reino de las Dos Sicilias
-Los Estados Pontificios se situaron en el centro de la Península
-Rusia se aseguró la posesión de Finlandia y Besarabia, así como el reino de Polonia
-Prusia se anexionó Sajonia, Pomerania y Westfalia.
-Los Países Bajos estaban formados por Luxemburgo, Bélgica y Holanda
-Suecia se incorporó Noruega y parte de Finlandia
-Dinamarca se anexionó Holstein y Lauenburgo
-Alemania se unió en 41 Estados (Confederación Germánica)
-Francia volvió a sus fronteras de 1792

El nuevo orden europeo. La Santa Alianza

El Congreso de Viena estableció también mecanismos para garantizar el nuevo orden político europeo. Las cuatro grandes potencias que habían derrotado a Napoleón (Austria, Gran Bretaña, Rusia y Prusia), más la Francia de los Borbones restaurados, acordaron reunirse periódicamente para tratar asuntos internacionales.
Por su parte, Rusia, Austria y Prusia llegaron a un acuerdo bautizado como Santa Alianza. Tanto los distintos congresos celebrados como la Santa Alianza tenían como objetivo establecer el derecho de sus miembros a intervenir en cualquier país en el que brotaran amenazas revolucionarias. Este sistema fue denominado sistema Metternich.
En Francia, la constitución otorgada por Luis XVIII establecía un sistema bicameral: la Cámara de los Pares era nombrada por el monarca, mientras que la Cámara de los Diputados era elegida por sufragio censitario.
A pesar de esas imitaciones, su composición era cada vez más liberal.
Carlos X heredó el trono de Luis XVIII. Era de talante más autoritario.
En Gran Bretaña, durante los reinados de Jorge IV y Guillermo IV funcionaba un sistema político parlamentario en torno a dos partidos, conservadores y liberales, por lo que el poder del monarca estaba sometido al Parlamento.
En Prusia se llevó a cabo una serie de reformas: quedó abolida la servidumbre hereditaria, se acabó con los gremios y con los monopolios señoriales, y se organizó un sistema fiscal moderno.
En Rusia, el zar se manifestaba como un auténtico contrarrevolucionario y antiliberal. Concedió una constitución al reino de Polonia, pero se la negó a Rusia

Los factores del movimiento independentistas

La iniciativa en los procesos revolucionarios fue de los criollos, que eran hijos o descendientes de españoles o portugueses.
Los dirigentes de la economía y de la política de estas sociedades eran siempre criollos. Estas diferencias condicionaron las características del proceso de liberación de los pueblos latinoamericanos, así como su desarrollo posterior.
En las colonias habían surgido movimientos de protesta. Los conflictos cada vez eran más frecuentes y las culturas indígenas estaban más asentadas. Los campesinos se revelaban contra la dominación de los peninsulares y contra los aumentos de la presión fiscal.

Las primeras revoluciones: 1808-1814

El vacío de poder creado por el traslado de la familia real española a Francia provocó en América Latina la misma reacción que se había producido en España: la creación de juntas de gobierno.
En Buenos Aires se constituyó una junta en mayo de 1810. En 1811, se proclamó una doble independencia, la de Uruguay y Paraguay. En Chile, el independentista OHiggins se puso al frente de una junta de gobierno.
Estos procesos se repitieron en las principales ciudades. En 1811 se reunió en Caracas un Congreso de Notables, que proclamó la independencia y adoptó una constitución federal, destacando en este hecho el líder Simón Bolívar. Otra capital virreinal, Santa Fe de Bogotá, convocaba un congreso nacional de los territorios de Nueva Granada.
En México, los primeros movimientos independentistas tuvieron como protagonistas a Miguel hidalgo y José María Morelos. Aunque se proclamó la independencia en 1813, las clases acomodadas criollas y el ejército español liquidaron la revuelta y ejecutaron a sus dirigentes.

Los libertadores y la independencia

Los esfuerzos por conseguir la independencia no habían desaparecido.
El foco argentino del Río de la Plata se había mantenido prácticamente independiente. De allí salió la expedición militar de José de San Martín en dirección a Chile, donde derrotó a las tropas españolas y tomó la capital, Santiago. San Martín contribuiría decisivamente con su esfuerzo militar a la independencia de Argentina, Chile y Perú.
El golpe decisivo contra el imperio español fue precisamente el ataque de argentinos y chilenos al virreinato de Perú. El virrey español tuvo que abandonar Lima y se proclamó la independencia peruana.
Simón Bolívar entró con sus tropas en Santa Fe de Bogotá, ocupó Caracas, y Venezuela alcanzó la independencia.
La derrota del ejército español en Ayacucho selló el final de la dependencia española y el nacimiento de las nuevas naciones americanas.
La delimitación de las nuevas naciones era inicialmente incierta. Bolívar pensaba en una Gran Colombia que reuniera las actuales Venezuela, Colombia y Bolivia, y, para una segunda fase, en una federación de estados americanos hispánicos, similar a la que estaban construyendo los Estados Unidos.
México siguió un camino diferente. Agustín de Iturbide convirtió México en un imperio independiente.
En 1823, las Provincias Unidas de América Central se declararon libres e independientes de la Antigua España, de México y de cualquier otra provincia

Revoluciones burguesas del Siglo XIX

La revolución Francesa abrió camino a otros muchos países que intentaron acabar con los poderes y premisas del AR. Un ejemplo de esto son las distintas oleadas revolucionarias que encontramos en el S XIX.

REVOLUCION DE 1820

La primera de todas la encontramos en España, a causa del marcado absolutismo mostrado por Fernando VII y que provoco la sublevación de comandante Riego, viéndose el rey obligado a jurar la constitución de 1812 pero la intervención de las potencias absolutistas europeas mediante los llamados Cien Mil Hijos de San Luis, origino el restablecimiento del poder del monarca.
Uno de los grandes problemas de este momento fue la cuestión de Oriente, sobre todo por los intereses austriacos y rusos en los Balcanes, ante el dominio que ejercía sobre esta zona del imperio turco. Una de las consecuencias del enfrentamiento entre los distintos países fue la independencia de Grecia en 1830.

REVOLUCION DE 1830

Estos movimientos se dieron en varios países:

Francia, Fue provocada por el rey Carlos X al suprimir la libertad de prensar y disolver la cámara de los diputados. El pueblo entabló varias luchas contra el ejército real, al que derroto, eligiéndose por los diputados como rey a Luis Felipe de Orleans, que tenia un carácter mucho mas liberal y que instauro una monarquía burguesa.

Bélgica, Se produjo a partir de la sublevación del pueblo en Bruselas que consiguió derrocar el dominio Holandés, promulgándose una constitución con marcados tintes liberales.

Polonia, Los alzamientos fueron reprimidos duramente por las tropas rusas.

España, La muerte de Fernando VII condujo a la división del pueblo español y a las guerras entre carlistas y liberales moderados.

REVOLUCION DE 1848

También conocida como la primavera de los pueblos se produjeron sobre todo por el mal estar social generado por el proceso de industrialización y las dificultades económicas, hambre…

Francia, La expansión parisina tuvo como desencadenante la prohibición por parte del gobierno de reuniones políticas organizadas por sectores radicales. Esto provoco una oposición feroz contra el rey Luis Felipe de Orleans, produciéndose revueltas que obligaron al monarca a salir del país. El siguiente paso fue construir un gobierno constitucional, proclamándose la Republica Francesa. Durante esta se aprobaron leyes que establecieron el sufragio universal masculino, la libertad de prensa, la abolición de muerte, y la supresión de la esclavitud.Cuando el gobierno decretó el cierre de los talleres nacionales se desencadeno un nuevo brote revolucionario que intento ser aplastado cruelmente y que motivo la muerte y la detención de un gran numero de trabajadores. Este enfrentamiento supuso la división de las clases medias y trabajadoras, produciéndose nuevas elecciones, en las que es elegido como presidente de la republica Luis Napoleón Bonaparte, que tras un posterior golpe de estado, se convierte en emperador, inaugurando el II Imperio Frances.

Austria, Italia y Alemania,La ola revolucionaria parisina se entendió por toda Europa. En Viena la revuelta de estudiantiles y populares provocó la destitución de Metternich, constituyendo por primera vez una monarquía parlamentaria y constitucional. Fernando I abdico en Francisco José I.

En los pueblos eslavos, En Hurgaría e Italia del norte los movimientos continuaron por culpa del autoritarismo austriaco que los denominara hasta prácticamente el final de la Guerra Mundial.

En otros lugares como Italia y Alemania, los intentos revolucionarios no fructificaron, pero si dejaron una puerta abierta para una posterior independencia y unificación.
Consecuencias de la revolución de 1848
Aunque fue un proceso rápido y por tanto pueda parecer un fracaso, no lo fue. Se consiguió acabar con el feudalismo, se establecieron regimenes parlamentarios con constituciones moderadas y sistema electoral censitario.
Además las fuerzas sociales, a partir de este movimiento participaron en los procesos de cambio contra la burguesía dominante y contra los propios estados liberales, que ellos mismo habían contribuido a crear.

Fundamentos ideológicos del nacionalismo

El nacionalismo, el liberalismo y el socialismo fueron los grandes motores ideológicos y políticos del siglo XIX.
El nacionalismo renació con fuerza en los años siguientes a 1848. Había dos situaciones diferentes: por un lado, los numerosos estados alemanes e italianos. Por otro lado, los pueblos que se encontraban sometidos a la dominación extranjera. En estos pueblos, los objetivos de los nacionalistas eran la liberalización y la creación de su propio estado. Entre 1850 y 1870, los logros más notables del nacionalismo europeo fueron las unificaciones de Alemania y de Italia

La unificación alemana

El sentimiento nacional alemán se vio potenciado por la Revolución Francesa y constituyó el principal motor de los acontecimientos de 1848 en el mundo germánico. La Confederación de Estados Alemanes estaba sometida a la influencia del reino de Prusia y Austria.
El reino prusiano fue quien tomó la dirección del proceso de unificación, que excluyó a Austria. En 1861 comenzó a reinar en Prusia Guillermo I y en 1862 accedió a la cancillería Otto Von Bismarck, que fue el gran forjador de la unidad alemana.
Prusia estaba muy desarrollada económicamente y había establecido una unión aduanera con los estados alemanes del norte para crear una zona de libre mercado que facilitase la circulación de personas y mercancías.
Los ducados de Schleswig y Holstein y su población eran partidarios de la anexión a la Confederación Germánica. Prusia, conjuntamente con Austria, declaró la guerra a Dinamarca y ambas potencias se repartieron estos territorios del norte. En 1866 se produjo una grave tensión entre Austria y Prusia cuando Bismarck ordenó que las tropas prusianas entraran en Holstein, zona gobernada por Austria. Estalló la guerra, aunque se liquidó en pocas semanas al ser vencidos los austriacos en Sadowa
Un tratado suscrito en 1867 por Prusia y 21 estados alemanes formó la Confederación de la Alemania del Norte; una constitución inspirada por Bismarck establecía dos cámaras: un Bundesrat (consejo) y un Reichstag (parlamento), cuyos diputados eran elegidos por sufragio universal masculino
El ejército francés fue derrotado y las tropas alemanas llegaron a las inmediaciones de París, y fue en Versalles donde quedó proclamado el imperio alemán.

La unificación italiana

El Risorgimento es el proceso de afirmación cultural y política que condujo a la unificación italiana y a la creación de un nuevo estado liberal en Italia.
Los italianos eran partidarios de la unificación, pero no estaban de acuerdo en el tipo de unidad al que querían llegar. Los sectores más conservadores pensaban en una federación de estados. Las clases populares eran partidarias de una república democrática.
Fue necesario un reino que se pusiera al frente del proceso de unificación. El motor de la unidad fue el reino de Piamonte-Cerdeña. Víctor Manuel II y el Conde de Cavour dirigieron el proceso.
Los levantamientos contra el dominio austriaco en Milán y Florencia ayudaron a que tropas piamontesas y francesas derrotaron al ejército austriaco. Milán y Lombardía fueron incorporados al reino de Piamonte. Módena, Parma y Toscana derribaron sus regímenes absolutistas y votaron su anexión a Piamonte-Cerdeña. La Italia del norte quedaba unida así bajo la dirección de la monarquía de Víctor Manuel II.
El paso siguiente fue la incorporación del sur de la península y de Sicilia. La expedición de Garibaldi tomó Nápoles y el reino de las Dos Sicilias se unió al de Piamonte. Venecia se incorporó a Italia aprovechando la derrota austriaca frente a los prusianos en 1866. El ejército italiano ocupó la Roma papal y estableció allí la capital del reino de Italia. Comenzaba un conflicto entre el Vaticano y el nuevo estado italiano que no se solucionaría hasta 1929.

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