Somaten nacional 1923

Entre 1923 y 1930, España vivíó bajo una dictadura que no supo administrar el consenso del que gozó al principio, y que se hundíó tras el crack de 1929. // Los prácticamente seis años de dictadura, desde Septiembre de 1923 y Enero de 1930, fueron una tentativa de imponer soluciones regeneracionistas que impidieran el colapso del sistema de la Restauración. // Evidentemente, su fracaso contribuyó a acelerar la caída de la monarquía Alfonsina que, Miguel Primo de Rivera, el dictador, creía haber salvado. El fin de la Restauración, entre 1917 y 1923, vino marcado por la incapacidad de liberales y conservadores de levantar gobiernos estables y por el crecimiento de la protesta social. // Tras el fracaso de los liberales en su intento de acometer la reforma del sistema mediante un gobierno nacional presidido por Antonio Maura, los conservadores buscaron superar sus divisiones formando gobiernos de concentración entre 1919 y 1921. Por supuesto, al no lograrlo, la crisis política, económica y social se agudizó. // En Andalucía, en el campo, se produjeron las mayores agitaciones del período, conocidas como el Trienio Bolchevique; y en Barcelona, el fenómeno terrorista tuvo su mayor incidente, sobre todo en los enfrentamientos entre patronos y miembros de los Sindicatos libres y la CNT, que terminaron costando la vida al jefe de gobierno Eduardo Dato en Marzo de 1921. // Si a todo esto unimos el desastre de Annual, en Julio de 1921, y ante el que la sociedad pidió responsabilidades, a las que Maura respondíó formando un nuevo gobierno con todos los partidos dinásticos (para hacer frente al desastre) entre los cuales continuaron las rencillas, no era de extrañar que este intento de superar la crisis se fuese al traste. // El gabinete de concentración de los diferentes grupos liberales que, después de Maura, presidíó Manuel García Prieto, parecía alentar buenos propósitos democratizadores, vemos cómo, en las elecciones del 29 de Abril de 1923, los políticos demostraron que seguían aferrados a los viejos y corruptos métodos de gobierno.  // El 13 de Septiembre de 1923, Primo de Rivera se pronuncia contra el gobierno en Barcelona. Evidentemente su golpe era resultado del malestar reinante en el ejército por la política marroquí de los liberales. A esto, se uníó el deseo de gran parte de la sociedad española de que un gobierno autoritario abriese un paréntesis en el régimen constitucional, restableciera la paz social y limpiara el sistema político de corruptela y caciquismo. // El gobierno liberal no opuso resistencia y Alfonso XIII entregó el poder a Primo de Rivera, quién formó un Directorio provisional con sus compañeros de conspiración, los generales Cavalcanti, Dabán, Saro, Muñoz Cobos y Berenguer. Tres días después, presentó al monarca un decreto para que lo firmase, que lo investía como Presidente de un Directorio militar, que le otorgaba los poderes, prácticamente absolutos, para gobernar. // En un principio, Primo de Rivera pensaba gobernar durante un período de tres meses, pero poco a poco se fue dilatando, hasta llegar a seis años, y mientras tanto, las Cortes seguían suspendidas (aunque no derogadas). // Su dictadura comenzó atacando el caciquismo. Suspendíó la actividad de los partidos y las Diputaciones, y los Ayuntamientos fueron sustituidos por Delegados Militares. En 1924 y 1925 promulgó el Estatuto Municipal y el Estatuto Provincial, buscando democratizar la vida social y así eliminar el poder de los caciques. Sin embargo, estas medidas no llegaron a ponerse en marcha. Primo de Rivera, en su intento de terminar con el sistema de Partidos, alentó la creación de un partido oficialista presidido por él mismo, que se llamaría La Uníón Patriótica, que no se organizó hasta 1926, y que al final resultó un fracaso. // La Uníón Patriótica intentó atraer la popularidad hacia el Directorio y preparar los diferentes cuadros políticos del nuevo régimen, por lo que se presentaba como una agrupación de intereses que amparaba, casi intactos, los viejos aparatos caciquiles que la dictadura afirmaba combatir.


// El Directorio Civil:
La dictadura tuvo su momento estelar cuando se produjo la pacificación del protectorado marroquí, iniciado con el desembarco de Alhucemas en Septiembre de 1925, y que culminó en 1926 con la rendición del dirigente rifeño Abd el–Krim.  // Primo de Rivera, que en un principio hablaba de un rápido retorno al sistema constitucional, renuncia a esto y se vuelca en favor de la estabilidad de su gobierno dictatorial. Aprovechando el entusiasmo despertado por el éxito de la operación de Alhucemas, sustituyó el Directorio militar por otro, formado por políticos de segunda fila y por técnicas civiles, con José Calvo Sotelo, Eduardo Aunós o Eduardo Callejo. // En Septiembre de 1927, Primo de Rivera convocó, por procedimiento no democrático, una asamblea nacional consultiva corporativa. El Directorio, que controlaba esta cámara, le encomendó la redacción de una constitución autoritaria y no corporativista, que se concluyó en 1929, pero nunca entró en vigor. // El Directorio civil desarrolló su actividad en una coyuntura económica favorable. Mientras que el sector agrario, poco modernizado, perdía peso en la renta nacional; la industria recibíó un fuerte impulso gracias a la política de inversiones desarrollada por el Estado y la banca. La labor de Calvo Sotelo en el ministerio de Hacienda, y la de Guadalhorse en el de Fomento, permitíó la elaboración de presupuestos expansivos, que actuó como motor de la modernización económica del país. // En el terreno social, la década de los 20 contempló también un aumento de la población y la mejora de su nivel de vida, así como un considerable crecimiento del empleo. Todo ello, unido a la férrea política de orden público del Directorio y a la actitud contemporizadora con el poder de la UGT, permitíó una drástica reducción de la conflictividad social, hecho que el régimen exhibíó como uno de sus triunfos. // La oposición:
En su momento de apogeo, hacia 1925, la dictadura contaba con escasos enemigos. Algunos políticos liberales habían denunciado la ilegalidad del nuevo régimen, pero tenían poco apoyo en la opinión pública. Los sindicatos de la Confederación nacional del trabajo (CNT) habían sido puestos fuera de la ley, y sus activistas, que siguieron actuando en la clandestinidad, fueron perseguidos// Pero a partir de 1926, la dictadura hubo de enfrentarse a una oposición creciente. Tras décadas de marginación en el sistema, contaron desde Febrero de ese año con un organismo de coordinación, la Alianza republicana, integrada por los federales, los radicales de Lerroux, la agrupación Acción Republicana, liderada por Manuel Azaña, el Partit Republicà Català, dirigido por Lluís Companys, y numerosos intelectuales independientes. Pero la creación de la Alianza no puso fin a las divisiones del republicanismo, y sólo tras la caída de Primo de Rivera esta corriente política estuvo en condiciones de ejercer una auténtica oposición. // El movimiento obrero se dividíó ante la dictadura. En el PSOE y la UGT, encabezados por Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero, mantuvieron una cierta colaboración con el régimen, cargada de recelo. En cambio, en la CNT, los reformistas moderados perdían terreno frente a la corriente anarquista, que en 1927 se organizó en la Federación Anarquista Ibérica. // Intelectuales y estudiantes llevaron durante años el peso de la oposición. Figuras como Unamuno, Blasco Ibañez o Jiménez de Asúa, sufrieron destierros por sus críticas a la arbitrariedad del régimen. Los universitarios, organizados en la Federación Universitaria Escolar (FUE), protagonizaron a partir de 1928 una dura lucha contra la reforma del ministro Callejo, que otorgaba privilegios a las universidades de la Iglesia.// Finalmente, en el ejército surgieron grupos de oposición, sobre todo a raíz del conflicto que enfrentó al dictador con los oficiales del arma de artillería, que propició algunos intentos de golpe, como la Sanjuanada de 1926, o el pronunciamiento encabezado por el político monárquico y conservador José Sánchez Guerra, en Enero de 1929. // Fin de la Dictadura:
A lo largo de ese año (1929), las dificultades se acumularon. El ciclo de prosperidad económica tocaba su fin, y la crisis monetaria forzó la dimisión de Calvo Sotelo. La conflictividad social rebrotaba y la oposición política era cada vez mayor. Un intento de revitalizar la Asamblea Nacional consultiva se estrelló contra el boicot de los socialistas y de varias instituciones culturales y económicas invitadas a participar. // En Enero de 1930, Primo de Rivera presentó un plan al rey para proceder a una salida ordenada de la dictadura, que prevéía la convocatoria de elecciones a medio plazo. Pero Alfonso XIII no se mostró de acuerdo. // Tras comprobar que los altos mandos del ejército tampoco parecían dispuestos a apoyarle en lo que consideraban una huida hacia delante, el dictador presentó su dimisión al monarca el 28 de Enero, y el 10 de Febrero partíó hacia París, donde murió el 15 de Marzo. // Tras la dimisión del dictador, el rey encargó a Dámaso Berenguer la tarea de conducir la política a la normalidad constitucional anterior. Muchos fueron los problemas que tuvo que enfrentar, tales como huelgas, políticas económicas restrictivas, etc. Todo ello, unido a la impopularidad que se había ganado la corona, originó grandes movilizaciones, desde el punto de vista social y político, ya que diferentes grupos unieron fuerzas para hacer caer la monarquía y dar paso a la República. // Las elecciones del 12 de Abril hacen patente este deseo al conocerse el triunfo mayoritario de los republicanos, por lo que el rey decide salir de España al no ser aceptada la opción propuesta de congelar el poder real hasta que se decidiese el modelo de régimen a seguir. Ante las multitudinarias aclamaciones al nuevo régimen, la tarde del 14 de Abril de 1931 se proclama la II República española.

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