Las operaciones militares guerra civil

LA GUERRA CIVIL

Durante los años de la república se sucedieron una serie de problemas y conflictos, debidos principalmente a las reformas (religiosa, educativa, militar, agraria, territorial, social…) entre los partidos políticos, lo que polarizó el Congreso.  Hubo, durante esta etapa, una radicalización política:
Por un lado sectores antirrepublicanos con tendencias dictatoriales y, por otro, las organizaciones obreras más radicales, partidarias de la revolución social.

La reacción de los sectores antirrepublicanos ante el triunfo del Frente Popular fue el desarrollo de una trama golpista que el gobierno trato de evitar reordenando los mando militares.  Se creó en España un clima de violencia callejera y enfrentamientos entre los dos bandos en los que se había dividido España.  Los gobiernos del Frente Popular fueron incapaces de ponerles freno.

SUBLEVACION

La sublevación esta dirigida por el General Emilio Mola.  Contaba con el apoyo de militares conservadores, alfonsinos, carlistas y falangistas.  El objetivo era  una sublevación conjunta de guarniciones con extremada violencia.

Se inició el 17 de julio en Marruecos, donde el general Francisco Franco se puso al frente, y se extendió en tres días al resto del territorio español.  La rebelión triunfó en Galicia, Castilla y León, parte de Extremadura, el sudeste de Andalucía (por el general Queipo de Llano), Canarias, Navarra (Mola), Mallorca y Aragón (Cabanellas).  Sin embargo fracasa en Madrid y Barcelona (en parte gracias a las milicias obreras) en el Levante, en Castilla la Mancha y parte de Extremadura y en toda la cornisa cantábrica.

Las principales ciudades y zonas industriales quedaron en poder del gobierno mientras las zonas agrarias, de mayoría católica, quedaron en manos de los sublevados o nacionales.

CONTEXTO INTERNACIONAL

La guerra estalló en un momento crítico en las relaciones internacionales.  Cualquier crisis hacía temer el desenlace de una nueva guerra mundial. Por eso, en agosto, 25 países entre los que estaban Francia, Inglaterra, URSS y Alemania.

Firmaron un Acuerdo de No Intervención, que prohíban la exportación a España de material de guerra.  Pero fue tan solo una farsa que dejó al gobierno legítimo en desventaja. Ante la inicial igualdad de fuerzas, ambos bandos solicitaron ayuda internacional.

La ayuda a la República vino en parte de México y Francia, pero sobre todo de la URSS (por razones políticas y estratégicas) que evitó su derrumbe inmediato.  Voluntarios de un amplio abanico ideológico formaron las Brigadas Internacionales, que se solidarizan con la causa republicana.  La República financió la guerra con las reservas de oro del Banco de España, depositadas en su mayoría en Moscú.

Los sublevados recibieron ayudas de la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Mussolini desde el principio de la guerra.  Los primeros aportaron carros de combate y aviación (Legión Cóndor) y los segundos el CTV  y la Aviazione Legionaria.  También fueron apoyados por el Estado Novo portugués y multinacionales angloamericanas (ayuda financiera). Esta ayuda fue regular, muy considerable y decisiva.

OPERACIONES MILITARES

El objetivo de los rebeldes era la rápida conquista de Madrid.  Pero el fracaso de Mola hizo que el protagonismo recayese en el ejército de África.  Franco, tras liberar el Alcázar de Toledo y ser nombrado generalísimo, llegó en octubre de 1936 a Madrid. Pero gracias a la llegada de carros soviéticos, la primera Brigada Internacional y la militarización de las milicias, la República soportó el asedio de las columnas franquistas.  Tras las batallas del Jarama y Guadalajara, Franco desistió.        

A partir de entonces, Franco inició una guerra de desgaste. Instaló el gobierno en Burgos y se dirigió contra el norte industrial y minero, aislado del resto de España.  La ofensiva se inició con los bombardeos de la Legión Cóndor (Guernica) y dominó el país Vasco en junio del 37. Un nuevo gobierno republicano emprendió varias ofensivas (Brunete, Belchite) para evitar la caída del norte, con resultados desastrosos.  Todo el norte era ‘nacional’ en octubre.

Tras la Batalla de Teruel a principios de 1938, que se saldó con el desplome republicano en todo Aragón, se dividió la zona republicana en dos,  aislando a Cataluña. En Junio Negrín, para unir la zona republicana, preparó la ofensiva de la Batalla del Ebro, la más encarnizada de la guerra.

A finales del 38 se produjo la ofensiva franquista sobre Cataluña y en enero de 1939 Barcelona cayó. Negrín trasladó el gobierno a Elda y trató de alargar el conflicto hasta el inminente estallido de una guerra mundial que le diese aliados.

En febrero Reino Unido y Francia reconocieron el gobierno de Franco y Azaña dimitió como presidente de la República.  El gobierno republicano trató de negociar la paz sin represalias, pero Franco se mantuvo intransigente.  A finales de marzo, los ejércitos franquistas entraron en Madrid casi sin resistencia y el 1 de abril se dio por acabada la guerra.

LA ESPAÑA REPUBLICANA

Hasta los primeros meses del 37 se desató el “terror rojo” a manos de las milicias y tribunales populares.  Se sucedieron incendios de iglesias y conventos, asaltos a prisiones (cárcel Modelo) y asesinatos de militares, clero y políticos derechistas. Se sucedieron las “sacas” o “paseos” en los que se asesinaba a los presos. Estas imágenes de violencia dieron muy mala publicidad a la República en el exterior.

Paralelamente, los anarquistas de la CNT. y parte de la UGT., emprendieron una profunda revolución social, cuya mejor expresión fueron las colectivizaciones de industrias y servicios y tierras. Republicanos, socialistas y comunistas se opusieron, ya que para ellos lo prioritario era ganar la guerra.

En septiembre de 1936, tras la dimisión de Giral, Largo Caballero formó un gobierno de coalición, con nacionalistas catalanes y vascos (estos últimos a cambio de la aprobación de su estatuto); la CNT quedó en principio fuera, pero en noviembre entraron en él cuatro ministros anarcosindicalistas.

En noviembre el gobierno se trasladó a Valencia, dejando en Madrid una Junta de Defensa. Se formó el Ejército Popular por la militarización de las milicias y se trató de establecer un poder central, aunque Cataluña y País Vasco ensancharon su autonomía.  Las tensiones se acrecentaron en el seno del gobierno, debido al rechazo de una parte a la hegemonía política de los sindicatos.  Tras unos enfrentamientos, en mayo del 37 en Barcelona, por el poder de la ciudad entre CNT y POUM contra socialistas y comunistas, Largo Caballero se vio aislado.

El nuevo gobierno del socialista Juan Negrín, reunía a los partidos del Frente Popular y el PCE. desempeñó un creciente protagonismo.  Negrín logró crear un autentico ejército profesional con un mando centralizado, organizando tambien una industrial de guerra y restableció el orden  público, acabando con la etapa revolucionaria (ilegalizó el POUM). También reconstruyó el poder del gobierno central. 

Ante el rumbo de la guerra, el gobierno se dividió entre los partidarios de negociar la paz con la mediación de Francia y Reino Unido (Azaña y Prieto) y los de resistir a ultranza (Negrín y comunistas). Negrín confiaba, tras exponer sus “trece puntos” de objetivos de la guerra, la solución sin represalias del conflicto, o resistir a la espera del estallido de la guerra mundial. Pero tras el frustrado Pacto de Munich y la derrota de la Batalla del Ebro buscó desesperadamente, a principios del 39, conseguir el apoyo de las potencias democráticas para formar una negociación de paz.  Su incapacidad de conseguirlo y el golpe de Estado del coronel Casado puso punto y final a la República

LA ESPAÑA NACIONAL

Tras el fracaso parcial de la sublevación y la carencia de un proyecto político, el ejército se convirtió en el pilar básico del nuevo estado y se creó en Burgos una Junta de Defensa Nacional.  En los territorios bajo control sublevado se aplicaron medidas para desmantelar la labor reformista de la República y se proclamó el estado de guerra.

Desde el primer momento, los militares practicaron una brutal, sistemática y selectiva represión, para sembrar el terror y eliminar toda resistencia. La represión en la retaguardia fue llevada a cabo por las milicias (requetés y falangistas).

Se unificó la dirección política y militar en la figura de Franco, quien había sido el encargado de conseguir ayuda internacional y controlaba el ejército de África, recibiendo los títulos de Generalísimo y Caudillo.

La unificación política, llevada a cabo por Serrano Súñer, creó un régimen de partido único similar al de los estados fascistas.  Este partido sería la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, fusión de falangistas y carlistas, también llamado Movimiento Nacional.

La Iglesia, cuya jerarquía había apoyado desde un principio a la rebelión militar, calificando incluso la guerra como “cruzada religiosa”, pasó a ser, junto al ejército y la Falange, el tercer pilar básico de la dictadura.

Franco organizó el estado reuniendo en su persona los tres poderes. Acabó con toda la obra reformista de la República. En política social, mediante el Fuero del Trabajo, sentó las bases de las relaciones laborales en el llamado estado nacional-sindicalista, donde empresarios y obreros se encuadraban en unos mismos sindicatos “verticales”.

El control ideológico lo llevó a cabo mediante la supresión de libertades de reunión y asociación e implantando la censura previa en la Ley de prensa y de imprenta.

La Ley de Responsabilidades políticas  institucionalizó la represión a los que habían apoyado la República.

CONSECUENCIAS: La principal consecuencia de la Guerra Civil española fue la gran cantidad de pérdidas humanas, muchas de ellas relacionadas con la violenta represión ejercida, y el elevado número de exiliados producidos por el conflicto.

En lo que respecta al aspecto económico, las consecuencias principales fueron la pérdida de reservas, la disminución de la población activa y la destrucción de viviendas y de las comunicaciones

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