Sociedad limitada nueva empresa

La Revolución Industrial fue un conjunto de importantes transformaciones económicas y sociales como consecuencia de la utilización masiva de máquinas en los procesos de producción. Se inició en Gran Bretaña en la segunda mitad del siglo XVIII y supuso el paso de una economía agraria y una sociedad rural a una economía industrial y una sociedad urbana.
La Revolución Industrial estuvo acompañada de importantes cambios:
∑ La revolución demográfica: hubo un importante crecimiento demográfico por el descenso de la mortalidad, gracias a la remisión de epidemias, los progresos sanitarios, y las mejoras en la alimentación y la higiene pública y privada. Así, aumentó la demanda de productos y la mano de obra.
∑ La revolución agrícola: el aumento de la demanda favorecíó la aplicación de innovaciones en la agricultura y la ganadería. Las revoluciones liberales acabaron con las propiedades señoriales y la tierra se convirtió en propiedad privada. Los agricultores obtuvieron mayores ingresos y pudieron formar un capital y hacer inversiones.
En la Revolución Industrial se pueden diferenciar dos fases: la Primera Revolución Industrial, que comenzó hacia 1760, y la Segunda Revolución Industrial, que se inició en torno a 1870.
La Primera Revolución Industrial
En la segunda mitad del Siglo XVIII, los pequeños talleres de artesanos empezaron a ser sustituidos por las fábricas, en las que se trabajaba con máquinas. Las primeras máquinas funcionaban con energía hidráulica, pero James Watt patentó la máquina de vapor y se convirtió en la principal fuente de energía, multiplicando la producción.
Cada obrero se especializó en una única tarea del proceso productivo, al ritmo que impónía la máquina. Esta división del trabajo aumentó la productividad y los precios disminuyeron. Destacaron la industria textil algodonera y la siderúrgica que incorporó altos hornos. Se difundíó por el mundo occidental una nueva doctrina económica, el liberalismo, basada en la teoría de Adam Smith, que abogaba por la división del trabajo y la libertad económica.
En el Siglo XIX se desarrolló una revolución de los transportes: aparecieron el barco de vapor y el ferrocarril. La máquina de vapor y el desarrollo de la industria del hierro tuvieron un papel importante. En 1825 se inauguró la primera línea de ferrocarril de carga en Inglaterra, y en 1830 se abríó la primera línea ferroviaria para el transporte de pasajeros. Se convirtió en un medio de transporte cada vez más rápido, seguro y barato, y aceleró la industrialización por los lugares que atravesaba. Los nuevos transportes tuvieron un fuerte impacto económico y social al facilitar las exportaciones y las migraciones.


La Segunda Revolución Industrial
A partir de 1870 se desarrolló la Segunda Revolución Industrial. Dos nuevas fuentes de energía fueron su base: la electricidad y el petróleo. La industria textil perdíó su liderazgo en favor del sector siderúrgico y de las industrias química y eléctrica. Se usaron nuevas materias primas para fabricar nuevos productos.
Se pasó de empresas pequeñas y unifamiliares a sociedades anónimas, en las que el capital se fracciona en participaciones o acciones que se negocian en la Bolsa. Los bancos fueron un elemento clave y surgíó el capitalismo financiero.
A finales del Siglo XIX se aplicaron nuevos sistemas para aumentar la producción: el taylorismo, en el que cada obrero se especializaba en una tarea y recibía un salario proporcional, y el trabajo en cadena y la producción en serie, que Henry Ford empleó en sus fábricas de automóviles. Para controlar los mercados, surgieron varias formas de concentración empresarial: cártel (asociación de empresas), holding (conjunto de empresas controladas por una de ellas) y trust (agrupación voluntaria de diferentes empresas).
La expansión de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial surgida en Gran Bretaña se expandíó por varios países. En Europa, Bélgica fue el primer país que se industrializó tras el Reino Unido. Alemania vio dificultada su industrialización por no ser un Estado unificado, pero creó el Zollverein, una uníón aduanera que permitíó crear un gran mercado interior. En el resto de Europa solo destacaron Dinamarca y Suecia. Estados Unidos se convirtió en una gran potencia industrial a finales del Siglo XIX por la rápida mecanización agraria, la abundancia de recursos naturales y la creación de un gran mercado interior favorecido por la rápida construcción de una red ferroviaria que recorría todo el país de costa a costa. En Japón, tras siglos de aislamiento y dominio, se desarrolló en la era Meiji un proceso de industrialización en el que se combinó el respeto a las tradiciones con la tecnología moderna.


Los efectos de la industrialización en la población
A lo largo del Siglo XIX se aceleró el crecimiento de la población europea. La producción se concentró en las ciudades, originando un éxodo campesino. La dificultad de las ciudades para absorber este éxodo tuvo como consecuencia, entre 1800 y 1924, que 60 millones de europeos emigraran a otros continentes.
La nueva sociedad industrial se basó en la igualdad jurídica, aunque las mujeres seguían subordinadas a los varones (padres o maridos). Desaparecieron los estamentos del Antiguo Régimen y la sociedad se dividíó en tres clases, diferenciadas por su capacidad económica y no por sus privilegios:


∑ Las clases altas: la aristocracia perdíó parte de su preeminencia social cuando se eliminaron sus derechos señoriales sobre los campesinos y comenzó a pagar impuestos. Surgíó una nueva clase dirigente: la alta burguésía, que se convirtió en la clase poderosa de la nueva sociedad industrial.
∑ Las clases medias: aparecíó una amplia clase media o pequeña burguésía. Era un grupo heterogéneo y valoraban el trabajo, el ahorro y la educación.
∑ Las clases bajas: con la Revolución Industrial surgíó el proletariado, integrado por los obreros; realizaban tareas que requerían poca cualificación y cobraban salarios muy bajos con largas jornadas.
La concentración de obreros en las fábricas les hizo tomar conciencia de su dura situación e intentaron mejorarla. Surgíó así el movimiento obrero: un conjunto de iniciativas colectivas llevadas a cabo por los trabajadores.
El ludismo fue un movimiento obrero contra las máquinas, a las que culpaban de su situación. Actuaban en nombre de un personaje ficticio llamado Ned Ludd.
El derecho de asociación se reconocíó por primera vez en Gran Bretaña en 1824, y surgieron los primeros sindicatos o trade unions, que reclamaban derechos y mejoras. Su principal instrumento de presión era la huelga. El primer movimiento organizado con fines laborales y políticos fue el cartismo.
El marxismo debe su nombre a Karl Marx, quien, junto con Friedrich Engels, publicó en 1848 el Manifiesto comunista. Afirmaba que en las sociedades industriales existe una lucha de clases entre opresores (la burguésía) y oprimidos (los obreros) y propónía emprender una revolución para destruir el capitalismo. Tras una fase de dictadura del proletariado, se establecería una sociedad comunista, sin clases sociales ni propiedad privada. Defendía la intervención de las organizaciones obreras en la política, lo que dio origen a los partidos socialistas, que se desarrollaron desde 1875.
El anarquismo tuvo como ideólogos a Joseph Proudhon y Mijail Bakunin. Los anarquistas se opónían a cualquier forma de Estado y aspiraban a sustituirlo por asociaciones voluntarias entre las personas. Defendían la colectivización de la propiedad y rechazaban los partidos políticos y la participación en las elecciones.
En 1864, las organizaciones obreras crearon la primera Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), que desaparecíó poco después por los desacuerdos entre socialistas y anarquistas. Algunos socialistas fundaron en 1889 la Internacional Socialista (Segunda Internacional) para coordinar las organizaciones obreras marxistas. Poco a poco, el movimiento obrero fue consiguiendo logros.
  

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