Texto 9: Ley de 21 de Julio de 1876


9.3. En 1923, insta en España una situación de crisis insostenible que se arrastraba desde 1917 debido a la sucesión de gobiernos ineficaces, las divisiones internas de los partidos dinásticos, la radicalización del movimiento obrero, el auge de los nacionalismos y las consecuencias del desastre de Annual. Por tanto, el 13 de Septiembre de 1923, el general
Primo de Rivera dio un Golpe de Estado en Barcelona, proclamando el estado de guerra.
Éste justificó su actuación por el estado de caos y la incapacidad de los políticos, así como acabar con el caciquismo, la rebelión social y la amenaza de la unidad nacional. El Golpe de Estado recibíó el apoyo del rey, el ejército, la Iglesia y la burguésía. Anarquistas y socialistas se mostraron pasivos, y la mayoría de la población con indiferencia. Como consecuencia, el gobierno dimitíó y Alfonso XIII mandó formar gobierno a Primo de Rivera, ligando así su destino al de la dictadura, dividida en dos etapas: el Directorio Militar y el Directorio Civil. Durante el Directorio Militar (1923-1925), se establecíó un gobierno formado exclusivamente por militares (ocho generales y un almirante) y presidido por Primo de Rivera, el cual concentra todo el poder. Este periodo se caracteriza por la suspensión del régimen constitucional y la disolución de las Cortes. Asimismo, se suspenderá la Mancomunidad Catalana y se pondría en marcha una reforma de la administración provincial y local para terminar con el caciquismo. Por otro lado, sumado a una severa censura de prensa y una política restrictiva de las lenguas propias y símbolos de identidad, se prohíben las manifestaciones y la actividad de partidos políticos y sindicatos, creando la Uníón Patriótica (1924), partido oficial del régimen. Por otra parte, se puso fin a la guerra de Marruecos con el desembarco de Alhucemas ( sept. 1925), gracias a la ofensiva conjunta de España y Francia contra Abd-el-Krim. Una vez restablecido el orden, se inició el proceso de institucionalización del régimen. En Diciembre de 1925, entraron civiles a formar parte del gobierno, dando comienzo al Directorio Civil (1925-1930). En 1927, Primo de Rivera convocó una Asamblea Nacional Consultiva, compuesta por representantes del Estado, de la Uníón Patriótica y de las distintas provincias , que carecía de capacidad legislativa y su función era asesorar e informar al dictador, a la cual se le encargó un nuevo proyecto de constitución, aunque no llegaría a aprobarse. La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional (“los felices años 20”) y puso en marcha un programa de desarrollo de la economía y un gran impulso de la industria y las infraestructuras.Se extendíó la electrificación y aumentó la producción de metales. Todo ello se consiguió mediante la creación de monopolios estatales (Compañía Arrendataria de Tabacos, Compañía Telefónica Nacional de España, la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA)). 


Se configuró la Red Nacional de Paradores Estatales para fomentar el naciente turismo, la aplicación de medidas proteccionistas (aumento de aranceles), y la creación de Confederaciones Hidrográficas.Aunque a corto plazo esta política favorecíó el desarrollo industrial, a la larga generó una enorme deuda pública. En cuanto a la política social, surgieron los llamados “comités paritarios”, que eran organismos oficiales con el objetivo de resolver conflictos laborales (condiciones de trabajo, sueldos, despidos…) evitando los enfrentamientos sociales y las huelgas. Se construyeron “viviendas baratas”, también Institutos, escuelas y servicios sanitarios.  Los intelectuales criticaban la falta de libertades políticas y los universitarios promovían campañas antidictatoriales. Entre las fuerzas militares reinaba la desuníón. No obstante, a partir de 1928 la oposición al régimen fue aumentando su popularidad. Asimismo, conservadores, liberales y nacionalistas exigieron elecciones y la vuelta a la Constitución de 1876. En Enero de 1930, Primo de Rivera, presentó su dimisión, lo que llevó a Alfonso XIII a nombrar Jefe de Gobierno al general Berenguer (Enero 1930-Febrero 1931), un gobierno débil sin apoyos. Anunció una vuelta al régimen constitucional de 1876 y la convocatoria a elecciones generales. A su vez, la oposición empezó a organizarse: republicanos, catalanistas y socialistas se reunieron y firmaron el Pacto de San Sebastián en Agosto de 1930, con el fin de proclamar la República. Se organizó un “Comité ejecutivo”, encabezado por Alcalá-Zamora para formar una insurrección que terminara con la monarquía (Diciembre 1930). La guarnición de Jaca (Huesca) dió los primeros pasos pero fracasó, tras lo que sus jefes, los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, fueron fusilados. Berenguer, incapaz de encauzar la situación, presentó su dimisión el 14 de Febrero de 1931 y fue sustituido por el almirante Aznar que, para volver al sistema constitucional, convocó elecciones municipales (12 de Abril de 1931). La república triunfó en las capitales y grandes ciudades, pero vencíó la monarquía gracias al caciquismo. Alfonso XIII descartó la resistencia por la fuerza, decidíó aceptar la voluntad nacional y suspender el ejercicio del poder real. Finalmente, con propósito de evitar enfrentamientos sangrientos, el rey abandona España y el 14 de Abril se proclama la II República.



9.2. Con el Tratado de Algeciras en 1906, España entra en el reparto del norte de África entre Francia y Gran Bretaña. Gracias al Tratado hispano-francés (1912), se establecíó un protectorado en Marruecos (zona del Rif), reconociendo como colonias españolas el enclave de Sidi Ifni y una regíón del Sáhará occidental; zonas de interés por los beneficios económicos y por la voluntad de convertir España en una nueva potencia colonial. En Julio de 1909, la guerra de Melilla dio inicio por el ataque de algunas cabilas a trabajadores españoles, tras el que Maura decidíó movilizar a tropas reservistas. Socialistas y republicanos protestaron contra esta decisión; al ser ignorados, Solidaridad Obrera hizo, el 26 de Julio en Barcelona, un llamamiento a la huelga general que, tras el desastre del Barranco del Lobo, evoluciónó a un enfrentamiento violento con la policía. Esto supuso el comienzo de la Semana Trágica de Barcelona. Después de tres días de luchas, el gobierno inició una dura represión, incluyendo la clausura de sindicatos, cadenas perpetuas y 5 condenas a muerte (como la de Ferrer Guardia); una crisis que llevó a la dimisión de Maura en Noviembre de 1909. Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), bajo las órdenes del general Berenguer se inició una campaña para controlar el Rif (Julio-Agosto de 1921). No obstante, la acción mal planificada del general Silvestre, al mando de un ejército desigual, permitíó a las cabilas de Abd-el-Krim derrotar a las tropas españolas en Annual (trece mil hombres perdieron la vida). Aunque se abríó una instrucción para depurar responsabilidades, el propio gobierno entorpece el llamado Expediente Picasso, finalmente suspendido con el Golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923. De hecho, sería este dictador quien pondría fin a la guerra con el desembarco de Alhucemas en 1925, gracias a la colaboración de Francia. A pesar de ello, la neutralidad del gobierno español ante la Primera Guerra Mundial, trajo beneficios económicos: aumentó la venta de minerales, cereales y tejidos a los beligerantes (generando una balanza comercial positiva), y las reservas del Banco Español se triplicaron. Sin embargo, el paro aumentó por la repatriación de emigrantes y las exportaciones redujeron el suministro de productos básicos, lo que unido a los bajos salarios provocó el empobrecimiento de los trabajadores. A comienzos de 1917, la superposición de tres problemas diferentes originó una crisis que amenazó el sistema de la Restauración. El aumento de los precios provocó una crisis social, en la que la UGT y la CNT convocaron una huelga general, duramente reprimida. Esto se uníó a la creación ilegal de las “Juntas Militares de Defensa”, que reclamaron un aumento salarial y la modificación de la política de ascensos; reclamaciones cumplidas con la Ley de Ejército, finalmente aprobada por Dato. Por último, Cambó aprovechó la crisis militar para organizar una Asamblea de Parlamentarios, 


con el objetivo de reformar el modelo de Estado y la Constitución, no obstante sería declarada ilegal y disuelta por la guardia civil. Tras esta triple crisis, se dio un periodo de inestabilidad, así como de gran actividad revolucionaria, especialmente durante el Trienio Bolchevique (1918-1920), de parte de la UGT y la CNT. A partir de 1919, debido al estado de miseria en que vivían el proletariado, el enfrentamiento entre trabajadores y patronos se radicalizó: se convocaron huelgas violentas (La Canadiense) y la patronal respondíó con los “sindicatos amarillos” (el Sindicato Libre), que se valieron del pistolerismo para deshacerse de los líderes obreros (facilitado por la Ley de Fugas), provocando la impetuosa reacción del anarquismo. Los asesinatos de Dato y Seguí (líder anarquista) son prueba de este conflicto. Aun así, fue en el campo andaluz donde los levantamientos anarquistas, enfocados en el reparto de tierras, mediante la toma de ayuntamientos y registros de propiedad, se hicieron constantes y sangrientos, causando una fuerte intervención militar. Así pues, las sucesivas crisis en diversos ámbitos sociales y económicos, el desprestigio político, así como el deseo de acabar con la guerra en Marruecos, supusieron el fin del sistema de la Restauración cuando, en 1923, Alfonso XIII acogíó conforme el Golpe de Estado de Primo de Rivera.



9.1.En 1902, Alfonso XIII (1902-1931), tras alcanzar la mayoría de edad legal (16 años) llega al trono, y se inicia la segunda etapa de la Restauración. La mayor parte de su reinado transcurre en una permanente crisis política, provocada principalmente por la continua intervención del rey en la vida política, la decadencia de los partidos dinásticos, el debilitamiento progresivo del caciquismo (como consecuencia del aumento de sociedad urbana) y del avance de los partidos socialistas, republicanos y nacionalistas, que llevaría a generar gobiernos de concentración con la participación de varios partidos. A esto se sumaría el clima de violencia social provocado por la lucha entre los sindicatos y la patronal y el avance del anticlericalismo, ante el deseo de los liberales de limitar el número de congregaciones. Por otro lado, se sumaría el descontento creciente en el ejército y la población por los fracasos en Marruecos y el aumento del nacionalismo catalán, que consideraba insuficientes las reformas del gobierno. Por tanto, el periodo de 1902 a 1914 estuvo marcado por el intento de aplicar políticas regeneracionistas que fracasaron. Durante los años 1902 y 1907, tuvo lugar la primera crisis de su reinado en 1905, tras la victoria electoral municipal de la Lliga Regionalista. Los militares, en respuesta a la publicación de caricaturas ofensivas hacia el Ejército por parte de la prensa nacionalista, asaltaron las sedes de ¡Cu-Cut!. Ante la situación, los oficiales exigieron al gobierno una Ley de Jurisdicciones (aprobada por Moret en 1906) contra ofensas al ejército y a la patria. Aún así, esto provocó la uníón de los partidos nacionalistas en Solidaritat Catalana, que terminaría con una contundente victoria electoral (1907), haciendo casi desaparecer a los partidos dinásticos en Cataluña. En 1907 el rey nombró jefe de Gobierno a Antonio Maura (1907-1909), quien su propósito político era conseguir una “revolución desde arriba” para así impedir una revolución popular. Durante su mandato, aprobó un plan de reconstrucción naval, intervino en la regulación del descanso dominical (1903) y la creación del Instituto Nacional de Previsión (1908). Además entre sus reformas políticas destacan la Ley de Huelga y la promulgación de una nueva Ley Electoral (1907) que establecía el voto obligatorio y medidas contra el fraude electoral. Por otro lado, se concede más autonomía a los ayuntamientos y diputaciones a través de la Ley de Administración Local. No obstante, el gobierno de Maura tuvo que hacer frente a una crisis en Marruecos, que tras la derrota del Barranco del Lobo, provocó una protesta popular en Barcelona donde, en Julio de 1909, dio lugar a un enfrentamiento con el Ejército y una dura represión de las revueltas (pena de muerte a Ferrer Guardia). Estos sucesos, conocidos como la Semana Trágica, provocaron la destitución de Maura. Durante el gobierno de Canalejas (1910-1912) 


se trató de profundizar en el proyecto reformista integrando al catalanismo y al movimiento obrero en el sistema: suprimíó los impuestos de consumos, aprobó la Ley de Reclutamiento y la Ley del Candado (limitaba el establecimiento de las órdenes religiosas) y tramitó la Ley de Mancomunidades. Finalmente, Canalejas fue asesinado en Noviembre de 1912, y comienza así una etapa de crisis entre los partidos de turno. Durante el reinado de Alfonso XIII las fuerzas y partidos de la oposición se consolidaron: La presencia del republicanismo se concentró en dos partidos: el Radical de Lerroux, de ideología populista y anticlerical, fue un partido de masas que controló el republicanismo barcelonés; y el Reformista de Álvarez, más moderado y conectado con el ámbito intelectual, tendría gran influencia en Asturias. El PSOE, representante del socialismo, obtuvo en 1910 su primer escaño para Pablo Iglesias y, dispuesto a colaborar con fuerzas políticas republicanas, incrementó su fuerza electoral e influencia política. En cuanto al nacionalismo catalán, la Lliga Regionalista de Cambó acabó con los partidos dinásticos y logró la aceptación de la Mancomunidad de Cataluña (en 1914 por Eduardo Dato), que permitíó una mejor organización de las Diputaciones. En cambio, el nacionalismo vasco se extendíó a las juntas municipales (Vizcaya) e incluso en las Cortes, convirtiéndose, en 1923, en un movimiento de masas. Finalmente, desde 1910, la corriente anarquista fue organizada por la CNT que, con un carácter revolucionario y apolítico, buscó derribar al capitalismo mediante la “acción directa”. Asimismo, cabe destacar a Diego Abad como dirigente de la elevada afiliación obrera y campesina(1919-1936).

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