Despotismo ilustrado en España: reformas, ministros y legado de Carlos III (siglo XVIII)

Despotismo ilustrado: concepto y características

Llamamos despotismo ilustrado a la teoría política de la segunda mitad del siglo XVIII que trata de aunar el absolutismo con las ideas filosóficas de la Ilustración, sin destruir el Antiguo Régimen. Los monarcas adoptaron un discurso paternalista por el que sólo un rey filósofo sabía lo que convenía a sus súbditos e impulsaría su bienestar. Se buscará la felicidad del pueblo, pero no se le considerará maduro para tomar decisiones políticas propias: todo para el pueblo, pero sin el pueblo.

Defendían la centralización del Estado, la supresión de jurisdicciones de la nobleza y de la Iglesia, la mejora de la instrucción pública y el desarrollo económico y social. Rodeados de ministros ilustrados como Esquilache, Floridablanca o Jovellanos, se emprendieron una serie de reformas económicas y administrativas. Sin embargo, fieles a los principios políticos del despotismo, no se puso en duda el poder absoluto de la monarquía ni la validez del régimen absolutista y de la sociedad estamental.

Carlos III: el modelo del rey filósofo

Carlos III representa el ideal del rey filósofo. En su reinado podemos distinguir dos etapas:

  • Etapa italiana (1759-1766)

    Gobiernos de Esquilache y Grimaldi. Los intentos de introducción de reformas encontraron una viva reacción que culminó en el Motín de Esquilache en 1766. En este periodo se produjo la expulsión de los jesuitas (1767), acusados de fomentar el motín.

  • Etapa dominada por ministros ilustrados españoles (1766-1788)

    Ministros como Aranda, Floridablanca y Campomanes tomaron un papel destacado. En esta etapa se ensayaron diversas reformas económicas, sociales, políticas y eclesiásticas cuyo objetivo era abolir algunos de los privilegios propios de la sociedad del Antiguo Régimen, pero muchas no se llevaron a cabo por la oposición del clero y la nobleza.

Proyectos y reformas de inspiración ilustrada

Dentro del espíritu racionalista que imperaba en el reinado de Carlos III (despotismo ilustrado) se iniciaron proyectos de clara impregnación ilustrada, entre ellos:

  • Regalismo: se acentuó el regalismo, limitando el poder de la Inquisición, reduciendo el número de monasterios y seminarios religiosos. Expulsión de los jesuitas en 1767.
  • Educación: estímulo de la educación mediante la creación de escuelas estatales no religiosas, fomento de la formación profesional y, a través de las Sociedades Económicas de Amigos del País, divulgación de inventos, nuevas ideas e innovaciones técnicas. Se fundaron las Reales Academias (Historia, Artes, Lengua) y centros de investigación (Jardín Botánico, Observatorio Astronómico, etc.).
  • Reformas financieras: medidas para obtener más ingresos, como la creación de la Lotería Nacional y, en 1782, la creación del primer banco estatal, el Banco de San Carlos (posteriormente Banco de España).
  • Reformas económicas: en 1783 se declararon honestas todas las profesiones. Entre las medidas económicas destacaron:

Reformas agrarias, industriales y comerciales

  • Agricultura: se limitaron los privilegios de la Mesta, se apoyaron las propuestas de Pablo de Olavide de colonización de nuevas tierras y se impulsaron proyectos de reforma agraria. Entre estos proyectos destaca el Expediente de Ley Agraria.
  • Industria: práctica del proteccionismo para las manufacturas españolas y creación de las Reales Fábricas.
  • Comercio: supresión de aduanas interiores y liberalización del comercio con América. Se mejoraron las infraestructuras de transporte y se facilitó la libre circulación de mercancías.

Reformas urbanas y militares

  • Reformas urbanas: Carlos III inició medidas en Madrid como empedrar calles, establecer alumbrado público, crear jardines públicos y fuentes, y regular el sistema de evacuación de residuos.
  • Reformas militares: se estableció el servicio militar obligatorio mediante un sistema de quintas; se reorganizó la estructura del ejército, creando las diferentes armas (infantería, artillería, etc.) y se formó un cuerpo de oficiales profesionales.

Balance del reinado de Carlos III

El balance del reinado de Carlos III es bastante contradictorio. Al igual que los Austrias Mayores durante el siglo XVI, fue un rey enérgico que ejerció el gobierno directo. Supo rodearse de colaboradores eficaces y desplegó una política de reformas de la que fue inspirador. Sus reformas tuvieron un éxito limitado por varias razones, entre las que destacan la oposición de los estamentos privilegiados (nobleza y clero).

Los aspectos más negativos del reinado de Carlos III residen en su agresiva y belicista política exterior, que generó además un elevado endeudamiento de la Hacienda real. El lado más positivo de su reinado es su voluntad reformista y su capacidad para contagiar a los sectores sociales más dinámicos de la sociedad española.

Sucesión y continuismo

Tras el fallecimiento de Carlos III le sucede Carlos IV (1788-1808), más conservador que su antecesor y cuyo reinado estará marcado por la Revolución francesa y sus consecuencias para España, llegándose finalmente al colapso del Antiguo Régimen.

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