La Guerra Civil: la dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra

La guerra civil:
La dimensión política e internacional del conflicto:
Durante la guerra se sucedieron tres gobiernos en la España republicana. Una de sus primeras medidas fue armar a los obreros, que formaron milicias para enfrentarse a los sublevados. La España republicana durante la guerra significó la legalidad constitucional expresada en las urnas en Febrero de 1936. Sin embargo, esa legalidad se tradujo internamente en falta de autoridad, desorden y predominio de los elementos más exaltados, es decir, la revolución en marcha dentro de la guerra, por lo que el Gobierno se encontró casi siempre desbordado. El poder político se desplazó desde el Partido Socialista hacia los sectores comunista y anarquista; pero estos últimos, a su vez, se fraccionaron en diversos grupos que acentuaron la disgregación. El elemento más significativo de la revolución social fue, sin duda, la colectivización de una gran parte de la propiedad industrial y agraria. También en estos primeros meses de la guerra se desencadenó una respuesta popular espontánea contra todo lo que pudiera tener una relación con los llamados “facciosos” (sublevados). La escasa preparación de las milicias y la falta de un mando militar único y los desordenes sociales, fueron causas por las que Azaña encargó un nuevo gobierno a : Gobierno Largo Caballero (sept.1936-Mayo 1937. Constituyó un gobierno formado por republicanos, socialistas, comunistas y por primera vez algunos anarco-sindicalistas, con el objetivo recomponer el poder del Estado y dirigir la guerra por lo que se militarizaron las milicias y se creó el Ejército Popular con el general Rojo como Jefe del Estado Mayor. Pero una serie de fracasos militares volvieron a abrir el enfrentamiento entre las fuerzas republicanas. El conflicto se saldó con más de 200 muertos, la derrota de los anarquistas y poumistas y una fuerte crisis de gobierno provocaron la sustitución de Largo Caballero (Mayo 1937) Gobierno Negrín ( Mayo 1937-marzo1939) Formaron parte del nuevo gobierno los partidos del Frente Popular, incluidos vascos y catalanes, pero sin la UGT ni la CNT. Indalecio Prieto asumíó el Ministerio de la Guerra y el nuevo gabinete basó su política en la prioridad del esfuerzo militar. Para ello se reforzó el poder central, se unificó la dirección de la guerra y se integraron todas las milicias en el Ejército Popular. Cuando se firmó el Pacto de Múnich, por el que Gran Bretaña y Francia se plegaban al expansionismo nazi, Negrín con la ayuda de los comunistas insistía en la necesidad de resistencia militar, con la esperanza de un conflicto en Europa , entre las democracias y el fascismo que daría un nuevo giro al conflicto español. Tras la caída de Cataluña en Enero y Febrero de 1939, Gran Bretaña y Francia reconocieron al gobierno de Franco. Manuel Azaña presentó en París su dimisión como presidente.En Marzo de 1939 el general Casado dio un Golpe de Estado contra Negrín. El anticlericalismo se endurecíó en la zona republicana a medida que se radicalizaba la situación política como consecuencia de las derrotas militares. La zona nacionalista durante la guerra El 1 de Octubre de 1936, una Junta de generales proclamó Generalísimo a Franco. ( desde el inicio de la guerra se había creado la Junta de Defensa Nacional. Éste no se definíó sobre la forma del Estado hasta mucho tiempo más tarde, entendiendo su jefatura como vitalicia (era, pues, Jefe del Estado, Jefe del Gobierno y Generalísimo de los ejércitos). De cara a la guerra Franco se propuso el fortalecimiento del Ejército dentro de una rígida disciplina, que completó con nuevas medidas: llamada de varias quintas sucesivas, ascenso de suboficiales de carrera y creación de academias militares y del cuerpo de alféreces provisionales. Con la guerra claramente a su favor, Franco culminó la configuración política del nuevo régimen con la Ley de Administración Central del Estado, que confirmó la concentración de poder político y militar en sí mismo. Tanto el clero español como la Santa Sede estuvieron abiertamente de su parte y, así, el levantamiento militar fue justificado y bautizado con el nombre de Cruzada. El abastecimiento y la situación material nunca fueron tan precarios como en el bando republicano. LA DIMENSIÓN INTERNACIONAL DEL CONFLICTO. La dimensión internacional de la Guerra Civil española. La Guerra Civil dejó de ser rápidamente un conflicto interno para adquirir dimensiones internacionales. Era, en definitiva, el anticipo del gran dilema que desembocaría en el mayor conflicto que vieron los siglos: la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría posterior. No es difícil entender, por tanto, que cada uno de los dos bandos en guerra tuviera sus propios patrocinadores, en la medida en que cada una de ellas asumía como propia la ideología de los bandos combatientes, y su modelo de estado y sociedad, a pesar de las recomendaciones del Comité de No Intervención. ( Francia y Gran Bretaña, neutrales, por miedo a una guerra general, trataron de imponer a nivel internacional sus medidas de prohibición de venta de armas a los combatientes ). La ayuda dependíó además de los cambios políticos en Francia; más efectiva cuando había gobiernos de izquierda y más retraída si lo eran de derecha, pero en cualquier caso con la exigencia del pago inmediato. Más efectiva porque, a pesar de que fue escasa en hombres, fue en cambio abundante en material de guerra: carros de combate y aviones especialmente. Las Brigadas Internacionales fueron un elemento más propagandístico que efectivo de la ayuda extranjera a la República. Tras su llegada a España, las Brigadas Internacionales fueron acantonadas y entrenadas en Albacete, desde donde partieron hacia los diversos frentes, especialmente hacia la zona Centro, donde su eficacia militar dejó mucho que desear, especialmente en la Batalla del Jarama, aunque desempeñaron, no obstante, un importante papel en la defensa de Madrid. LOS APOYOS AL BANDO NACIONAL Aquí la ayuda fue menos espectacular aunque más efectiva. La Italia fascista y la Alemania nazi no escatimaron su ayuda al bando alzado, con mayor eficacia y generosidad que la demostrada a la República por sus aliados o simpatizantes. La ayuda más importante fue la Italiana con el envío de 70.000 hombres encuadrados en unidades militares voluntarias, no siempre eficaces en el campo de batalla, tal como se puso de manifiesto en la batalla de Guadalajara, saldada a favor de la República. No obstante, la ayuda en material de guerra fue también muy importante, aunque menor que la alemana. La ayuda alemana en material de guerra fue decisiva para cambiar en favorable a Franco la adversa situación que padecía en el momento del alzamiento. Otros países como Irlanda o Portugal enviaron pequeños contingentes de soldados, sin demasiada relevancia. A pesar de que la ayuda recibida por uno u otro bando fuera similar, cabe no obstante hacer algunas consideraciones: La ayuda italiana y alemana fue más rápida y decidida, además de generosa: las potencias fascistas no exigieron el pago inmediato, y mucho menos por adelantado, del material suministrado. La ayuda militar a las dos partes contribuyó a la prolongación de la guerra, al incremento de las destrucciones económicas y a las pérdida de vidas humanas (cerca de 300.000 en las operaciones militares y casi el doble si se suman los muertos habidos en las respectivas retaguardia) LAS CONSECUENCIAS DE LA Guerra Civil. Consecuencias demográficas El fin del conflicto de caracteriza por el movimiento de un enorme número de población que sufre traslados por campos y ciudades en condiciones de miseria, especialmente sentida den las grandes urbes, como Madrid, donde Auxilio Social distribuye 700.000 raciones de comida al día. Merece crédito la cifra de 560.000 muertos ocasionados por la guerra, ya en combate o a causa de bombardeos sobre la población civil, represión, inanición o enfermedad. Se calcula en más de 300.000 las casas destruidas en ciudades que son arrasadas, como Guernica, o que quedan muy afectadas, como Madrid, Teruel, Málaga y Barcelona. Asimismo ha que añadir la desaparición de 510 toneladas de oro del Banco de España por pago de armamento y víveres efectuados por el gobierno republicano a Francia, la URSS y México. Sociales La política represiva de la posguerra agravó la división social que se creó durante la guerra, haciendo imposible la reconciliación entre vencedores y vencidos. El exilio y la represión Con el final de la guerra se abre un período de exilio para miles de familias que deciden salvar sus vidas al otro lado de la frontera. La mayor parte de ellos terminan hacinados en campos de refugiados franceses, donde esperan embarcar para América; allí contribuirán al desarrollo cultural de los países latinoamericanos. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Francia por las tropas de la Wehrmacht (ejército alemán), miles de españoles republicanos se enrolan en el ejército y en la resistencia francesa. Muchos otros son entregados a los alemanes por las autoridades del régimen colaboracionista de Vichy y recluidos en campos de concentración como Dacha, Treblinka, Mauthausen y Oraniemburg, donde termina confinado Largo Caballero. Lluís Companys, presidente del gobierno catalán, es entregado a las autoridades franquistas, que lo fusilan de forma inmediata. En el interior de España, el estado de guerra continúa hasta 1948. Se improvisan campos de concentración, cárceles en las plazas de toros y en los campos de fútbol para internar, en condiciones mi


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