Tradiciones que trajeron los españoles a América

Carlos IV comienza su reinado en 1788, condicionado por la Revolución Francesa, y mantiene a Floridablanca
como primer ministro, el cual cerró la frontera y aduana para frenar las ideas revolucionarias, este será sustituido
por Godoy en 1792. La ejecución de Luis XIV en 1793 provoca la Guerra de Convencíón entre España y Francia, la
cual finaliza con la derrota española y la firma del Tratado de Basilea. En 1796 se firma el Tratado de San
Ildefonso, que dicta una política de colaboración con Francia, que llevó a España a la derrota de Trafalgar (1805),
lo que supuso el hundimiento como potencia marítima. En 1807, mediante el Tratado de Fontainebleau, Godoy
permite a Napoleón atravesar el territorio español para conquistar Portugal. A finales de 1807, la situación social y
económica se agravó, aumentando la mortalidad, además, el comerció colapsó y el Estado se declaró en bancarrota.
Ese mismo año, Fernando consiguió el perdón de su padre mediante El proceso del Escorial, tras delatar a sus
partidarios. En 1808, Murat entra a España ocupando ciudades estratégicas, lo que hizo sospechar sobre su
intención de ocupar España, pero el 18 de Marzo, estalla el Motín de Aranjuez, en el que soldados y campesinos
asaltaron el palacio de Godoy y obligan a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando VII y despedir al valido. El Rey
pide ayuda a Napoleón y el 2 de Mayo, cuando Carlos IV y Fernando VII debían salir hacia Bayona, el pueblo de
Madrid se alza contra las tropas francesas. Las tropas de Murat intentaron frenarla, pero la insurrección se extendíó
por toda España, dando lugar al inicio de la Guerra de la Independencia (1808-1814). Se generalizaron las luchas
callejeras y el levantamiento contra los franceses, lo que supuso la máxima autoridad de Murat en la Península y
más de un millar de víctimas entre ambos bandos. El 5 de Mayo se produjeron las Abdicaciones de Bayona:
Fernando abdicó a favor de sus padres, y estos de Napoleón, a cambio de castillos en Francia y rentas (exilio
dorado). Finalmente, Napoleón abdicó en su hermano José Bonaparte, y mediante la firma del Estatuto de Bayona
(Julio de 1808) se establecíó un régimen autoritario, con soberanía nacional, Cortes y algunos derechos individuales
y económicos. En la Guerra de la Independencia hay que distinguir tres vertientes: un conflicto internacional en el
que participan España, Inglaterra y Portugal contra Francia; una guerra civil, en la que se distinguen afrancesados,
los cuales apoyan a José y son partidarios del Despotismo Ilustrado, son intelectuales, funcionarios y alta nobleza, y
le apoyan porque piensan que así se frenaría la guerra


, y por otra parte se forma el frente político, los cuales se
levantaron contra los franceses, a este frente pertenecen los ilustrados (deseaban la vuelta del rey para continuar las
reformas), los liberales, (esperaban la transformación del Antiguo Régimen en un régimen liberal), y los
absolutistas, (querían la vuelta del Antiguo Régimen); y se forma una crisis política, que forma la Junta Central
Suprema, un poder político alternativo presidido por Floridablanca, que asumíó la tarea de dirigir la guerra y
gobernar el país. La Guerra se dividíó en tres fases. De Mayo a Noviembre de 1808, los soldados sofocaron los
alzamientos urbanos de las ciudades más importantes, destaca la batalla de Bailén, en la que un ejército francés
dirigido por Dupont fue derrotado por otro español, lo que significó la primera derrota napoleónica en tierra. De
Noviembre de 1808 a Julio de 1812, Napoleón en persona dirige la contraofensiva de la Grande Armée y avanza
hasta Madrid (batalla de Somosierra), donde restablece a José. Obligado a volver a París, sus generales continúan
con la ocupación. Los españoles, al no tener un ejército digno, inventan un sistema denominado guerra de
guerrillas, que consistía en un grupo espontáneo y popular de la resistencia armada que sorprendía a los franceses
para atacarlos, lo que hacía que les resultara difícil capturarlos, esto minó la moral de los soldados franceses y
además les obligó a mejorar sus misiones de escolta. Esto consiguió controlar el avance francés y que la Junta
Suprema Central firmara con Inglaterra una alianza contra Napoleón. Por último, de Julio de 1812 a Diciembre de
1813 los españoles pasaron a la ofensiva, Napoleón sacó sus mejores tropas, sin embargo, nuevas derrotas francesas
(Vitoria y San Marcial, 1813) provocaron su expulsión de España. Mediante el Tratado de Valençay (1813), se
devuelve la corona a Fernando VII y concluye la guerra. Este período supuso un colapso demográfico debido a las
muertes (también por epidemias y hambruna), además del exilio de los afrancesados. Ciudades como Zaragoza y
Gerona quedaron arrasadas (también algunos monumentos y obras de arte), sufrieron daños económicos la industria
textil catalana, el mercado de las colonias y sobre todo los campesinos, debido a los aislamientos masivos y campos
arrasados, y se arruinó la Hacienda española. Por otro lado, se avivó el proceso de independencia de la América
española, que se negó a acatar la nueva monarquía francesa y establecieron un autogobierno que supuso el inicio de
la emancipación.

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